Impermeables
La casa más famosa de la Argentina se renueva
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Si Sherlock Homes hubiera sido argentino, sin duda su tienda favorita habría sido Perramus, donde los pilotos hacen historia desde hace más de 80 años. En Sarmiento al 700, desde el impermeable clásico (corte derecho, manga media ranglan, botones escondidos y abrigo desmontable) hasta el más innovador (trench fucsia) tienen lugar en la vidriera, ahora con imagen renovada.
Siglo XXI
Es que Diego Meischenguiser decidió aggiornar la esquina fundada por su abuelo (Sarmiento y Maipú). Hace unos meses bajó la persiana por 60 días, invirtió 300 mil pesos y volvió a abrir con nuevo look: techos más altos, iluminación moderna, probadores espaciosos...
"Con el tiempo, el negocio salió del circuito comercial porteño de los primeros años y había que hacer algo para aumentar su visibilidad. La única forma de aprovechar la cantidad de gente que pasa por la puerta es lograr que se detenga unos minutos frente a la vidriera."
Misión cumplida. Al menos eso dicen los números de la facturación, que se duplicó en el último año (alcanzó los 2 millones). Y no fue la única transformación. Desde que Meischenguiser es su socio gerente, la cantidad de productos se multiplicó. "Antes había tres modelos de piloto, hoy son más de diez: largos, cortos, cruzados, reversibles... lo que busques".
Además, hay una línea de abrigos, que incluye sobretodos de velour, loden, gabanes, montgomeries y camperas sport. Otra de sastrería, con trajes, camisas y corbatas. La de accesorios, que abarca paraguas, guantes, bufandas y sombreros, y de marroquinería, que tiene desde bolsos, carteras y billeteras hasta llaveros.
Es que esta etiqueta dejó de ser un reducto exclusivo de hombres "en busca de prendas para toda la vida" -como lo había sido desde sus comienzos, en 1922- para transformarse en un lugar con tendencias clásicas y de moda. "En esto último, la incorporación del segmento para la mujer es clave porque ellas tienen otra forma de consumir. Compran un abrigo esta temporada y vuelven por otro en la siguiente". ¿Precios? Entre 450 y 500 pesos los pilotos clásicos y los típicos loden; gorros de lluvia a partir de $ 59, y paraguas desde $ 35.
Del tradicional Perramus quedan las antiguas publicidades de la marca publicadas en la revista Caras y Caretas colgadas en la pared y dos sillones Chesterfield, bien ingleses, como el nombre de la tienda que remite a la primigenia tela de pura lana, repelente al agua, con que se confeccionaban los primeros abrigos para lluvia. Además del recuerdo de personajes como el ex presidente Arturo Illia o Enrique Cadícamo, clientes ilustres.
Lo cierto es que 83 años después, en Perramus los pilotos siguen siendo la prenda favorita: representan la mitad de la facturación total. "¿El secreto del éxito? La evolución del producto: telas diferenciadas, diseño innovador y un cambio de concepto. Antes, el impermeable completaba el equipo del hombre trajeado los días lluviosos, hoy es un ítem más de moda", explica Meischenguiser. Que ahora planea poner un pie en los shoppings y hacer tronar la propuesta. Galerías Pacífico y Paseo Alcorta, en la mira.

