Gimnasias alternativas... Sí, puedo
Buscan la armonía integral del cuerpo y tienen una ventaja: se adaptan a todos los físicos
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Un raro furor desatado después de El último samurái, la reciente película de Tom Cruise, logró que algunas disciplinas orientales de poca divulgación en el país comenzaran a ganar interesados. Ya no todo se reduce a yoga y karate. Peleas con armas o ejercicios relajados, que trabajan con la energía y apuntan a la salud, proliferan con nombres poco conocidos, pero cada vez más especializados. Y tienen la ventaja de adaptarse a todas los físicos y edades.
Por ejemplo, para el sensei Carlos Guillermo Loffreda, las disciplinas iaido y kendo cobraron popularidad entre los fanáticos de las películas de acción. "Iaido se practica con ropa común y un sable de portación civil de madera o sin filo (el filo se agrega en la gente con más experiencia), mientras que kendo requiere una armadura que incluye casco, pechera, guantes y taré (falda), y se ataca con un sable hecho con cuatro cañas", distingue.
Ambas disciplinas trabajan sobre "la descarga de violencia, que produce relajación, aporta fluidez energética y la atención en el contacto de los pies con el piso propicia una nueva ubicación en la vida cotidiana. Además, potencia el autoconocimiento y la confianza en sí mismo, al enfrentarse con los miedos internos", explica Loffreda. Esto se logra en clases mixtas de una hora y cuarto, dos veces por semana, entre 35 y 50 pesos por mes. Con la práctica de kendo se aprenden distintas técnicas de lucha, y en el nivel avanzado se realizan combates. Los movimientos del iaido representan la mímica de cortar cosas en el aire, y luego se aplican en luchas simuladas.
La gimnasia consciente, en cambio, es mucho más distendida. Este enfoque corporal toma elementos de otras dos técnicas más conocidas: eutonia y feldenkrais (método que propone moverse con el menor esfuerzo, observando las relaciones que se establecen entre las distintas partes del cuerpo). Apunta a mejorar la calidad de vida y se adapta a todas las edades, porque respeta las limitaciones de cada uno. "Disminuye tensiones y dolores, aumenta las flexibilidad, mejora problemas de columna, modifica hábitos posturales nocivos y logra el bienestar psicofísico", comenta Eva Cziment, especialista en esta técnica. Se practica en grupos pequeños o en forma individual, se trabaja sobre la concientización del propio cuerpo, es decir, agudizando la percepción para moverse sin forzarlo, potenciar sus posibilidades y respetar sus dificultades.
Equilibrio completo
Otra disciplina que está de moda es el chi kung, que literalmente significa el entrenamiento de la energía. Esta gimnasia china y milenaria busca cuerpos sanos por medio de ejercicios de respiración, estiramiento, meditación y automasaje. Se fundamenta en tres principios de control: del movimiento (lento, natural y distendido), de la respiración (sincronizada con el movimiento), y del pensamiento (dirige la energía vital, evitando su disipación). "Está científicamente demostrado que el chi kung estimula el sistema inmune y favorece los tejidos dañados. También sosiega los nervios, trata la angustia, el insomnio y la depresión", asegura el instructor Alberto Luis Ravier. Explica que en niños, desarrolla el esquema corporal y fortalece la capacidad de atención. En adultos, devuelve la flexibilidad de las articulaciones y fomenta la circulación de la energía. En los deportistas y adolescentes mejora la resistencia, tonifica las estructuras óseo-articulares y da potencia al esfuerzo muscular intenso y breve. Se recomienda a personas con problemas de salud, porque ayuda a recuperar la energía física consumida en la lucha contra la enfermedad.
Es común ver en las plazas porteñas clases abiertas de, por ejemplo, tao zen. Hernán Gutiérrez Castillo suele darlas en los bosques de Palermo y en la Reserva Ecológica. "Se trata de un conjunto de técnicas que apunta a la movilidad articular y la expresión corporal, ideal para introvertidos", sostiene. Entre sus componentes hay un cóctel de chi kung, yoga, tai chi y meditación. Se trata de clases de dos horas en las que se practican ejercicios suaves, no agresivos, por lo que se recomienda para todas las edades.
Prima hermana de estas disciplinas es el ninjutsu, un arte japonés. Con movimientos llamados tai jucsu, primero conscientes y, en niveles avanzados, inconscientes, se mueve el cuerpo y también las energías. "Es un arte marcial de defensa, que no exige a todos por igual, sino que se adapta a las posibilidades del alumno", comenta el especialista Ariel Ramírez. Mejora el estado de ánimo y promueve la actividad (dos clases por semana a 25 pesos por mes).
Otro conocimiento oriental bien completo es pa-kua, compuesto por ocho disciplinas o estados de cambio. Apunta a la formación marcial, con preparación física, técnicas de lucha y defensa personal, pero también tiene una línea de reflexología, con automasajes reparadores. Incluye, entre otras disciplinas, al tai chi en sus clases de cosmodinámica, y algo parecido al yoga en las de sintonía. También ofrece la opción de lucha con armas de corte para los más aguerridos. "Cada persona puede seguir una o varias líneas de trabajo, según su inclinación. Mejoran la salud, aportan fortalecimiento interno y armonía emocional", comenta la maestra Cecilia Sosa. Las clases cuestan 40 pesos por mes, dos veces por semana.
Una disciplina muy buscada, que puede resultar novedosa pero que ya es un clásico, es la que domina el doctor Ardiles desde hace 37 años: gimnasia por centros de energía. Divide el cuerpo en siete centros y se trabaja uno por semana, para que por cada uno circule bien la energía y afecte positivamente a órganos, músculos, huesos, sentidos, intelecto, afectos y emociones de esa área. Se nutre del sistema Milderman, bioenergética, meditaciones del yoga y del budismo tibetano, y tiene una filosofía propia que Ardiles compila en tres libros. "No buscamos un cuerpo bello, sino armónico, que es de donde proviene la belleza", explica este fisiatra, psicoterapeuta y homeópata. Con música, se imitan las posturas del instructor, para disolver corazas, que son bloqueos de energía. Los encuentros son de menos de 15 personas, y tienen un costo de 60 pesos por mes, dos veces por semana.
También con un pie en el sistema Milderman, surge el movimiento rítmico expresivo, que busca a través de la música y la respiración contactarse con sí mismo y con los demás, y expresar los sentimientos. El estilo musical va variando a lo largo de la clase, para provocar un tipo de movimiento y una determinada emoción. Y se puede bailar solo o con los compañeros de grupo.
"Es muy liberador y catártico, además de que se mueven de los pies a la cabeza", comenta Leonel Vieytes, que dirige los encuentros del instituto Sendas del Sol, con un costo de cinco pesos. Según el estado de ánimo, se puede practicar una, dos o tres veces por semana, en clases de una hora y media.
Datos: chi kung, doctor Alberto Luis Ravier, albertoluisravier@hot mail.com. Gimnasia consciente: Eva Cziment, 4795-3909. Gimnasia por centros de energía: doctor Ardiles, Boa Forma, Anchorena 1365, 4829-1611. Iaido y kendo, Carlos Guillermo Loffreda, en Moldes 1930 y en Avda. de los Constituyentes 4584, 4571-3123. Movimiento rítmico expresivo: Leonel Vieytes, Sendas del Sol, 861-3055/4865-0023, Lambaré 990. Ninjutsu: Ariel Ramírez, Sendas del Sol. Pa-kua: Cecilia Sosa. Escuela de Pa-kua, Nicaragua 4480. Tao zen: doctor Hernán Gutiérrez Castillo, Fundación Espiritualidad Práctica, Darregueira 2185, 4774-0735/9965 o 4943-6684.
Foto: Hernán Zenteno. Producción: Juana Muñíz Barreto. Peinó: Vanesa Lovey (Andrea con productos Wella). Maquilló: Natali Rensin (Fan Mex-up). Agradecemos a Caro Cuore y Tramando.

