Coronavirus. Viajes de egresados: adolescentes a la espera de definiciones
Fiestas, galas, viajes, juntadas, un buzo que los define, charlas y risas en los pasillos del colegio, mayor cercanía y hasta complicidad con los profesores y el cierre del año con una despedida que en cada caso es distinta, pero siempre para el recuerdo. Esto es lo que esperaban vivir los chicos que hoy están en el último año del secundario, este 2020. Pero, de un día para otro, el virus trastocó sus planes y los tiene dentro de sus casas, desde hace más de sesenta días, con todos sus proyectos guardados en un cajón.
Esa última semana presencial, antes de que se decretara el receso para los colegios, los chicos ya sentían la tensión debida a este tema que copaba pasillos, recreos y hasta clases. "Sonaba irreal, pero divertía hablar de eso. El dilema era si llevarse las cosas o no", cuenta Irene Casado de Achával, del Michael Ham. "Al principio estaba con muchas metas y a lo largo de la cuarentena se siente cada vez más irreal la situación, como una película de ciencia ficción. Las charlas por Zoom con mis amigas al principio eran todo risas. Y llegó un momento en que salieron charlas profundas", añade.
Muy distinto al año que esperaba, Irene sueña con que, aunque sea, en los últimos meses del año las clases vuelvan a ser presenciales. Más allá de las actividades, extraña el día a día con sus amigas, en un año que debía ser especial. "El año que viene, si bien nos vamos a seguir juntando, cada una va a estar con su carrera y no va a ser lo mismo", reflexiona. ¿Aspectos positivos de la cuarentena? Asegura que ahora cuenta con un espacio para encontrarse consigo misma.
"Los jóvenes del último año de la secundaria están de duelo porque no se viven las experiencias cotidianas, sus vínculos no están siendo cara a cara. Todo eso que ansiaban para su último año no se está dando", explica Verónica Maccari, psicóloga de Espacio San Isidro Orientación Vocacional. Mostrar el buzo de egresados y sentirse los mayores de la institución es algo que se cortó. La fiesta de fin de año y la gala son una incertidumbre.
"Empiezan a hacer duelo por estas cosas porque están en gran riesgo de no ser vividas o postergadas. A este duelo se suma la incertidumbre de qué va a pasar el año que viene", agrega. Respecto de los sentimientos esperables en ellos, en este momento, Maccari asegura que no hay una uniformidad de emociones. "El que es sociable y líder se siente quizás angustiado, entristecido, enojado o desganado porque se está perdiendo cosas. El más tímido y ansioso se puede sentir aliviado porque no tiene esa exposición continua", describe.
Vida virtual
Isidro Borthaburu se fue al campo justo antes de que se cerrara todo. La distancia, sin embargo, no le impide cumplir con las cuatro a cinco horas diarias de clases virtuales de su último año, que está cursando en el Liceo Franco Argentino Jean Mermoz. "En mi caso, la primera semana me costó engancharme. Ahora estoy más ordenado", cuenta sobre su experiencia escolar virtual. En cuanto a los hitos a cumplir por los egresados, Isidro ya tuvo su viaje, dado que, en su caso, se realiza en 4° año, a Francia. También realizaron este año el ya clásico UPD (último primer día). Y ante esta situación atípica flota en el aire la idea de repetirlo, en versión poscuarentena, una vez vuelta la normalidad.
En cuanto a la vida social de Isidro, también se vio interrumpida. "En marzo y abril varios amigos que cumplen años venían diciendo que iban a hacer fiesta. Yo quería hacer una juntada para el mío. Pero lo que estuvimos haciendo son videollamadas para charlar", se resigna.
Es que la virtualidad hoy invade todo y es la única opción de adaptación a la pandemia. Fermín Echenique termina este año el colegio en Los Robles del Pilar. Además de las clases virtuales, con su grupo de amigos se siguen juntando online. Muchas veces se ponen el buzo de egresados para sentirse más unidos. Los fines de semana, por medio de Zoom, se reúnen a la noche, solos o con amigas, a tomar una cerveza, charlar o jugar a algo. Respecto de su viaje de egresados a Bariloche, la esperanza sigue estando. Ya sin la certeza de la fecha, lo que se sabe es que el viaje se va a hacer. "Aunque sea más a fin de año y no haya nieve, igual nos vamos a divertir porque las fiestas van a estar. Y lo que más nos importa es estar todos juntos y salir", acepta.
Fermín pudo convertir una situación no esperada en algo positivo, sumando buenos hábitos. Practica gimnasia casi todos los días, en el estudio ganó concentración y una mejor organización del tiempo, le dedica más tiempo a tocar la guitarra, arrancó con orientación vocacional y participa de charlas de universidades.
Victoria Rol, del colegio Mallinkrodt, coincide con el resto de los chicos en el papel central que están cumpliendo los colegios en acompañarlos especialmente en este último tramo de escolaridad. Reconocen el esfuerzo de las instituciones, no sólo para llevar adelante los estudios, sino para que el último año sea especial. "Lo que más me duele es no estar viviendo este año con la camada. Pero hay mucho acompañamiento del colegio. Hay muchas charlas de orientación vocacional y la tutora nos está acompañando", destaca. A pesar de la distancia física, esa mayor cercanía que se da con los profesores en 5° año se está logrando. Mediante un grupo de WhatsApp, las chicas mantienen conversaciones con profesoras, con quienes, incluso, cocinan. Su viaje estaba planeado para agosto. Por ahora se cambió para septiembre, aunque si sigue la cuarentena está la posibilidad de que pase a noviembre.
Los viajes dentro del país no cuentan con el problema extra que implica el cierre de fronteras. Hoy aún nadie sabe cuándo van a estar habilitados. "Estamos esperando ver qué ocurre con lo que decidan las autoridades. Los viajes se van a reprogramar. A lo largo de los años hemos tenido dos reprogramaciones importantes, que fueron la de la gripe A, en 2009, y las cenizas volcánicas, en 2011. Se combinaron un corrimiento de fechas y el aumento de la capacidad hotelera", asegura Michael Casavilla, de Travel Rock, firma especializada en viajes de egresados a Bariloche. Casavilla asegura que todos los proveedores están blindados para asegurar el servicio y que cuando se levante la cuarentena el sistema está listo para arrancar.
Mientras los chicos están adentro, las ganas de salir y de verse se van acumulando. Es fundamental, entonces, no solo el acompañamiento de los adultos, sino también la preparación para cuando llegue el momento de salir al exterior. El adulto más que nunca hoy tiene que ser el eje de la familia: "No desbordarse, apelar a la propia resiliencia. Hay que cuidarse como adulto porque uno es el ejemplo", aconseja Verónica Maccari.
Durante estos días de encierro, hay ciertas pautas, como "respetar sus momentos de soledad, habilitar el uso de tecnología con fines sociales, estimular momentos deportivos, incentivar espacios de diálogo y convocarlos a colaborar en las tareas familiares", indica Luz López Llano, psicóloga y psicopedagoga del Hospital Británico. La profesional apunta que los chicos del último año del secundario son a los que le va a costar más la salida al mundo pospandemia.
"Van a querer salir a encontrarse con los amigos no bien les den el permiso. Esto puede hacer que olviden ciertas pautas de seguridad y cuidados", anticipa. En esta preparación para salir es importante el rol de la familia. Es útil darles pequeñas responsabilidades para que puedan concientizar el tema del cuidado. Por ejemplo, sacar a pasear al perro hace que puedan ver que tienen que ir con barbijo, que se tienen que lavar las manos, que tienen que tomar distancia con alguien que viene caminando con la cuadra.