
El matrimonio presidencial sólo tuvo cinco horas para ocupar su nuevo hogar.
3 minutos de lectura'

Ganar las elecciones presidenciales en los Estados Unidos puede ser más fácil que una mudanza a la Casa Blanca. “Mudarse al número 1600 de la avenida Pensilvania es un caos coreografiado”, reconoce Michael S. Smith, interiorista de Barack y Michelle Obama, en conversación con ¡HOLA!. “Según marca la tradición, el traslado de las pertenencias del nuevo presidente y su familia al Ala Este sólo puede realizarse durante la ceremonia de investidura, que comienza a las once de la mañana, y se debe terminar antes de las tres y media de la tarde, que es cuando el nuevo presidente llega a la Casa Blanca. Así que solo hay cinco horas para trasladar todo: ropa y enseres, muebles, cuadros…”, explica Smith, que fue el encargado de orquestar esta operación cuando los Obama llegaron a la casa más famosa de América, en 2008.


Se necesita un pequeño ejército de cien trabajadores para ejecutar la mudanza en tiempo récord: amas de llaves y empleadas, mayordomos, ujieres, carpinteros, pintores, floristas y personal de apoyo... Todos se encargan de limpiar la primera y segunda planta del Ala Este, que es donde se encuentran los departamentos privados del presidente y su familia. Los mandatarios tienen permiso legal para decorar a su gusto esa zona, pero, desde 1963, están obligados a proteger el carácter museístico de los espacios públicos, visitados cada año por miles de personas.
Se necesita un pequeño ejército de cien trabajadores para ejecutar la mudanza en tiempo récord: amas de llaves y empleadas, mayordomos, ujieres, carpinteros, pintores, floristas y personal de apoyo.



En menos de cinco horas deben desempacar las cajas, abastecer la cocina con la comida preferida de los nuevos inquilinos, mover los muebles, colgar los cuadros, hacer las camas, colocar los libros en las estanterías, acondicionar los baños con toallas, jabones y cepillos de dientes, y colocar la ropa en los armarios recién vaciados. Según Smith, la complejidad de la tarea depende de cuántas cosas decida el flamante presidente traer a la residencia: “Los Obama, por ejemplo, llegaron con su ropa, sus libros, las fotos familiares y poco más”, asegura. “Los interioristas del nuevo presidente no pueden entrar en la residencia hasta el día de la ceremonia de investidura, de modo que se debe planificar todo con antelación, con el apoyo de planos y fotografías”, apunta Smith. “Imaginate lo que significa decorar un lugar en el que nunca estuviste, que no viste con tus propios ojos y que mucho menos mediste”. Sin duda, parece más difícil que ganar unas elecciones.

1
2Tendencias 2026. Desde dormir mejor hasta hacer foco: mirá todo lo que podés lograr con estos seis colores creados para mejorar tu bienestar
3¿Dar un paseo cuenta como ejercicio? La advertencia de un cardiólogo: “Hay que caminar a un ritmo rápido para que el corazón se acelere”
4En el bosque, estaba a horas de morir congelado cuando alguien lo encontró: “Lo abracé para que no se desmayara”


