Decidí dejarme las canas con orgullo y esto aprendí en el proceso hasta ahora
Hace dos meses que no me tiño el pelo. Tuve mis primeras canas a los quince y hoy con cuarenta tengo la cabeza repleta. Al principio para taparlas me hacía el Casting, un producto polémico que fue furor entre las adolescentes de los noventas: no aclaraba, te cambiaba un poco el tono y se iba con los lavados. Se usaba el caoba. Mis contemporáneas lo recordarán. Yo elegía siempre el tono visón. La diferencia era mínima pero una pensaba que el cambio era radical. Las madres en esa época -o la mía al menos- no te dejaban ponerte más que agua oxigenada en las puntas. También pasé por el Henna -no recomendado- y por el Color Touch -que tapa cuando tenés pocas- hasta que terminé en la tintura porque ya eran demasiadas.
Me tiño desde hace diez años y hoy tengo cuarenta. Me cansé de obligarme a ir a la peluquería cada veinte días para taparme las raíces y no parecer una dejada. Hay que estar muy pendiente y cuesta una fortuna cada vez. Inventaron la keratina, la depilación definitiva, las uñas esculpidas y todavía no inventaron nada que haga desaparecer las canas para siempre. Incomprensible. “El deseo de todas las clientas que se animan a la transición del teñido a pelo natural con canas es el de despreocuparse, no depender de la peluquería ni tampoco de las tinturas que se aplican en casa que siempre dejan rayas de color en la melena. Son mujeres con actitud, en general, dispuestas a dejarse las canas pero no por eso a convertirse en unas brujas. Pelo natural bien cuidado”, señala Alberto Godoy, dueño de las peluquerías que llevan su nombre.
Ah sí, claro. Porque después te encontrás con argumentos viejos, prejuicios antiguos e imperativos que suenan patriarcales. Las mujeres con canas parecen más viejas, dejarte crecer el pelo natural te avejenta, la mujer siempre tiene que estar prolija y arreglada. ¿Por qué? ¿Quién lo dijo? ¿Dónde está escrito? Pero a ellos, a contrario, las canas los hacen parecer sexies, atractivos, maduros con experiencia y, a al revés de la mujer, el que se tiñe es el mal visto. Una salvedad. Godoy nos cuenta que por algún motivo fisiológico, “la coloración al hombre no le queda tan bien como a la mujer, siempre parece más artificial y más si no se hace en un salón”.
La revolución del gris
Resulta que a veces la moda nos favorece. Desde hace un par años está de moda teñirse el pelo de blanco. Es decir, una oportunidad para las canas prematuras. Porque hoy lejos de ocultar los signos del envejecimiento se quiere celebrar la edad y el estilo. Se lo llama #grannyhair, que viene a ser un derivado del estilo granny creado por Gucci desde hace un tiempo en las pasarelas que es también un aire de época: envejecer es parte de la vida y también es hermoso. Una búsqueda rápida en Instagram da más de 300 mil imágenes con el hashtag mencionado. Muchas famosas se lo tiñeron, al menos, por un día, una semana o un mes como Cara Delevingne, Rihanna, Kate Moss, Hillary Duff y Lady Gaga, entre otras. Canas chic. La campaña de Celine de 2015 donde la marca se animó a poner a la escritora Joan Didion con toda su elegancia en blanco y negro es otra variable que puede explicar esta tendencia no sólo como moda, sino como una revalorización del paso del tiempo. Otro caso es el de Linda Rodin, un ícono de estilo con una cabellera larga y gris, sana y brillante, que después de haber trabajado en moda durante años creó una línea de aceites para envejecer con gracia.
Florencia Ducós, asesora de imagen y especialista en marketing personal, señala que “una cosas es tener veinte años y teñirte de gris y otra muy diferente es tener cincuenta y dejártelas crecer. En esa transición te metés diez años encima, pero después con tratamientos matizadores, baños de crema, buen corte y actitud, esas canas que primero avejentan pueden transformarse en un símbolo de valentía, de sofisticación y de elegancia”.
Entonces, ¿es moda o una tendencia que llegó para quedarse? “Dejarse crecer las canas hoy tiene dos aristas: la moda porque se usa la gama de los grises y platinados y también la actitud porque la mujer hoy es mucho más segura e independiente que antes lo que provoca que el paso del tiempo se ensamble con la estética capilar también”, explica Paola Arakaki, embajadora de color de Schwarzkopf. Por otro lado, el auge de lo natural, del ejercicio físico para estar sanos, el furor de la buena alimentación, pareciera lógico que sea una tendencia para quedarse, especialmente, en casos de un aluvión de canas prematuras. Desde el punto de vista de Ducós, “se trata de un movimiento que viene a quedarse, que es parte de una movida de revalorizar el paso del tiempo. De todas maneras, creo que a la argentina le va a costar más”. Para convencernos del asunto, John José Mojica Rolong, gerente de educación de L'Oréal asegura que “en términos científicos, las canas nacen para atenuar las líneas de expresión”.
La transición
Para dejarse el pelo natural con canas incluidas hay que tener alrededor del 60% de la cabeza cubierta de blanco. Voy dos meses sin pasarme tintura en las raíces que son dos centímetros aproximadamente. Para empezar con la transición necesito esperar dos meses más. Por ahora, no me parece tan tremenda la experiencia, pero desconozco el futuro: las canas tienden a ser más gruesas y menos dóciles debido a la falta de melanina. Vislumbré un falso oasis al final del camino y pregunté si existía algún método que haga la transformación en un día, pero todos los especialistas me dijeron que no, a no ser que quiera raparme o quemarme el pelo. “Para llegar al gris de una sola vez hay que decolorar a una altura de 9/10 que es lo más rubio que hay. Susana Giménez, por ejemplo, es un nueve y medio. El problema es que después de esa coloración el pelo queda quemado y hay que cortarlo”, explica Godoy.
Paciencia. Tampoco es tan grave. El proceso tarda de seis meses a un año y medio en completarse. Además, los peluqueros no te dejan sola con el pelo bicolor, sino que a medida que va creciendo hacen reflejos para crear un esfumado entre lo nuevo y lo viejo. Mojica Rolong de L'Oréal explica que “si el cabello lo tienes pintado con un color oscuro, será un proceso largo porque el contraste es muy marcado. Si el pelo lo tienes pintado de tonos claros es mucho más fácil”.
El esfumado pareciera la técnica más efectiva y menos padecible. Godoy nos cuenta el proceso completo: “Una vez crecidos alrededor de cuatro centímetros de crecimiento natural. En ese momento, con una gorra de reflejos y se matiza el pelo con algún color para quede disimulado suelto. Después se debe dejar crecer unos seis o siete centímetros, cinco meses aproximadamente, y ahí hacer nuevos oscuritos con un 60% menos que la vez anterior. Alrededor de los quince centímetros de pelo se logra un esfumado. A esta altura, lo mejor es animarse a hacerse un lindo corte y eliminar todo el teñido que quede en los extremos”.
Cómo ser Elsa de Frozen
- ”Un dato para las que tienen muy pocas canas: háganse oscuritos”, Godoy Peluquerías.
- ”Las canas no tienen pigmentos naturales que nos defienden de los rayos ultravioletas, por eso, es básico un tratamiento con mucha nutrición y filtro UV como el Silver Nutrifier”, Mojica Rolong de L'Oréal.
- ”Lavarse el pelo dos veces por semana con un shampoo de color violeta para mantenter el brillo y evitar que la cana se ponga amarilla algo que nadie quiere”, Godoy Peluquerías.
- ”Hacerse un baño de crema cada veinte días”, Godoy Peluquerías.
- ¿A quiénes les quedan mejor las canas? “Desde la colorimetría les queda perfecto a las morochas con piel clara y oscura. O a las muy rubias casi blancas con ojos claros. A las rubias doradas y a las pelirrojas no”, Florencia Ducós.
- ”Existen varias opciones en cuanto a productos, en breve, Schwarzkopf lanza al mercado la innovadora línea de colores Silverwhites de Igora Royal para lograr looks modernos en las mujeres que desean dejarse las canas”, Paola Arakaki, Schwarzkopf.
- ”Llevar el cabello con canas y que la mujer se vea joven requiere de un corte de cabello moderno y actitud a la hora a la hora de tomar la decisión”, Paola Arakaki, Schwarzkopf.
Ida y vuelta
Puede ser tedioso andar con el pelo de dos colores. Y lo es por más coberturas que haga el peluquero durante un año. Dejarse crecer el pelo natural con canas es toda una decisión, pero nunca tanto porque puede remediarse en cualquier momento: si no nos gusta nos volvemos a teñir y ya. El camino es descubrir qué color de pelo tenemos debajo de tanta tintura. A mí me intriga. Me intriga si me quedará bien, si lograré el efecto de francesa sofisticada, si mis canas matizadas con algo de azul o rosa me convertirán en prófuga de un geriátrico. Por ahora, mi mamá dijo que voy a parecer de sesenta años pero ya me compré un shampú con pigmentos violetas para el plateado.