Tres hermanas unidas por la pasión por Buenos Aires
De los viajes que hicieron en familia, las hermanas Baires recuerdan especialmente las historias sobre la arquitectura europea que les contaban su mamá y su papá, arquitectos. El registro de esos relatos fascinantes quedó plasmado en libretas, cuadernos y cientos de fotos donde los protagonistas eran edificios, iglesias, puentes, cúpulas, bares, esquinas particulares. Con el tiempo la colección de postales familiares les permitió poner el foco en su propia ciudad. El legado familiar fue ineludible. María del Socorro, María Jesús y María de los Milagros comparten la pasión por el patrimonio urbano y convirtieron en marca su apellido: Baires Baires, el emprendimiento de láminas ilustradas que revela su adn porteño.
Además de mirar con "ojos de nerd" a los edificios, las hermanas Baires heredaron la inclinación por disciplinas proyectuales. María Jesús (36) y María del Socorro, Yoki (34) son arquitectas. Y la mayor, María Jesús (39) es diseñadora gráfica. Se podría decir que nacieron con un plano bajo el brazo.
Al frente de Baires Baires, las arquitectas traducen su propia ciudad en cuadros y postales de colección. Cúpulas emblemáticas, fachadas eclécticas, teatros históricos, estadios populares, rascacielos, monumentos y cafetines. Las adolescentes que en 2001 se fascinaban frente a los pabellones del Grand Palais o el Museo de Historia Natural, en el corazón del Jardín de Plantas de París, hoy afinan el lápiz y desarrollan colecciones que estampan el espíritu rioplatense.
Guías de lujo
"Mi mamá tenía todos los viajes programados. Como es profesora de Historia en la facultad de Arquitectura de la Universidad de Belgrano (UB) su espíritu docente nos llevó a callejear por todas partes. Descubrimos los souvenirs, las chucherías, objetos relacionados que todavía no habían llegado acá", cuenta Yoki. Sergio Baires y Liliana Bonvecchi fueron guías de lujo, exploradores de leyendas urbanas que supieron transferir la motivación. "En Florencia pasamos horas frente al Palacio Medici Riccardi, fascinados por la fachada cuyo muro almohadillado se divide en tres y se aliviana a medida que crece en altura. Un flash", recuerdan.
En el adn de Baires Baires también hay otro dato que contribuyó a impulsar el emprendimiento. Sus abuelos fueron dueños de una de las librerías históricas de Colegiales. La Esperanza, en Av. Federico Lacroze y Amenábar, era un universo de materiales escolares. Cintas, papeles, stickers, lápices, cuadernos. Las hermanas crecieron estimuladas.
"Nos interesa alentar la observación, sembrar la curiosidad por el patrimonio de la ciudad que es increíble. Detenerse y contemplar lo que nos rodea es nuestro objetivo. Por eso las láminas sólo reproducen las fachadas. El resto que se contagie", alienta María Jesús, docente de Trabajo Final de Carrera, en Arquitectura de la UB, la misma universidad en la que se recibieron ambas.
El Congreso de la Nación fue el primer edificio convertido en postal. Y el preferido, según pasan los años. Al palacio neoclásico le siguió el Bencich, en Av. Roque Sáenz Peña 616. Dueño de dos de las cúpulas más bellas de Buenos Aires, este edificio es el resultado del sueño de otros hermanos, Miguel y Massimiliano Bencich, que "se hicieron la América" construyendo conjuntos urbanos como obras de arte.
"Los detalles del Palacio Barolo fueron muy complejos. Pero su arquitectura es tan icónica que valió la pena", señalan sobre el simbólico proyecto del italiano Mario Palanti. Mitos, logias y la Divina Comedia confluyen en uno de los primeros rascacielos que levantaron vuelo en el cielo de la ciudad, al 1.300 de la Avenida De Mayo.
Más allá de los emblemáticos, las Baires incorporan otros más contemporáneos como el Edificio Alas (la torre racionalista de San Nicolás), el Mercado del Progreso, insignia de Caballito y el Otto Wulff, cuyos atlantes de piedra custodian la Av. Belgrano al 600. La Bombonera, el Monumental y El Palacio (Huracán) son algunos de los estadios enmarcados. "Gallardo (el DT de River) nos firmó un ejemplar de la lámina", cuenta María Jesús. No fue el único interesado. "El nieto de Alejandro Bustillo y las bisnietas de Bencich también se pusieron en contacto", dicen María Jesús y María del Socorro.
Distintos roles
En el reparto de roles, a María de los Milagros Baires, diseñadora gráfica, le tocó el asesoramiento vinculado a su disciplina. "El debate sobre estilos y movimientos lo tenemos entre nosotras dos, el origen de los arquitectos pioneros y cómo dialogan los conjuntos patrimoniales".
Para esta última colección de cúpulas desarrollada en plena pandemia estrenaron formato colaborativo y lanzaron una encuesta entre los seguidores de la cuenta @buenosaires.ar, a cargo de Tincho Hernández. Los "me gusta" fueron para el Hotel Chile, de Louis Dubois (Av. De Mayo 1295) y la Torre Monumental, de Retiro, además de las clásicas. La colección Fragmentos de Buenos Aires invita a levantar la vista para viajar en el tiempo. A comienzos del siglo XX Buenos Aires ya ostentaba un menú de rascacielos coronados por torres, rematados con cúpulas y observatorios que devolvían la imagen de un futuro prometedor.
El trabajo minucioso incluye fotos, el armado del esqueleto del dibujo, medidas y proporciones. Luego llegan las sombras, las líneas y la producción gráfica. Un mix entre el Autocad, el Illustrator (software de diseño), el croquis y el armado artesanal que incluye papel especial de 270 gramos y un sobre en papel manila hecho a mano.
Cada una tiene una relación particular con la ciudad. María del Socorro prefiere Chacarita y Colegiales para caminar. Entre sus elegidos figura el teatro Regio, proyectado en 1938 por el arquitecto Albert Bourdon en Av. Córdoba al 6000, y el Pasaje Gral. Paz, uno de los primeros ensayos de vivienda colectiva diseñado por el ingeniero Pedro Vinent en 1925, en Ciudad de la Paz 561. "Estos barrios están llenos de perlitas por descubrir sin llegar, todavía, a ser turísticos", dice la menor, flamante fotógrafa, que cursó un Master en la Universidad de Elisava, Barcelona.
En cambio, María Jesús se define como más clásica: "Me gusta mucho Belgrano R porque es de los pocos barrios que mantuvieron su tejido urbano consolidado. Conservó su estructura original. Creo que la gracia de la ciudad es que sea heterogénea y dispar a la vez", señala.
Entre las curiosidades, señalan que la "Columna del 25 de Mayo", el primer monumento patrio y el primer obelisco porteño instalado para celebrar el aniversario de la Revolucio´n de Mayo, es la más pedida para regalos académicos: "Profesores, historiadores, investigadores, barrio´logos y estudiosos de Buenos Aires son sus fans".
Entusiasmadas por la reciente puesta en valor de la Confitería del Molino, que también es postal, destacan la importancia de conservar los bienes patrimoniales de la ciudad. "Difundir la preservación es clave. Es un buen mensaje para transmitir", dicen las arquitectas, croquiseras e ilustradoras enamoradas de la ciudad que les marcó el destino.
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