El Bazofi, un festival con voluntad satírica para descontracturar

El Bazofi es un festival alternativo que nació en 2012 a partir de una idea que tuvimos con Fabio Manes. Queríamos generar un espacio donde pudiéramos proyectar películas raras que teníamos en la Filmoteca y se nos ocurrió que ese espacio podía resultar más atractivo si tenía algún rasgo original que pudiera contener esas rarezas. El rasgo terminó siendo la sátira porque hay algo en la retórica de los festivales grandes, como el Bafici, que se repite año tras año y que, de tanto repetirse, se vuelve aburrido, solemne y absurdo. Me refiero a palabras huecas, a ciertos intercambios de cortesías, al tratamiento que reciben algunos directores "amigos de la casa". En todos los festivales grandes pasa un poco lo mismo, en cualquier parte. Hice el Bafici durante tres años y colaboro con él de una u otra forma desde 2003, así que conozco bastante bien su funcionamiento y sus lugares comunes. Esos lugares comunes, a mi entender, mueven a la risa, y por ahí funciona la voluntad satírica del Bazofi, para descontracturar un poco la cosa. El Bazofi se desarrolla ahora mismo, en forma paralela al Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, pero hay otras ediciones durante el año. Funciona en el cine de la Enerc, y allí pueden disfrutarse de manera gratuita, hasta el 13 de abril, películas como El planeta de las tormentas, de Pavel Klushantev; Sandokán, de Sergio Sollima; El gorila blanco, de Harry L. Fraser, o Aido, la esclava del amor, de Susumu Hani, entre otras.

Por otra parte, una cualidad distintiva del Bazofi, la principal diría yo, es que proyectamos nuestro material en fílmico, en lugar de resignarnos a lo digital, a lo que mandan las distribuidoras de afuera, al archivo digital que cualquiera podría bajarse en su propia casa. En otras partes, los festivales procuran que sus retrospectivas se realicen respetando los formatos originales, aunque eso implique más esfuerzo y a veces más dinero. Acá no pasa eso y por eso con Manes nos empecinamos en pasar películas de verdad: quisimos mantener ese espacio de resistencia para recrear la experiencia cinematográfica tal como nosotros la vivimos.

Fernando Martín Peña