Qué es el síndrome de Kessler, el cual podría tener un gran impacto en la sociedad moderna
Este concepto fue propuesto por primera vez en 1978, pero cada vez tiene mayor vigencia por las complicaciones que podría traer en la conectividad global
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Una de las películas de ciencia ficción y del espacio más conocidas es Gravity, protagonizada por Sandra Bullock y George Clooney, la cual cuenta la historia de dos astronautas que quedan varados en el espacio después de que las cosas salen terriblemente mal en una misión al telescopio espacial Hubble. Durante el desarrollo de la cinta, los científicos que se encuentran en la base terrestre le solicitan a ambos que aceleren sus tareas porque un satélite espía que crea un campo de escombro estaría por impactar contra ellos. Tras ello, se produce un efecto dominó: los escombros destruyen los satélites de comunicaciones, el Hubble y la Estación Espacial Internacional (ISS). Así es como la película se adentra en el síndrome de Kessler, que los científicos consideran un riesgo muy real a medida que la carrera espacial se intensifica una vez más a través de personas como Elon Musk y su empresa SpaceX.
Qué es el síndrome de Kessler
La humanidad lleva más de medio siglo explorando el espacio, una de las grandes incógnitas de la que no podemos resistirnos, sino intentar aprender siempre un poco más sobre él; pero eso no está exento de problemas. Los científicos de La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), Donald Kessler y Burton Cour-Palais, idearon una teoría sobre un escenario potencialmente problemático.
En 1978, los dos expertos teorizaron que si la humanidad sigue enviando más y más naves espaciales al vacío cósmico, vamos a tener problemas porque habrá cada vez más y más naves alrededor de la Tierra y aumentarán las posibilidades de una colisión. “Los cohetes gastados, los satélites y otros desechos espaciales se acumulan en la órbita aumentando la probabilidad de colisión con otros desechos. A su vez, las colisiones crean más escombros, lo que genera una reacción en cadena descontrolada de colisiones y más escombros, conocida como el síndrome de Kessler, en honor al hombre que propuso por primera vez el problema, Donald Kessler”, explicó la agencia norteamericana.
Algunos expertos están convencidos de que es solo cuestión de tiempo hasta que se demuestre que el síndrome de Kessler es cierto. John L. Crassidis, profesor de innovación y experto en desechos espaciales de la Universidad de Buffalo, Nueva York, afirmó: “El síndrome de Kessler se va a hacer realidad. Si la probabilidad de una colisión es tan grande que no podemos poner un satélite en el espacio, entonces estamos en problemas”. Actualmente, más de 10.000 satélites orbitan alrededor de la Tierra. Además, más de 100 billones de fragmentos de satélites antiguos siguen dando vueltas alrededor del planeta y algunos de ellos caen ocasionalmente en la atmósfera terrestre y se queman.
Kessler demostró que una vez que la cantidad de desechos en una órbita particular alcanza algo llamado “masa crítica”, las colisiones comienzan, incluso si no se lanzan más objetos a la órbita.“Una vez que comienza la colisión en cascada, el riesgo para los satélites y las naves espaciales aumenta hasta que la órbita ya no es utilizable”, agregó al respecto la NASA.
El investigador estimó que se necesitarían entre 30 y 40 años para llegar a ese punto. Hoy en día, algunos expertos creen que ya alcanzamos la masa crítica en la órbita baja terrestre, que se encuentra aproximadamente entre 900 y 1.000 kilómetros. Entre los acontecimientos de los últimos años, se incluye el choque de un satélite ruso desactivado contra un satélite estadounidense en 2009; y en 2021, un misil ruso que destruyó uno de sus propios satélites como parte de una prueba obligó a los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS) a realizar procedimientos de emergencia.
Por qué el síndrome de Kessler podría acabar con la vida tal como la conocemos en la Tierra
Si los satélites y los desechos entran en una reacción en cadena de colisiones, la vida tal como la conocemos podría terminar. Esto se debe a que se eliminarían los satélites, lo que provocaría cortes masivos de Internet. Los teléfonos también podrían dejar de funcionar sin satélites en el cielo. Incluso, significaría el posible fin de la televisión y el GPS. En un nivel más general, los satélites meteorológicos podrían ser retirados, lo que afectaría nuestra capacidad crítica de rastrear su impacto en una serie de industrias.
“Los satélites meteorológicos desempeñan un papel importante en diversas industrias, incluidas la agricultura, la pesca y el transporte, al predecir y mitigar los efectos de las condiciones climáticas adversas”, afirmaron Amrith Mariappan y John L. Crassidis en su artículo de 2023 titulado El síndrome de Kessler: un desafío para la humanidad.
“Los satélites de teledetección a su vez hacen contribuciones significativas a la exploración de recursos y al monitoreo de fenómenos como inundaciones, sequías, humedad del suelo, incendios forestales, salud de la vegetación, degradación forestal, vigilancia de la infraestructura vial, etc. Los satélites de teledetección se utilizan en el ejército para capturar imágenes de alta resolución de ubicaciones estratégicas, monitorear actividades enemigas y evaluar amenazas potenciales”, detallaron en el escrito los especialistas.
El documento añade que esto podría devastar la atención sanitaria, ya que los dispositivos médicos podrían quedar fuera de línea. El problema en esta situación, si llegamos a lo que Kessler llamó la etapa de “masa crítica”, es que se vuelve demasiado peligroso enviar algo al espacio debido a la reacción en cadena que se está produciendo alrededor del planeta con escombros volando a una velocidad inmensa.
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