Altavoz. El momento político y social se denuncia a través de la moda
La moda es más que ropa, tendencias y espectáculos. Es también una poderosa arma, un altavoz que cuenta y denuncia hechos políticos, culturales y sociales. Acá te contamos algunos.
Hoy la moda vuelve a ocuparse con más fuerza de cuestiones políticas y sociales. En una nueva vuelta de tuerca la industria del fashion comunica con lo que tiene a mano. Los diseñadores son representantes de un momento social con la posibilidad de contar lo que ocurre a través de la ropa que crean, el desfile o a quienes eligen para que encarnen sus diseños. La moda representa la realidad y ésta se convirtió en tendencia, una tendencia que muchas veces duele.
En 1947 el saco corto entallado con mini basque y la pollera plisada significaron más que dos piezas, hablaban de un momento de quiebre y de una revolución. Christian Dior, quien no en vano fue apodado el diseñador que amaba a las mujeres, creó la silueta corola en honor a las flores de su jardín de Granville, pero la prensa lo denominó New Look. Más de una silueta, fue la expresión de un diseñador hacia una época en la cual reinterpretó el florecer de las mujeres después de la Segunda Guerra dándoles un nuevo protagonismo.
Hoy Maria Grazia Chiuri, la primera mujer al timón de la firma, revaloriza a sus pares desde su debut a través de un feminismo low cost con las remeras Todos deberíamos ser feministas (verano 2017) y La hermandad es poderosa (invierno 2019). Solidaridad entre mujeres, contraataque y reivindicación constantes.
Y hablando de remeras, desde los años 80 Katharine Hamnett grita desde las leyendas de sus camisetas con mensajes reivindicativos. La foto icónica es de 1984 cuando en un cóctel encaró a la entonces Primera Ministro Margareth Tahtcher vistiendo una con el mensaje pacifista 58% Don’t Want Pershing, en alusión al resultado del referéndum en el Reino Unido sobre el uso de las armas nucleares. Hamnett reconoció que supo aprovechar la oportunidad. Como también lo hizo durante la colección verano 2004 con Naomi Campbell y el sugerente crop top con la leyenda Use a condom. Hoy sus T-shirts, de algodón orgánico, son tabloides que gritan Cancel Brexit.
Desde Occidente a Oriente
Los espejos sirven para reflejar lo que muchas veces tenemos puesto y es también quien devuelve un reflejo que mueve conciencias y alienta cambios. La moda legitima lo cultural y lo social.
El diseñador mallorquín Miguel Adrover supo vivir de la cosecha de las mieles del éxito y sus colecciones presentadas en Nueva York fueron siempre una hermosa cachetada al establishment. La posición artística respecto de su visión eran resueltas en sus desfiles: una combinación multicultural con un marcado trasfondo social. Eran otros tiempos, terminaba la década del 90 y los años 2000 lo recibieron con un fuerte cimbronazo. Tan fuerte que ni él mismo lo vio venir. Fue con la colección verano Utopía presentada en septiembre de 2001 que Adrover se despegó fuertemente del resto. Con costuras y a su manera, contó la realidad de las mujeres en los países islámicos sin imaginar que dos días después caerían las Torres Gemelas. Sus diseños y la inspiración multicultural se malinterpretaron y fue acusado de conspirar con el enemigo. Desde ese momento el diseñador se retiró.
Como dijo el periodista español Daniel Borrás "su moda era mensaje, historia, denuncia y espejo social". Quien siempre tuvo claro su misión con la moda es el diseñador Hussein Chalayan. Quizás por ser chipriota y venir de un lugar siempre dividido y en conflicto permanente la conciencia social nunca le fue ajena. Between, la colección de verano de 1998 fue una reflexión sobre el papel de las mujeres musulmanas en la sociedad. El final del desfile fue una seguidilla de modelos vistiendo burkas de diferentes largos: el primero llegaba hasta el suelo y el último cubría la cara y la dejaba desnuda. A través del burka realizó una dura crítica hacia el trato de la mujer por los sectores radicalizados del mundo islámico y a los códigos religiosos que pueden conllevar a la pérdida de la propia identidad. Visionario y transgresor, su moda es también concepto.
De acá y de allá
En Argentina existe la narrativa de moda. Era el año 1982 y estábamos en guerra con los ingleses por las Malvinas cuando en el desfile de Gino Bogani faltó la novia. En su lugar aparecieron tres modelos vistiendo dos fourreaux de seda celeste y uno blanco en el medio que simbolizaban la bandera relatando que la soberanía no se discutía. Bogani supo darle otro matiz y mostrar un nuevo costado.
En marzo último, con Stock Divino Tesoro, Martín Churba para Tramando ofreció una visión de su realidad con la moda, una colección muy personal hecha con los materiales del depósito en un claro ejercicio textil de comienzo a fin que representa una actual situación económica. Además el desfile fue un mensaje político, un show de denuncia y una puesta en alerta sobre realidades sociales diarias que no deberían ser cotidianas. Fue un trabajo en conjunto con Red Solidaria y la campaña Frío Cero que invitó –y continúa– a entregar en mano abrigo a las personas en situación de calle.
También es un manera de protesta sin que por ello se entienda una revuelta social que sí puede estar a la altura de ella. Es un medio más que no debería pensarse desde el lado frívolo. Puede serlo, pero esa es apenas otra faceta. Hay que leer entre líneas. En el caso de Raf Simons durante su cortísima estadía en Calvin Klein hubo que escuchar entre líneas. Fue con su colección debut (invierno 2017) presentada en febrero de ese año: por lo bajo sonaba This Is Not America por David Bowie, un guiño elegante que dejaba en clara evidencia que Simons y la marca no comulgaban con el recién asumido Donald Trump. Así marca y diseñador estaban en una vereda y no en la otra.
El 28 de mayo, en Roma, Gucci presentó el desfile Crucero 2020 con una colección que fue un manifesto a través de la ropa. My Body My Choice rezaba la espalda de un saco bordado en referencia al slogan feminista de los 70. Casi al final apareció un vestido con los órganos reproductores femeninos bordados.
Sin dudas el diseñador Alessandro Michele reivindica de manera explícita que el cuerpo femenino le incumbe a la mujer. Ese mismo día, a más de 11.000 kilómetros, en Buenos Aires, centenares de mujeres se reunieron alrededor del Congreso de la Nación en señal deapoyo a la octava vez consecutiva que se presentaba el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Hoy las pasarelas son un compendio de razas, sexos, edades, orientación sexual y tipos de cuerpos que echaron por tierra estandartes que se creían inamovibles. ¿Alguien recuerda que para la primavera de 1999 Alexander McQueen hizo desfilar a Aimee Mullins, la atleta paralímpica a quien le habían amputaron ambas partes bajas de sus piernas? La moda, el marketing y las redes sociales ayudan a esparcir y potenciar la realidad.