Historias. Papás emprendedores
¿Cuáles son los rubros más elegidos por ellos al momento de iniciar un proyecto independiente? ¿En qué emprenden los hombres hoy? Muchas iniciativas se relacionan a la consultoría empresarial, comercio electrónico, turismo y gastronomía. Pero los hombres también dicen presente en la industria de la moda y la belleza y muchos de ellos también son padres que se destacan con emprendimientos exitosos vinculados al diseño de indumentaria, calzado, accesorios, joyería, y también productos de belleza. Sus hijos se vuelven una inspiración constante en sus proyectos. Algunos de estos papás emprendedores son:
Productos naturales.
Ignacio Conde creó Boti-K Puro, una marca de productos cosméticos y de higiene libres de sintéticos junto con su esposa Florencia Villamil Delfabro en las sierras de Córdoba, por su hijo. Padres de Santino de 13 años y Ámbar de 11, su iniciativa surgió tras buscar una solución a los problemas de intolerancia extrema a químicos de Santino, quien tiene autismo. Buscaron una propuesta que no fuera meramente artesanal sino que tuviera un sostén industrial. Tienen productos sin TACC, veganos y para pieles sensibles. Hay jabones, champúes, bálsamos y desodorantes, entre otros. "Lo más difícil y complejo es encontrar las materias primas que reemplacen las convencionales de la industria del petróleo o de origen animal y elegir envases menos contaminantes o reciclables. Es gratificante trabajar desde la belleza natural y no con la idea de enmascarar para que parezcan otra".
La identidad en movimiento.
"Mi hijo es una inspiración constante, todo mi universo pasa por él. Mi emprendimiento como diseñador tiene que ver con Valentino: mis prendas tienen muchos guiños que remiten a él, como usar los números de su fecha de nacimiento o sus iniciales en las estampas", dice Eduardo De Crisci, al hablar de la relación de su trabajo con su hijo de 4 años. Es diseñador de indumentaria, y su marca tiene un estilo deportivo urbano; look con el que también viste a su hijo. Lo suyo son las prendas cómodas, en formato oversized; utiliza tipologías casual con buzos que remiten al básquet o remerones inspirados en el hockey sobre patines, y completa con camperas, pilotos y ponchos. "Mi marca representa en un 100% quién soy y dónde y cómo me muevo; me gusta lo urbano, el deporte y, en particular, el graffiti, y lo que veo en la calle", dice de sus preferencias.
Joyitas para toda la vida.
Con sus hijas como modelos en una línea infantil de joyería no convencional, un producto inusual, Martín Cabrera, junto con las diseñadoras María y Dolores Oliver, lanzaron a fines de 2012 Clara & Yema, una firma de piezas hechas en plata. "Soy papá de Guadalupe, de 6 años y Catalina de 4, modelos de la edición de nuestra línea para nenas. No nos identificamos ni con la joyería tradicional ni con la contemporánea si no que tomamos lo mejor de cada una. Es que la joyería tradicional ofrece piezas nobles, de uso cotidiano y diseños clásicos, y la contemporánea ofrece piezas casi escultóricas con diseños muy atractivos, pero a veces de uso ocasional. Creamos productos que mezclan lo mejor de ambos", explica. Y agrega: "Este es un momento en el que estamos rodeados de accesorios efímeros. Nosotros hacemos joyas de plata que duran para siempre en diseños simples y geométricos o inspirados en animales, frutas, personajes y hasta mascotas, que bien pueden usar chicas y adolescentes, como mis hijas, algo que era impensado en la joyería tradicional".
Accesorios con diseño.
Acaba de ser papá de Eugenia y asegura que no hay como un hijo para alentar un proyecto. Gastón Larrosa es arquitecto y junto a Carola Rivas, su esposa, diseñadora de indumentaria y textil, sostienen Kiwi, una marca de accesorios. Proponen bolsas para andar todo el día e incluye bolsos, mochilas, y carteras con prints artesanales, que bien pueden ser usadas para llevar cosas de los hijos. "Utilizamos materiales nobles y perdurables, como lonetas de algodón y cuero. Estamos incorporando productos lisos, hechos en cordura, un material resistente e impermeable", cuenta. También aplican serigrafía manual, se hacen cargo de la tizada, corte y estampado, y tercerizan la confección a talleres de pequeña escala. "Kiwi es la revalorización de lo artesanal dentro de una sociedad acelerada, y estamos orgullosos de formar parte de la gran comunidad de emprendedores que hoy tratan de sacar adelante sus proyectos".
Oficios aplicados.
Arte en esmalte es el emprendimiento de Héctor Vázquez, artesano orfebre desde 1980 y papá de Paloma de 19 años. Siempre trabajó el metal y comenzó con este proyecto de joyería contemporánea en 2002; diseña aros, colgantes y anillos esmaltados a fuego. Sus piezas se realizan sobre una base de plata, alpaca, aluminio o cobre, que esmalta en un horno que alcanza los 800°. "Nuestra particularidad es que asociamos dos oficios: el de la orfebrería y el esmaltado para crear piezas que producimos de manera única. Disfruto enormemente de trabajar en mi taller junto a mi mujer y desarrollar una tarea creativa y complementarla junto a otros colegas en espacios compartidos", cuenta. "Lo que más nos gusta es realizar cada pieza, estar en contacto con el público, sentir la valorización del trabajo y que vuelvan a buscar nuestras joyas artesanales. Su hija Paloma usa sus joyas y es la mejor promotora.
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Creada por Ramón Beláustegui, papá de Antonio de 7 años, Lupe de 4 y Floro de 9 meses, es Rauch es una marca de zapatos artesanales que empezó en el garaje de la casa de sus padres, en San Isidro. "La firma tiene modelos para niños, que los empecé a hacer cuando nació Antonio, mi primer hijo, que hoy tiene 7 años". Son artesanales y se hacen en un proceso que evolucionó y que dice le ha enseñado mucho: "Soy bastante ansioso y lo que más me gusta de tener este emprendimiento es la posibilidad de entender y esperar los procesos, como hago con mis hijos, los espero y acompaño. Trabaja en cuero y suma goma eva, caucho en la confección y armado que hace a mano. "Desde hace 14 años, Rauch me da la posibilidad de trabajar y expresarme libremente, lo que también incentivo a mis hijos".
El futuro de sus hijos, una preocupación que se transformó en una gran ocupación. Xinca es una marca de zapatillas, calzado y accesorios confeccionados a partir de neumáticos fuera de uso y con residuos de la industria de la moda. Sus tres socios son mendocinos, amigos y padres: Alejandro Malgor es papá de Catalina de 2 años; Nazareno El Hom, de Felicitas de 6 meses; y Ezequiel Gatt de Santina de 15 años, Mora de 12 e Isabella de 7. "Nos preocupa el daño que estamos causando al planeta y la desigualdad social. Nos preocupa el mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos. Ese es el motivo principal de este proyecto. Vimos en la basura una oportunidad y creamos una empresa que desarrolla productos con una menor carga ambiental y, además, generamos oportunidades de trabajo para personas excluidas del sistema", explica Malgor. En este momento trabajan con más de 80 internos de la prisión San Felipe, de Mendoza, y desarrollan indumentaria de trabajo con mujeres de zonas rurales también de su provincia, una gran oportunidad que también redunda en la calidad de vida de sus hijos. "Queremos impulsar a la industria de la moda en una dirección más sostenible, en la que el éxito no se basa en ofrecer el precio más barato o caro, sino que valora el diseño, al productor y al planeta".
PRODUCCIÓN: Peinó y maquilló: Agus Santamarina para Estudio Duo.
AGRADECIMIENTOS: Manifesto, Humboldt 2160, y a Mimo & Co., por su colaboración en esta nota.