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Viajar desde casa. Experiencias y productos para conocer nuevos destinos en cuarentena




Es difícil explicar lo que les pasa hoy a las viajeras frecuentes. Obviamente, viajar sin vuelos y con las rutas cortadas no es una opción, pero ¿si nos dejaran hacerlo? ¿Nos subiríamos mañana a un avión? ¿Cuánto tiempo pasará hasta que volvamos a viajar como lo hacíamos?
Es difícil poner en palabras esa sensación casi de abstinencia de la aventura, de la efervescencia de caminar nuevas ciudades. Los alemanes tienen un término: fernweh. Tener fernweh significa sentir un fuerte deseo de viajar y conocer lugares diferentes. Y así estamos hoy, cada una en su casa, con ganas de armar las valijas pero sin planes de vacaciones en el corto ni mediano plazo. Pero, aunque sea difícil de creer, viajar desde casa es una gran opción, con muchísimas variables que nos permiten movernos a través del tiempo y el espacio, en pantuflas.

Déjà vu

Realidad aumentada. Hay apps como Travel Shot que te permiten cargar tus fotos según el destino y, al escanear un mapa, tener a mano tus capturas de ese lugar.

Realidad aumentada. Hay apps como Travel Shot que te permiten cargar tus fotos según el destino y, al escanear un mapa, tener a mano tus capturas de ese lugar.

Hay algo que nadie puede quitarnos: lo que ya vivimos. Nuestros recuerdos, las travesías que ya realizamos. Pensá, seguro te quedaron muchos viajes en los que ni siquiera pudiste rever las fotos para hacer una recopilación de las mejores. Si cuando aterrizábamos en Ezeiza volviendo de un destino soñado ya estábamos pensando cuál sería el siguiente, ¿o no?
Este es un buen momento para volver a viajar a través de tus fotos y videos (o hasta de tu archivo de stories) por tus últimos viajes y disfrutarlos como espectadora. La vida digital y, sobre todo, el smartphone en mano 24/7 nos acostumbraron a sacar tantas y tantas fotos en nuestros viajes que nos olvidamos de mirarlas. Pero la terapia es infalible. En cuanto empieces a pasarlas, tu imaginación viajará para recordar cada uno de esos momentos.
Con los niños. Aprovechá este mapa ilustrable ($1100) para contarles a tus hijos las historias de cada uno de los países que visitaste o incluso para planear viajes imaginarios.

Con los niños. Aprovechá este mapa ilustrable ($1100) para contarles a tus hijos las historias de cada uno de los países que visitaste o incluso para planear viajes imaginarios.

Más allá del viaje imaginario, podés aprovechar y hacer orden de fotos, separarlas en carpetas, subirlas a la nube o convertirlas en libros. Hay aplicaciones como la de @fabricadefotolibros que te ayudan a diseñar tu propio fotolibro con la mejor selección de imágenes de cada viaje en pocos minutos. Otra alternativa es armarte un mapa interactivo de fotos. En Mapoteca (@mapoteca) tienen dos opciones súper originales. Está el mapa del mundo en corcho ($2200), para agregar fotos y recuerdos de cada destino al que fuiste, ubicado geográficamente en su lugar, y así decorar alguna pared de tu casa. Otra genialidad de Mapoteca es el mapa/cuadro de realidad aumentada (tienen tanto de la Argentina como del mundo y cuestan $2100). Para usarlo, te descargás la app de Travel Shot al celu, le cargás tus fotos en cada lugar que visitaste y ¡magia! Cuando pasás tu celu por arriba del mapa, podés disfrutar de todos tus recuerdos desde el celular.

Souvenir, souvenir

Hubo una época en la que en cada ciudad nueva que conocía me compraba un dedal de porcelana. En esos tiempos estudiaba diseño de moda y, además, los dedales con nombres de ciudades eran los souvenirs más baratos que había. No estoy del todo segura del motivo de esa minicompra que se convirtió en cábala o algo así, pero hoy, sin perspectivas de viajes próximos, veo el tazón repleto de dedales y vuelo con cada uno a algún recuerdo.
El virus nos impidió viajar, pero nos regaló un montón de millas para mirar hacia atrás (y hacia adentro también). Para revivir viajes, recuerdos, emociones. Para volver a pasar por el corazón en las coordenadas justas en las que fuimos felices.
Bitácoras. Qué lindo poder escribir los recuerdos de tus últimos viajes, pegar todas las entradas, tickets de tren y minirrecuerdos que te fuiste guardando. Nada mejor que coleccionar cuadernos de viaje.

Bitácoras. Qué lindo poder escribir los recuerdos de tus últimos viajes, pegar todas las entradas, tickets de tren y minirrecuerdos que te fuiste guardando. Nada mejor que coleccionar cuadernos de viaje.

¿Qué te traés vos de los viajes? Hay quienes juntan piedritas o hasta minifrascos de arena. Están las que compran postales o los objetos más kitsch que pueden imaginar (¿quién no tuvo alguna vez el lobo marino que cambia de color según el clima?). Una amiga me dio un consejo que está buenísimo: "En los viajes, está bueno comprarte de recuerdo algún objeto que uses habitualmente. Al reencontrarte con él, vas a viajar un poco". Un cucharón de madera, una regadera, una bandeja…
La propuesta es, ahora que por un tiempo no podremos seguir sumando souvenirs, armarte tu altarcito viajero en casa. Elegí algún rincón, un estante en la biblioteca o en tu escritorio, y acomodá ahí los objetos más kitsch que hayas comprado, la foto del momento más feliz, la piedrita que te trajiste de Versalles o del Valle de la Luna o las entradas de la obra de Broadway que pagaste con tanto esfuerzo.

Sentidos activados

Las humeantes empanadas salteñas, los tacos mexicanos, la pasta italiana. Aprovechá para volar a través de los sabores que te teletransportan. Vos también podés cocinar una pasta mientras escuchás a Eros Ramazzotti o Tiziano Ferro. Sentite la vera donna italiana. El aroma del tuco, de la harina, del amasado... Salga como salga después, vale la pena el momento.
Hablando de música, escuchar otros idiomas también nos lleva a nuevas coordenadas y qué mejor que aprovechar para estudiar idiomas. Hay apps como Duolingo o Busuu que ofrecen cursos gratuitos y otras como Tandem o Verbling pensadas para charlar con personas nativas. Imaginate enseñándole español a un francés mientras él te ayuda a deletrear "m-a-d-e-m-o-i-s-e-l-l-e". Además de ser una experiencia divertida (y hasta sensual, en algunos casos), te permite conocer nuevas culturas ya que, inevitablemente, las conversaciones nos llevan a explicar cosas sobre nuestro estilo de vida.

Hablando de experiencias

La cuarentena sacó a la luz muchos tours virtuales que ya existían pero que no estábamos aprovechando. También es cierto que algunos solían ser pagos y se volvieron gratuitos a fin de entretener a la mitad del planeta que permanece confinada. Así, museos y monumentos de todas las ciudades del mundo abrieron sus puertas (virtuales) para que todos podamos recorrerlos. Acá, algunos ejemplos:
La Capilla Sixtina, en el Vaticano
La Alhambra de Granada
La Sagrada Familia, en Barcelona
Muchos museos abrieron de manera digital. Hay propuestas particulares, pero para ver todas las obras juntas, entrá a Google Arts & Culture, donde accedés a las colecciones de más de 2000 museos de 80 países. Desde el British Museum hasta el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio, pasando por el Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina. ¡Están todos!

Paseo virtual

Desde hace años se pueden recorrer las calles de muchísimas ciudades del mundo a través de Google Maps y su street view. Pero no creo que hayas ido mucho más allá del chequeo de rigor de la calle donde quedaba el departamento alquilado. Muy probablemente nunca te habías propuesto salir a dar un paseo por las callecitas de Roma o el Soho neoyorquino a través de esta app. Pero si empezás a probarlo, no parás. Podés caminar las avenidas principales, doblar en los pasajes y prácticamente asomarte en los negocios. Ponete auriculares con la música que más te guste y salí a patear el destino que prefieras. Ya están las ciudades de 31 países europeos, 10 latinoamericanos, 17 asiáticos, 5 africanos y hasta podés hacer un recorrido por steet view de la Antártida
Así hizo Jacqui Kenny, una mujer con fobia a los espacios abiertos que, desde 2016, viene compartiendo en su cuenta de Instagram (@streetview.portraits) imágenes que captura en sus viajes a través Google Street View. ¿Cómo? Sí, a Jacqui, una neozelandesa que vive en Londres, le diagnosticaron agorafobia y dejó de viajar en trenes, colectivos y aviones. Un día descubrió Google Street View y empezó a volar a través de esta plataforma. Se abrió una cuenta de Instagram donde comparte las capturas de pantalla o "fotos" de sus viajes. Tal fue el éxito de sus fotografías, que parecen profesionales, que Google las exhibió en una muestra en Nueva York en 2017.
Una nueva prueba de que hay muchísimas formas de viajar y que solo hace falta tener ganas de hacerlo. Algunos lo llaman wanderlust: otro termino alemán que se refiere a la pasión por los viajes y que en una traducción exacta sería algo así como "deseo de caminata". Es cierto, hoy nos toca quedarnos físicamente en casa para cuidarnos, pero el deseo de nuevos caminos puede hacernos volar a los lugares más increíbles. •

Resignificar un negocio

En el último tiempo, Airbnb se hizo experto en vender experiencias, y en cuarentena supo reformular su negocio para volcarse a full al lanzamiento de Experiencias online, una nueva forma de conectarse con otras personas, viajar sin moverse de casa y generar ingresos durante la crisis de COVID-19. Así, los anfitriones ofrecen distintas propuestas para hacer en distintos lugares del mundo y, al mismo tiempo, pueden generar ingresos durante estos tiempos tan complicados para el turismo. Si entrás a la web airbnb.com, te encontrás con opciones increíbles. Entre las mejores: una meditación con un monje budista japonés en Osaka, una masterclass de café con un juez mexicano, una lección de danza irlandesa desde Galway, clase de cocina con una familia marroquí, la pasta en la cocina de la nonna en Italia, una fiesta de baile en patines en Brooklyn, entre muchas más. También podés ofrecer tu propia experiencia virtual y que muchísimas personas del mundo lleguen a tu casa a compartirla.

Pelis on board

Como si estuviéramos viendo el menú de películas en una pantalla de 8 pulgadas y a punto de despegar al destino elegido para nuestras vacaciones, acá, una selección de largometrajes y series que, gracias a sus locaciones alucinantes, nos hacen levantar vuelo sin movernos del sillón.
  • Diarios de motocicleta: la peli biográfica basada en los diarios de viaje del Che Guevara y Alberto Granado es un lindo recorrido de Buenos Aires a la Patagonia y desde el sur, subiendo por Chile, Atacama, Cuzco, Amazonas y más en una ruta de 12 mil kilómetros por Latinoamérica.
  • Comer, rezar, amar: comer en Roma, rezar en la India y amar en Bali. Una historia inolvidable que nos hace descubrir rincones y sentir aromas y sabores de cada uno de los destinos de este viaje de vida.
  • Amélie: junto con este personaje adorable, paseá por las calles de Montmartre, el barrio bohemio de París. La peli te regala una de las mejores vistas de la ciudad: un atardecer en la plaza Saint Pierre, a los pies del Sacre Coeur.

Series

  • Game of Thrones: qué decir de los paisajes increíbles de GOT. Duvrovnik, en Croacia, como protagonista con su muralla de 1940 metros, sus adoquines relucientes y sus playas. También se pueden recorrer el Castle Ward en Irlanda del Norte o el Alcázar de Sevilla, entre otros palacios.
  • Fortitude: esta serie británica que se puede ver por Movistar+ no tuvo buena crítica, pero vale la pena seguir la historia de asesinatos en esta comunidad del Ártico que realmente transcurre en Islandia. Auroras boreales, glaciares inmensos y montañas nevadas como postales imperdibles.
  • Hollywood: recién estrenada por Netflix, nos lleva a la época dorada del cine en Los Ángeles. Los estudios de grabación, el clásico cartel de Hollywood, el mítico restaurante Musso & Frank, las calles de Beverly Hills o Pasadena.

Muchas formas de ser viajera

Por Andy Clar. Creadora de @chicasenNY, @chicasdeviaje y @bychicas.
Viajar no es solamente subirse a un avión o encarar la ruta.
Viajamos desde que arrancamos a planear nuestro propio destino.
Desde que lo soñamos.
Viajamos a través de los aromas y podemos potenciar emociones con un perfume o sonido que abre mágicamente las puertas de nuestra memoria.
Podemos sentir en la boca el sabor del tuco de la infancia, e incluso sentirnos hoy mismo en Roma con los fetuccinis recién hervidos en nuestro balcón, porque los recuerdos y los sueños también son pequeños viajes al pasado y al futuro.
Viajamos entre las páginas de un libro, en la trama de una película o una serie que nos muestra una ciudad...
Nueva York es el ejemplo perfecto: ¡la conocemos antes de pisarla! Hollywood, a lo largo de la historia, se encargó de mostrárnosla desde todos los ángulos posibles. Si hay hasta tours inspirados en las locaciones de esas historias.
Recuerdo cuando vi Bajo el sol de Toscana, pensé: "¡Wow! Yo alguna vez quiero volver a estar ahí". Porque, de algún modo, yo sentía que ya había estado en esas tierras a través de la pantalla.
El amor también nos puede hacer volar; y una videollamada con una amiga, copa en mano, aterrizar...
De algo estoy segura: nada es imposible. Viajar es una actitud. Ser una persona "viajera" nos ayuda a desarrollar esa curiosidad, esas ganas de verlo todo e ir por más, y nos genera una energía arrolladora que nos impulsa a querer avanzar.
Hay muchas formas de viajar desde casa, elegí la que más te guste.

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