El arquitecto Max Zolkwer reformuló un oscuro PH en Almagro para convertirlo en una sucesión de espacios luminosos con un paisaje fuera de lo común
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Zolkwer abre la puerta y nos guía por el largo corredor, que cambia la vista en cuatro pasos, promedio. Talentoso arquitecto y docente apasionado, tras cada pregunta nos devuelve reflexiones y anécdotas relacionadas con proyectos colectivos de urbanismo, bienales de arquitectura (recientemente se presentó en la de San Pablo y la de Bruselas) y procesos creativos, por caso, cómo ideó su juego de comedor a partir de una planchuela de fenólico. Este PH en el que vive con su familia es uno más de sus experimentos exitosos: espacios oscuros convertidos en cúmulos de luz natural, pequeños ambientes unidos que crearon otros más generosos para la vida familiar y un enrejado que cubre lúcidamente el patio central para que trepe una parra que cada año lo cubre y, de paso, oculta paredones vecinos poco estéticos, regalando sombra verde y necesaria en verano, y transformando en selva tanta urbanidad. *
Producción y texto: Silvina Bidabehere.
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