Cuando no se quiere decir ni mu
Las preguntas que nadie contesta y un estilo personal
1 minuto de lectura'
Le gusta la ropa, se nota. Y se viste con muchos, y con ninguno, mal que les pese a esos muchos, que tal vez quisieran vestirla de arriba abajo, pero no pueden.
Cuando a ellos se les pregunta sobre ella, las reacciones no siempre son las mismas. Desde el que no quiere pronunciar ni su nombre ("la señora" es más prudente) hasta los que lo pronuncian y van algo más allá, aunque cuidando cada palabra y sin definiciones precisas. Sí, no, bueno, tal vez ... contestan redondeando un ni que suena como tal.
Hay que reconocerle su gusto por el diseño argentino y desde ya su actitud democrática: un poco de esta firma, otro tanto de aquella y de aquella otra, y de la de más allá y de la otra también. Asimismo, la discreción de no decir de quién es lo que tengo puesto, que tampoco es cuestión de casarse con nadie, que para eso ya tengo marido.
A partir de ahí, el mix y las posibilidades. Lo cual no está nada mal, ya que comprar el total look de vidriera está pasado de moda y la gracia, hoy, es el rompecabezas, que de eso se trata, en la búsqueda del estilo y el eterno juego del ensayo, con acierto y error.
Una construcción personal que se orienta al más es más , en territorio porteño o sureño, como en la noche paqueta e internacional. Donde sí se podría confesar lo inconfesable fronteras adentro y cambiar al menos por un rato de dinámica: hoy, gran vestido de fulano, y mañana, equipo de sutano... dando a conocer así la moda argentina con nombre propio y ajustándose algo más a la regla del protocolo: poco, bueno, elegante.
Máxima que corre asimismo para los brillos del reloj más famoso, los anillos y collares, y los accesorios con logo, llamados al descanso en estas situaciones. Si se tiene con qué, y eso está, se puede brillar igualmente sin ellos.
cacevedo@lanacion.com.ar

