Sueño sin límites
O de cómo Laverne Cox, la actriz transexual de la popular serie Orange is the New Black, llegó a ser tapa de la revista Time
Laverne Cox es una de las actrices más destacadas de Orange is the New Black, la serie de Netflix que se desarrolla en una prisión para mujeres. El mes pasado se convirtió en la primera mujer transexual en aparecer en la portada de la revista Time, por ser considerada ícono de un cambio en la forma en que la sociedad tiene en cuenta a las personas transexuales. El presente está lleno de éxito y reconocimiento para la actriz, pero en su infancia fue un chico que sufrió las consecuencias de expresar su propia identidad y que tenía un sueño que parecía imposible: actuar.
"Mis compañeros de colegio, mi mamá, las maestras y la gente de la iglesia a la que íbamos me decían que tenía que comportarme como un varón. Era muy complicado. Creo que lo que me sacó adelante fue que tenía cosas que amaba hacer: ser buena estudiante y actuar", dice Cox, desde el otro lado del teléfono, a la Revista.
Cada día era una prueba de resistencia para Laverne, que creció con su hermano mellizo en un pueblo de Alabama, criados por una madre soltera con muy pocos recursos. Según contó a la revista Time, acosada por la idea de que su abuela, que había muerto, leería desde el cielo sus pensamientos sobre los chicos que le atraían tomó unas pastillas que encontró en el botiquín de su casa y se fue a dormir, con la intención de no despertarse. A pesar de esos momentos en que la incomprensión que la rodeaba se manifestaba con mayor violencia, Laverne mantenía cierta esperanza sobre su futuro, se dedicaba a estudiar, iba a clases de danza jazz y practicaba discursos. "Cuando era chica tenía mucha gente a la que admiraba. Una de ellas era Leontyne Price, la primera afroamericana en ser una superestrella internacional de la ópera. Antes hubo otras cantantes de ópera afroamericanas exitosas, pero ella fue una prima donna total. Era tan buena en lo que hacía que su arte trascendía a la raza. Siempre me imaginé que yo podría llegar a ser tan buena en mi trabajo como artista que lograría que todo fuera más fácil para quienes vinieran después de mí."
Cuando Laverne era chica no había en los medios personas transexuales con las que pudiera identificarse, tal como ahora muchos pueden verse representados por ella. "Me parece que es muy importante para la gente tener representaciones de sí mismos en los medios que confirmen sus identidades. Creo que es importante para personas de todas las edades, pero especialmente para los chicos; sin embargo, no creo que haya que dejar que la televisión se ocupe de eso. Padres, maestros y líderes juveniles tienen que cumplir ese papel. Con sólo tener a alguien que te quiera es suficiente para sentirte cómodo con tu identidad."
Después de estudiar en Alabama, Laverne continuó sus estudios en el Marymount Manhattan College de Nueva York, y allí empezó a actuar. "Mi primer trabajo pago como actriz, en una película independiente, fue cuando estaba en la Universidad. Lo conseguí porque una mujer me vio en el subte, con mis largas trenzas negras y un abrigo de arabescos y cuello de piel ecológica, y le pareció que era perfecta para la película en la que estaba trabajando. Mi carnet del sindicato de actores lo saqué mucho más tarde, cuando trabajé en un episodio de La ley y el orden: unidad de víctimas especiales. Esos fueron los dos grandes momentos de mi carrera antes de Orange is the New Black", cuenta la actriz, que también participó de dos reality shows de VH1, I Want to Work for Diddy y TRANSform Me.
En Orange is the New Black, Laverne interpreta a Sophia Burset, una transexual casada con una mujer, con quien tiene un hijo, que cumple condena en prisión por una estafa con tarjetas de crédito. Este papel le permitió demostrar su talento como actriz, tanto en escenas dramáticas como cómicas. Así, Sophia fue elegida por la revista Time como uno de los 11 personajes de ficción más influyentes del último año. Además, el éxito de la serie le dio mayor visibilidad como activista. "Espero que sea un momento de cambio irreversible en el que la gente sea más abierta en su pensamiento y nos acepten. Ojalá todos se den cuenta de que en la actualidad hay personas transexuales luchando por su vida."
Aunque disfruta del éxito y de las muestras de afecto de los fanáticos de la serie, Laverne dice que todavía siente temor por la violencia que se ejerce contra las personas transexuales. "Me siento en peligro todo el tiempo. Aun hoy, que me reconocen porque estoy en una serie, me queda algo de la violencia que sufrí cuando era chica. De grande también viví situaciones violentas, por alguien que me dijo algo ofensivo o alguna palabra llena de odio. Hace dos años me patearon cuando iba caminando por la calle. El abuso verbal y físico siempre fueron parte de mi vida. Según un estudio de 2013, en los Estados Unidos más del 72 por ciento de asesinatos en la comunidad LGBT fueron de mujeres trans y el 69 por ciento de esos fueron mujeres trans de color. Es una realidad que vivimos las mujeres como yo: nuestra vida está en peligro constante sólo por ser quienes somos."
La actriz considera que es importante explicar que su identidad no se limita a ser transexual, mujer o a su color de piel. "Me siento como yo misma, y eso es algo verdaderamente maravilloso", dice y agrega que le parece fundamental que se reconozca que todas las personas son diferentes y que no hay un solo modelo de experiencia transexual. "Lo que me pasa a mí no necesariamente es lo mismo que le pasa a otra persona trans. Es importante que la gente lo vea como algo individual para que cada uno pueda definirse en sus propios términos."
Lejos de constituirse como un modelo, Laverne dice que le produce gran felicidad poder ayudar a derribar ciertos prejuicios, tanto en el público como entre quienes hacen cine y televisión. "Espero que le resulte más fácil a los actores y actrices trans que vengan después que yo y a mis contemporáneos. Pero al final, lo que estoy haciendo es simplemente perseguir mi sueño y mi pasión. Todos deberían poder hacer eso sin miedo, sin amenazas y sin discriminación. Deseo eso para todo el mundo, sean trans o no."
Historias de reclusas
Desde que se estrenó en 2013, Orange is the New Black se convirtió en tema de conversación no sólo por su calidad narrativa, sino también por la diversidad de su elenco femenino y los temas tabú que toca de forma muy explícita. La serie creada por Jenji Kohan, cuya segunda temporada ya se puede ver completa en Netflix, le da visibilidad al tipo de mujeres que la televisión suele evitar. Latinas, afroamericanas, rubias, lesbianas, transexuales, heterosexuales, gordas, flacas, de familias ricas, criadas en la calle, etcétera, todas están representadas en el grupo de presas cuyas historias se cuentan en la serie. Como si eso fuera poco, no hay ningún toque de glamour: las actrices usan poco o nada de maquillaje y, la mayor parte del tiempo, están vestidas con uniformes presidiarios de colores poco favorecedores y siluetas holgadas, algo impensado en cualquier representación femenina en el cine o la televisión. Aunque en cuanto al pelo, algunas presas consiguen mantenerlo teñido y presentable gracias a Sophia, el personaje que interpreta Laverne Cox, que trabaja como peluquera dentro de la prisión. "Es difícil saber cuál va a ser el impacto de la serie en el largo plazo –dice Cox–. Lo que sí sé es que nuestro público es muy diverso: gente de distintas razas, edades y orígenes se me acercan en la calle y me dicen que son fanáticos de la serie."
- Fotos gentileza Netflix
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