Utilizando la menor cantidad posible de recursos en la ambientación, la diseñadora Rocío Araujo transformó una oficina pequeña en el emblemático edificio La Unión en un hogar sereno cuya máxima ostentación es un balcón que mira al casco histórico de Buenos Aires.
Después de recorrer varias veces la zona y de hablar con todos los porteros del barrio de San Nicolás, la dueña de este departamento finalmente encontró la propiedad que tanto había buscado: un dos ambientes en un edificio antiguo con vista a una maravillosa concentración de cúpulas. Ahí estaba, en la esquina de Diagonal Norte y Esmeralda, el sueño de cualquier turista o fanático de la ciudad.
Puertas adentro, la triste realidad era que el departamento estaba destruido. En esos pocos metros cuadrados funcionaba una oficina de muros ennegrecidos, muebles oscuros empotrados a la pared y pisos sin lustrar. Para ponerlo a la altura de su contenedor y contexto, había que reformarlo sí o sí, y el desafío fue hacerlo utilizando "lo mínimo e indispensable para hacer de ese espacio un hogar habitable", como resume su dueña y confirma la diseñadora Rocío Araujo, creadora de Paraná Muebles y encargada de la ambientación.
"Para dar luz pintamos de blanco paredes, bibliotecas y muebles de la cocina. Después, sumamos muebles austeros y una paleta de color reducida. Los pisos, simplemente, se pulieron"
La pared con un motivo sencillo sobre gris comunica su aura a todo el departamento. La diseñadora ideó un diseño geométrico básico, lo reprodujo con cinta de papel, lo pintó por encima y al retirar la cinta con la pintura una vez seca... ¡magia!
"Por la densidad de arquitectura de calidad, la oferta edilicia del Microcentro no se repite en ningún otro barrio. Además, teniendo en cuenta lo que ofrecen, las propiedades suelen ser relativamente económicas".
El edificio La Unión
- Fue construido en 1933 por los mismos arquitectos que diseñaron, entre otros proyectos, la sede principal del Automóvil Club Argentino, sobre Av. del Libertador.
- Es uno de los edificios más destacados dentro del espectáculo de cúpulas y estilos arquitectónicos que ofrece la Diagonal Norte en todo su recorrido. Su fachada de líneas racionalistas está coronada por una torre de influencia art déco.
- Las obras para la construcción de la avenida duraron 30 años y comenzaron en 1913, siguiendo el modelo haussmanniano de París, para ofrecer una vía rápida y dar luz y aire a una ciudad como Buenos Aires, que crecía al ritmo de su inmigración.
- Una de las características más destacadas de la Diagonal es que ninguno de sus edificios supera los diez pisos de altura, lo cual representa un panorama de continuidad poco habitual en la ciudad. Incluso el Obelisco, levantado unos años después en la intersección de la avenida con la calle Corrientes, también respeta los 67,5 metros de alto.
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