Enamorate del lunes: dar el primer paso para derrotar la pereza y sumar motivación
Si estás leyendo esta columna por la mañana, aún te quedan varias horas de felicidad y libertad por delante. Si en cambio te levantaste tarde y agarraste el diario pasado el mediodía, la sensación de angustia está un poco más cerca. Ese sentimiento que para muchos empieza alrededor de las 19 del domingo, mezcla de tristeza por el fin de semana que termina y desagrado por las obligaciones que recomienzan. Excepto, claro, que seas de los míos y te encanten los lunes.
Demasiados se pasan la vida esperando a que llegue el viernes a la tarde. Lo cual implica que, de siete días, solo disfrutan dos, menos del 30% de la semana. Y mejor no hacer la cuenta de lo que representa en el año… Pero el tiempo que se pasa mientras esperás ese viernes bendito también es tu vida. Y cada día que pasa es irrecuperable.
Cuando suena mi despertador a las 4.30 de la mañana, salto de la cama lleno de energía y ganas. Tengo tantas cosas que quiero hacer, que si no, no me alcanza el tiempo. Y ahí está el quid de la cuestión: creo que a la mayoría de la gente no le gustan los lunes porque no le gusta lo que hace. No son personas apasionadas ni felices en sus trabajos. Si alguien está esperando que la semana se le escurra entre los dedos, lo que necesita es un cambio de vida, no el próximo sábado.
Sé que no es fácil. Y no vengo a decirte que renuncies a tu trabajo. Vengo a proponerte, en cambio, que encuentres la zanahoria que alegre tus días y te motive. Para empezar, podrías pensar en el lunes como una perfecta hoja en blanco. Es la soga que te salva, la posibilidad de empezar de cero. Vivimos buscando ocasiones especiales, "a partir del 1° de enero", "en mi próximo cumpleaños", "después de las vacaciones", y en verdad cada semana llega con una oportunidad para empezar lo que nos proponemos.
Por caso, el lunes es un momento perfecto para comenzar a entrenar. Es un día para ordenarse y empezar, por ejemplo, a caminar. Puede ser arrancando con apenas 20 minutos, primero 10 para un lado y 10 para el otro (esta idea se la indiqué a una alumna a la que le parecía que 40 minutos era mucho, entonces le dije que hiciera 20 para un lado y 20 para el otro, y compró; lleva ocho años entrenando conmigo). O podés empezar con una vuelta a la manzana, y después ver si el martes agregás una o dos cuadras más. Dar el primer paso es la forma de comenzar a derrotar la pereza y la negación permanente.
Después, podés motivarte e ir por más. Animate a explorar las opciones infinitas con las que seduce hoy la actividad física, ¡alguna te tiene que gustar! Bailar, saltar, andar en bicicleta, nadar, correr, patinar, ir a pilates, saltar la soga, boxear, y cada una con las mil variantes que las modas actuales les han ido sumando… Solo es cuestión de probar. Yo puedo prometerte que si comenzás el lunes con esa voluntad y motivación, vas a estar preparado para salir a comerte el mundo el resto de la semana.