Siempre me pareció una mujer fascinante, talentosa, libre y hermosa. Sus obras, que eran reflejo de su vida, me conmovían, era valiente y diferente", le asegura a ¡HOLA! Natalia Oreiro, que días atrás le rindió tributo a Frida Kahlo, en una impactante producción fotográfica del estudio Machado Cicala para Flow, donde se puso en la piel de la artista plástica mexicana. Y sigue: "Sus colores, su mundo, su amor por Diego Rivera, su pensamiento político, sus relaciones carnales con otras personas, su casa azul, su cocina y sus flores y plantas… Todo en ella me resulta fascinante, tengo muchísimos libros de ella".
–¿Qué es lo que más destacás de su obra y de su vida?
–Por un lado, cómo refleja su angustia en cada cuadro y que aun postrada siguió pintando y siendo ella. Pero, además, que era una mujer libre y así lo reflejaba en sus obras, en las que hablaba abiertamente, daba voz a las mujeres reprimidas y enjauladas, que no salían de sus casas o que no hablaban con libertad porque eso no correspondía a su género.
–Toda una adelantada.
–Claro, se convirtió en un ícono del feminismo. La relación con Diego Rivera , con su hermana, el amor, la traición, la libertad que tenía para amar y para comprender ciertas cosas que la sociedad hoy en día no logra aceptar o comprender, y sin embargo ella, ya en ese entonces, transgredía y vivía a su manera. Por otra parte, su pintura, su arte, su vida atravesada por la tragedia con el accidente que sufrió tan joven y sin embargo supo reconvertirlo en arte.
–Siendo tan fan de ella, ¿qué sentiste personificándola por un rato?
–Siempre la admiré como pintora, pero a diferencia de otras artistas a las que interpreté desde su look, nunca sentí que podía llegar a ser parecida a ella. Lo hicimos con mucho respeto para homenajearla. En el momento que bajé y me coloqué en el lugar, con la luz, la escenografía y el vestuario, sucedió algo muy especial porque todos los que estábamos allí, con protocolo, por supuesto, sentimos que estaba pasando de verdad. Las fotos se hicieron en los estudios de Machado Cicala, la escenografía, incluida la chimenea, la hizo Cicala con su equipo. Una de las faldas, la que tiene flores, la consiguió el equipo de vestuario de La Polilla, aparentemente estuvo en la película y perteneció a Frida, y el corset fue realizado en yeso y pintado por un artista con una de sus obras. Las fotos no tienen retoque de luz ni Photoshop. Todos fluimos en un mismo estado para que se reflejara eso que se ve, muy cercano a lo que era. Fue pura magia.
Agradecimientos: @karinacamporinomkp (make-up); @giachinomatias (pelo); @lapolillavestuario (estilismo); @flowersinaboxok
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