Escala menor
De grandes, pero para chicos, ropa y accesorios
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Hijos vestidos con marcas de sus mamás. No son chicos vestidos como grandes, sino grandes que actualizan la ropa de los chicos con las etiquetas con las que se visten habitualmente.
Un hábito de diseñadores de autor y de firmas más masivas que siguen la tendencia marcada por etiquetas internacionales. Los chicos, como sus madres, quieren estar a la moda, obviamente por influencia de ellas. Marcas dedicadas a mujeres y hombres trasladaron el concepto de sus colecciones y de su marca, en general, a ropa para chicos. En algunos casos, reproducen la misma idea con una versión infantil de su propuesta, y en otros crean una línea diferente.
Entre las pioneras están las internacionales top como Dolce & Gabbana, Polo Ralph Lauren y Burberry, que decidieron poner su etiqueta en líneas juniors. Levi s es la marca que marcó tendencia. "En 1912 Simon Davis, hijo de Jacob Davis, inventor de los remaches colocados en la esquina de los bolsillos, creó los primeros overalls (mamelucos) para chicos, inspirados en la resistencia y el éxito de los de adultos, pero suavizando y adaptando el modelo que se mantuvo sin modificaciones hasta 1940", cuenta Carolina Galano, gerente de marketing de Levi s Argentina. En los locales de Estados Unidos se comercializan con mucho éxito modelos que son iconos, como el 501 o la campera 70500, desde el talle 0, así como los productos de la línea Vintage. "Hay jeans infantiles que pueden costar hasta 150 dólares", agrega.
Versiones infantiles
Pero la Argentina no se queda atrás: muchas firmas de ropa para adultos decidieron dedicarles un espacio, bastante importante, a los más chicos. Ante los pedidos de sus clientas, en 1998 Paula Cahen d Anvers se convirtió en una de las primeras en lanzar no una línea, sino una firma para chicos. "Querían el estilo de la línea trasladado a la ropa de chicos", afirma Grace De Mattei, encargada de producto de la firma. Prendas de cortes simples, clásicos, con materiales nobles y en una amplia paleta de colores forman parte de la línea sastrería, de punto y básicos, muy romántica, hasta barroca. "Las madres compran nuestra ropa porque refleja cierta nostalgia, lo que las remite a su época de niñas. La propuesta no se rige por ninguna moda ni tendencia", asegura De Mattei.
En diseño de autor, también algunas firmas de mujer se diversificaron en propuestas para los más chicos. Valeria Pesqueira lo hizo en forma paralela a su segunda colección, y desde entonces siempre ofrece algo nuevo. "Es como un accesorio, un apéndice o plus. Y llevo a menor escala el mismo concepto de Pesqueira TM, con iguales recursos y, sobre todo, con el mismo fuerte, la estampa y el desarrollo personal de una moldería que calza justo. Tengo, entonces, ropa de mujer y niña, no tanto niño. Y empecé haciendo una remera para la beba de una amiga; tuvo tanta repercusión que me animé a crear una línea aparte", explica. La otra diseñadora con propuestas más personales es Nadine Zlotogora, que de igual modo baja el talle a su estilo.
Para algunas firmas, la decisión de lanzar una línea kids surgió por una necesidad. Apenas tuvieron su primer hijo, Cynthia Kern y Federico Bonomi, dueños de Kosiuko, descubrieron que no había lo que ellos pretendían: ropa con onda para los chicos. "Me resultaba muy difícil encontrar ropa bien canchera -dice Kern-. Lo que buscaba para armar equipos acá no se hacía." Así surgió la idea de reproducir las colecciones en talles junior que se materializó en el verano 2002-03, como una prueba piloto en tres puntos de venta. El éxito hizo que finalmente se extendiera al 80% de sus locales. Así, al lado de los percheros de ropa para adultos hoy conviven réplicas en miniatura y con detalles infantiles, como bordados, aplicaciones (un corazón, alguna flor, un pájaro o una pelota) y una amplia variedad de estampas (de florales a deportivas).
A Josefina Helguera, una de las responsables de Rapsodia, junto con Sol Acuña, también la necesidad de vestir a los chicos la llevó a diseñar versiones small. "Decidimos hacer jeans con diferentes lavados, remeras con estampas, camisas y blusas para chicas, de 1 a 10 años", describe Acuña. La ropa infantil tiene su rincón especial en cada local Rapsodia, siempre en su estilo bohemio.
Analía Maoirana, modelo y diseñadora, reconoce que ser madre y el pedido de sus clientas la estimularon para crear su línea para chicas. Como primer paso, lanzó trajes de baño y túnicas, pero el último invierno se animó a crear una línea de tejidos, con ponchos. "No son réplicas de la ropa de adultos, porque no me gusta que se vistan igual que sus madres", marca la diferencia.
Wanama también tiene lo que llama minidiseños; no por ser para chicos, menos importantes, aclaran desde la firma. Emiliano Fitá, presidente de la marca, explica que se trata de prendas pensadas como una extensión de las de adultos, y forman parte de una línea bastante variada: desde camperas, capris, camisas hasta remeras, del talle 2 al 10.
Con mucha identificación
Si son los chicos los que quieren vestirse como sus mamás o papás, aunque parezca insólito, desde Lacoste se asegura que los más pequeños tienen su decisión. "Las hijas e hijos quieren verse como sus padres, por la gran identificación que tienen con ellos. Y terminan por optar por la característica chemise que identifica la marca", destaca Susan Majewski, a cargo de producto en la Argentina. "La idea de hacer una línea para chicos surgió en la temporada de 1997-1998, como una propuesta para toda la familia, porque ese mismo año se lanzaba la colección completa de mujer. Además, fue como respuesta a una demanda: muchos padres querían vestir a sus hijos igual que ellos. El estilo de la colección, en especial la paleta de colores, es el mismo, con unas pocas modificaciones para adaptarlo a las tendencias. Está dirigida a chicos de entre 2 y 14 años."
Respecto de esa identificación, Maiorana dice: "Las chicas son las primeras en querer parecerse a sus mamás, y desde una edad que puede parecer temprana, entre 5 y 6 años, ya desean estar a la moda y opinan sobre la ropa que pretenden usar".
