Buenos Aires, aquí y allá
Una actitud elegante entre famosos. Belleza en cadena. Lo mismo, distinto
1 minuto de lectura'
Una actitud elegante entre famosos
Nada desacertada la elección de una fotografía de Audrey Hepburn y Humphrey Bogart para ilustrar la consigna La elegancia es una actitud. El actor Billy Zane (el malo de Titanic, donde actuó con Leonardo DiCaprio), galán con ciertos aires retro, tampoco desentona. Son ellos, justamente, los modelos con que promueve Longines (fundada en 1832, en la actualidad parte del Swatch Group) los últimos lanzamientos de sus líneas DolceVita y La Grande Classique. Ambas fueron presentadas por Dianthus, su representante oficial en la Argentina, en la joyería Miller, de Santa Fe y Callao. Lanzado en 1997, DolceVita ya va por su tercera reencarnación y es la serie más elegante, con versiones de cuadrante redondo y cuadrangular, en oro 18 quilates o acero pulido. La Grande Clasique, en cambio, es más Bogart: discreto e inapelablemente elegante, un verdadero homenaje a la mejor relojería suiza.
Belleza en cadena
Es mucho más que una cadena de perfumerías, dice el slogan de Juleriaque. Tanto, que ofreció un desayuno entre perfumes, cremas y cosméticos, y así famosos y periodistas deambularon por el megastore especializado, que el jueves abrió en la avenida Santa Fe 1650.
"Juleriaque nació en Rosario hace 17 años y se extendió en las principales ciudades del interior, como Córdoba, Mendoza, Salta y Santa Fe. En el afán de seguir creciendo llegamos a Buenos Aires con la idea de multiplicarnos. El año próximo abriremos tres locales más y otros dos en el interior", dicen Gustavo Pecci y Antonio Colomar, que revelan el secreto mejor guardado: "Juleriaque es el apellido del titular de la firma".
Tienen 11 sucursales y en la porteña ofrecen una promoción que evoca el uno a uno: pago en 10 cuotas sin interés, "para llevarse cualquier fragancia de las líneas importadas y las principales de cosmética que se comercializan en el país". Que no quede en el tintero que Juleriaque ofrece asesoramiento personalizado a mujeres y hombres a cargo de sus expertas, con promociones de maquillaje, y el servicio a domicilio. Y tiene una marca propia, Zila, de cremas, lociones corporales, aceites, body splash y sales en siete fragancias.
Lo mismo, distinto
Gabriela Bóveda, Nora Wainstein y Lucila Leto: tres socias y amigas, arquetipos de la mujer Archetype, la boutique que inauguraron en Rodríguez Peña y avenida Alvear. "Nos conocimos y fueron surgiendo ideas. Primero pensamos en un showroom. Después encontramos este local y acá estamos. Abrimos hace poco y ya tenemos clientas", contaron durante un brunch de prensa, en su espacio amplio y blanco.
Aunque de generaciones distintas, el trío tiene un perfil común: "Somos pilcheras. Y no nos conformaba la ropa que nos ofrecían. Entonces, hicimos algo para nosotras, equipos de calidad, con buenas telas. Un estilo chic, suelto, informal". Así, diseñan todo lo que usan, hasta las carteras. A la vista, ropa con buenos materiales y cortes prolijos, sin riesgos.
"Cuidamos mucho la terminación: no trabajamos con talleres, sino con sastres", aclaran. En blanco, negro, azul, beige, marrón, Pespuntes incluye ese detalle en pantalones, vestidos, tops; Jean se reproduce en tops, pantalones, vestidos, y Círculos se estampa en sacos, remeras, carteras. De noche, gasas y sedas, para "mujeres de veintipico a 60 años o más, también a medida". Una remera, a partir de 60 pesos. Hay barra, sillones y café. Y también abren los sábados, de 10 a 20.

