Las mujeres ideales sólo existen en el photoshop
Cuerpos de mujeres cercanas a los 60 que despiertan la envidia de algunas mucho más jóvenes: pieles lisas, curvas marcadas, caderas afinadas, abdómenes sin registro de grasa, y por supuesto, ni un rastro de estrías o celulitis... Algunos de los milagros que logra el Photoshop, una técnica que apareció hace más de 10 años para retocar y mejorar imágenes y lograr efectos especiales, pero que en los últimos tres años -debido al abuso- se emplea para devolver una imagen falseada de las modelos, actrices y cantantes que ocupan las portadas de revistas y campañas publicitarias.
Sin lugar a dudas, la tecnología digital produjo en la fotografía una transformación en la forma en la que las imágenes son capturadas y almacenadas. La manipulación posterior y la posibilidad de modificarlas hasta niveles nunca antes alcanzados crean una artificialidad única. "Es un mundo mágico al alcance de la mano. El retoque se convierte en un ocultamiento, una capa que tapa y embellece virtualmente", confiesa el fotógrafo Bobby Lightowler.
Por un lado, un truco a la mano del fotógrafo para crear todo lo imaginable, hasta la posibilidad de lo absolutamente virtual, y por otro, una compleja herramienta que le permite al fotógrafo o al retocador -figura surgida a raíz de esta tecnología- trabajar en un ajuste muy fino y sofisticado para el look de una foto: tonos de la piel, texturas, contrastes de la luz, la paleta de colores, etcétera. "Una técnica que tiene usos ilimitados, ya que depende de la creatividad de quien la utiliza", destaca la fotógrafa Andy Cherniavsky.
Será por esas bondades que, al ser retratadas, las famosas hacen sus pedidos: que me disimulen los kilos de más, que me destaquen el color de los ojos, que me afinen los tobillos... Deseos hechos realidad con unos pocos movimientos del mouse, sin necesidad de cirugías, ni rigurosas dietas. Comentan que las zonas más modificadas son las caderas, el abdomen, las piernas y los senos.
Y si bien algunas veces es necesario además para corregir imperfecciones como cicatrices, granitos, arrugas, problemas de luz en la cara que marquen ojeras, es muy difícil no exceder el límite en su uso... "Nosotros tenemos como criterio editorial respetar el original de la toma el máximo posible, empleamos el retoque en imponderables, como marcas de bronceado, arrugas en la ropa, por ejemplo, no mucho más", dice Simona Martínez Rivero, editora de moda de la Revista Elle.
Para Cherniavsky, el sobreempleo de esta técnica tiene que ver con una moda: "Es una etapa de la imagen, lo que se refleja en que todas las imágenes están en un 99 % retocadas". Concepto que comparte Gaby Herbstein, que agrega: "Hoy en día a la gente le molesta ver imperfecciones en modelos o celebrities por más humanas que sean. El ojo del consumidor ya está acostumbrado a la perfección".
¿Pero es éste un criterio tan compartido por todos? Para medir esa percepción, por primera vez, una marca dedicada a productos de tocador realizó un estudio de mercado con la ayuda de expertos de Harvard y del London School of Economics, en el cual se entrevistó a más de 3000 mujeres de 10 países. El 68 % de las consultadas opinó que "los medios y la publicidad establecen parámetros poco realistas de belleza, que la mayoría de las mujeres difícilmente podría alcanzar". El resultado, la campaña Por la belleza real , una iniciativa vigente, de la que participan mujeres comunes mostrando sus imperfecciones. Al menos, un paso alentador.
La productora Florence Argüello cree que la moda maneja un grado de artificialidad altamente consensuado y estandarizado. "De todos modos, a raíz de los vaivenes de la moda esa sensación de perfección se ve diluida en un contexto realista y más casual, donde se ve a la mujer tal cual es. Aceptarse tal cual uno es resulta más saludable."
Enrique Villegas, retocador de imágenes de LA NACION, atribuye los excesos a una cultura de hiperrealidad. "La era de la imagen perfecta, alimentada desde todos los campos visuales, por ejemplo, videojuegos, películas de animación y cine sintético. Lo más llamativo es que nuestra percepción se modificó, la fotografía digital no se quedó afuera y cayó en este abismo ilusorio. El retoque no sólo es el ajuste técnico, sino la herramienta que crea una nueva realidad entendida por el público como la estética establecida. Trato de mantener la entidad de cada foto, porque esta forma de tratamiento de la imagen, que invade los medios gráficos, es una reacción pasajera producida por el juguete nuevo tecnológico. Llegar al abuso que se manifiesta en muchas revistas, me parece que estandariza el arte fotográfico y atenta contra la creatividad."