Estilo campo o muy urbano, con asado y todo
En San Antonio de Areco, sol y tendencias / Y un inquietante pisotón
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Jeans, grandes anteojos, camisa blanca de piqué con mangas de volados, un par de botas y la mejor onda para dar la bienvenida a quienes en domingo al mediodía concretan aquello de gente que busca gente, como dice quien recibe. Que, por ejemplo, bien pueden ser primos hermanos reunidos todos juntos en el mismo lugar por primera vez en su historia.
Así, en domingo a pleno sol no falta nada, ni el asado, ni el buen aire de campo de San Antonio de Areco, ni por supuesto las fotos para el recuerdo. Ni tampoco el regalo para la dueña de casa, cadena de plata y oro con medalla, de firma porteña muy conocida, que ya de entrada plantea un problema: hay enredo de eslabones y nadie da con la solución. Pero ella se la cuelga, encantada. Y el enredo sigue.
Bombachas gauchas con ribetes pampa, camisa Liberty en rosa, suéter con cierre y alpargatas al tono, el look más naïf y campero del día, llegado desde Buenos Aires y muy a propósito para andar de ronda por San Antonio, la ciudad de los plateros que ahora, con el turismo de adentro y de afuera, va diversificando de a poco sus vidrieras de moda. Tanto que ya no haría falta venir todas las semanas a Buenos Aires para ver qué hay en los shoppings, porque lo nuevo tarda un poco en llegar, pero llega.
Como la tarde, que va cayendo en el horizonte con cierta sombra doliente, y pega el grito con un pisotón inesperado, el del ponny que apoya su casco sobre un pie algo distraído mientras, en el dolor, el pensamiento lateral de su dueña (lo confesará, pieza en mano) recuerda la ojota maravillosa, de cuero y pedrerías, que le costó una fortuna (como todo hoy en día), temiendo que haya quedado triturada bajo el peso del petiso. Pero no. Y si así hubiera sido, no habría qué desesperar: en Areco también hay, y quizás a mejor precio.

