La tapa más preciada
Ese marco rojo. Un símbolo de estatus, de haber alcanzado la notoriedad máxima. Cientos de películas en las que se necesitaba reflejar el poder de un personaje encontraron como solución colgar de la pared un cuadro con la imagen del susodicho bordeada por ese marco rojo. La portada de la revista Time ha sido, desde hace 87 años, sinónimo de trascendencia. En sus páginas, se han contado los hechos que marcaron el pulso de la historia mundial. Dos periodistas argentinos -nada menos- se encargaron de retratar la vida de la prestigiosa publicación, sin lugar a dudas, la más poderosa del planeta. En los Estados Unidos se acaba de lanzar Time. La historia ilustrada de la revista más influyente del mundo, fruto de una ardua investigación de Norberto Angeletti -editor jefe del área Revistas y Proyectos Especiales, del diario Clarín- y Alberto Oliva -director del segmento hispano de publicaciones periódicas de la editorial estadounidense Meredith-, editado por el sello Rizzoli, que ha publicado, entre otras, obras de figuras como Umberto Eco y Oriana Fallacci.
La impresionante obra consta de 300 fotografías de las más representativas, que se distribuyen a lo largo de los 10 capítulos que recorren las 432 páginas. Por supuesto que las grandes portadas tienen su lugar, con la ya clásica (y siempre polémica, por supuesto) elección del personaje del año, con las tapas especiales realizadas por figuras del mundo del arte, como Boris Chaliapin (inmortalizó a Charles Mingus, Marlon Brando, Martin Luther King, Marilyn Monroe y Le Corbusier), Andy Warhol (Michael Jackson y John Gotti) o Roy Lichtenstein (Bob Kennedy y la famosa arma "apuntando al lector"). Muchas de estas portadas originales hoy se encuentran en la National Portrait Gallery, de Washington.
Cada uno de los capítulos de este ambicioso proyecto está dividido en segmentos que narran los hechos que sacudieron al mundo (la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, los asesinatos de los Kennedy, el Watergate, el atentado a las Torres Gemelas, etc.), y el tratamiento que la revista les brindó a los mismos. El trabajo va marcando cómo fue cambiando la publicación en cuanto a su orientación, diseño, etc., y además cuenta con numerosos testimonios de la gente que construyó con su labor la vida de la revista: periodistas, directores, fotógrafos, diseñadores y editores, que mediante columnas tituladas Mis días en el Time reflejan anécdotas y vivencias.
También las grandes personalidades tienen su espacio. Steven Spielberg, Henry Kissinger y Bill Gates, por ejemplo, dejan testimonio personal sobre su vínculo con la revista en relación con los hechos que les tocó vivir.
Sin embargo, lejos de ser condescendiente, el trabajo también marca las grandes contradicciones editoriales en las que Time incurrió a lo largo de su historia, y que le valieron innumerables cuestionamientos: la elección de Hitler como personaje del año, el apoyo a la Guerra de Vietnam o el oscurecimiento de la foto de O. J. Simpson cuando fue portada durante su encarcelamiento.
Por sobre todo, el personaje
Time nació en 1923, fruto de la inquietud de dos jóvenes veinteañeros: Briton Hadden y Henry Luce. La premisa fue concreta: contar la historia a través de los personajes. Eran textos cortos, con introducción, desarrollo y desenlace, que se presentaban en distintas secciones, y en los que la descripción de las personas era pilar fundamental.
"No existen ideas fuera de la mente humana. Y no existe una mente humana que no tenga cabello, rostro, voz y los demás atributos de la carne y la sangre de la personalidad humana. Los periodistas de Time se interesan profundamente en las personas, como individuos que hacen la historia, o una pequeña parte de ella, semana tras semana. Intentamos que nuestros lectores vean y escuchen e incluso huelan a dichas personas, como parte de un mejor entendimiento de sus ideas, o de la falta de ellas", decía un memo con instrucciones que recibió cada redactor en un principio. De acuerdo con el pensamiento de sus fundadores, el contenido debía basarse en tres sostenes principales: cada historia debía ser dramática, concisa y basada en hechos reales. También modificó sustancialmente reglas sintácticas, y hasta incursionó en los neologismos, con lo cual constituyó una verdadera revolución en el ámbito periodístico, tan aferrado en aquellos años (década del 20, recordemos) a los estilos tradicionales.
Para 1926, los quioscos donde se vendían diarios y revistas no estaban interesados en exhibir una portada que no tuviera color, pese a que Time ya poseía alrededor de 70.000 suscriptores. Fue un amigo de Hadden quien dibujó sobre la tapa de un ejemplar un marco rojo, que se convirtió en el sello distintivo a partir de la edición del 3 de enero de 1927. Había nacido la verdadera identidad gráfica de la publicación. Había nacido la verdadera Time.
Momentos controvertidos
En 1938 la publicación quedó en el ojo de la tormenta, cuando eligió como Hombre del Año nada menos que a Adolf Hitler, por entonces en su esplendor como líder mesiánico de la Alemania nazi, que estaba a punto de desatar la Segunda Guerra Mundial. Los argumentos de tal elección no convencieron. Incluso, la tapa no mostró el rostro de Hitler, sino que utilizó una ilustración alegórica de la barbarie que estaba llevando a cabo, titulada El himno del odio.
Otro de los momentos controvertidos ocurrió luego del asesinato de John F. Kennedy, en 1963. El primer número luego del hecho mostró en su portada la imagen de Lyndon Johnson, que asumió en reemplazo de JFK la presidencia de los Estados Unidos. No hubo ninguna referencia al crimen del líder norteamericano, pues una de las reglas (no escritas) de la revista era no mostrar muertos en su tapa. Aunque la razón esgrimida fue que querían brindarle una imagen de confianza al público.
Su posición editorial frente a los conflictos bélicos también le generó fuertes cuestionamientos. Un texto publicado el 14 de mayo de 1965 no dejó dudas de hacia dónde apuntaba el pensamiento de Time con respecto a la Guerra de Vietnam. El título del artículo era elocuente: Vietnam: La guerra justa en el momento justo. Las justificaciones sobre la necesidad de la intervención estadounidense en los combates en aquel país asiático fue rotunda.
Las anécdotas se suceden durante este apasionante registro de un pedazo grande de la historia. Casi nueve décadas en las que el mundo fue mutando, los grandes hechos tuvieron su merecida cobertura y los personajes más importantes, su lugar en las portadas. Un recorrido que describe cómo se construyó la revista más influyente del mundo. Esa cuya tapa es la más preciada por los poderosos. Esa aventura de 87 años llamada Time.
SELLO ARGENTINO
Apasionados por la evolución de las publicaciones en el mundo, los periodistas argentinos Norberto Angeletti y Alberto Oliva fueron los encargados de llevar adelante la investigación que se tradujo en este libro imponente. Ya en 2002, en España, ambos produjeron Revistas que hacen e hicieron historia, un libro que recorre la vida de ocho revistas emblemáticas: Life, Paris Match, ¡Hola!, People, National Geographic, Readers Digest, Time y Der Spiegel.