Lupe Villar: "Hago de lo simple algo seductor"
Hace cuatro meses la diseñadora pasó al frente del departamento de diseño de Awada. Sus objetivos, refrescar la firma y vestir a Juliana, ahora convertida en primera dama
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La vida puede dar un giro inesperado. Cuando la diseñadora Lupe Villar se tomó un descanso para replantear su carrera y su marca –cerró Lupe hace casi dos años–, un día que parecía ser como cualquier otro fue convocada por Juliana Awada para dirigir el departamento de diseño de su marca. Sucedió en el gimnasio, donde iba a nadar, en tiempos de introspección y cambios profundos en los que decidió tomar el timón (cambio de barrio, casa y escuela para sus pequeños hijos Rufino y Aitor) para subirse a la ola que ella quisiera. La propuesta no llegó en una entrevista laboral. No estaba entre sus planes ni lo hubiese imaginado. Faltaban cuatro meses para que Juliana Awada se convirtiera en primera dama. Las vueltas del destino.
–¿Se conocían de antes?
–Sí, cuando empecé a trabajar en la revista Elle, con Ana Torrejón y la productora Pupi Caramelo. Tenía 23 años, me había ido a vivir sola. Por ese entonces estudiaba comunicación en la UBA. Pensaba que lo mío era periodismo. Iba a la fábrica de Awada en colectivo, en la calle Salguero, a buscar ropa para las producciones. Juliana nos recibía, siempre con buen trato, la mejor onda.
–¿Cómo te propuso trabajo?
–Me preguntó que cómo no estaba haciendo nada si lo que diseñaba era divino. ¿Por qué no te venís a Awada? Me dijo que necesitaba alguien que liderara en la parte de diseño. Después hablé con Pomi, su mamá. Era un viernes. Me preguntó cuándo quería empezar. El lunes, le dije. Arranqué y es como si estuviese ahí hace 40 años. Me encantó la propuesta y que confíen en mí. Estoy agradecida.
–¿Juliana conocía bien tu trabajo?
–Yo sabía que le encantaba. Hace años dijo en una nota en La Nación que le gustaba mi marca.
–¿Qué se espera de vos?
–Awada es una firma clásica, de muy buena calidad. Femenina, con buena sastrería y vestidos de noche. Tiene un nombre fuerte, es sólida, está hace 45 años. La idea es que refresque un poco. Mi desafío es darle una vuelta.
–¿Empezaste con el invierno próximo?
–Entré en la mitad de la colección de verano y de invierno, hice bastante. Tiene un montón de equipos de día, bastante sofisticados, contundentes. Hay pantalones con buena caída, sacos, muy linda sastrería. Entre los colores, mucho negro, camel, rojo. Son prendas power. También hay propuestas para el fin de semana. Jeans de color, de gabardina, camisas de día, rayadas de hombre, suéteres, ponchos. Todo sofisticado, no son basiquitos. También hay mucha ropa apta para el día y la noche, que la vas llevando vos. Es esa ropa que está en el medio. Es clave conseguir que te la puedas poner de día con una zapatilla o una chata, y de noche con unos aros y tacos. Me gusta ese rango de ropa en el que uno decide.
–También estás dedicada al guardarropas de Juliana. Es inédito que una primera dama se vista con su propia marca.
–Sí, es algo inédito. Ella se va a vestir con su marca un montón, porque es su empresa y le encanta diseñar. Hasta hace un mes venía una vez por semana a la fábrica como mínimo y yo le mostraba el planteo. Ella elegía telas, lo macro. Es que tenía que hacer sus cosas como mujer de Mauricio y viajaba por todo el país. Pero cada vez que estaba en Buenos Aires venía a ver en qué estábamos. La tiene clarísima. Viene de este mundo textil. Trabaja desde los 18 años con su mamá. Es su empresa.Viene y te dice esto me gusta, no me gusta, bárbaro, hagamos esto. Venía, bajaba línea y se probaba cosas. Es muy expeditiva. Está conectada. De ahora en más no va a estar tan en el día a día, pero en lo macro creo que sí. Con una agenda muy cargada, tantos eventos, no sé si Awada va a poder abastecerla en un ciento por ciento. No podemos trabajar sólo para ella. También va a usar otras marcas nacionales para darles difusión.
–¿Qué estuvo viendo?
– De lo que hicimos para la colección nueva de invierno hay cosas que va a querer ponerse, porque las hicimos juntas. Como vestidos de encaje midi y mas largos, mucho en crudo, en negro; traje de pantalón y saco smoking. Varios vestidos cortos de cóctel que va a necesitar.
–Ella es de usar jeans también.
–Le encanta el jeans. La marca tiene mucho que ver cómo se viste ella. Vamos a tener una re-línea. Habrá chupines, oxford, varios colores y lavados. Jeans con una chatitas que tenemos que están buenísimas. Desde que empecé agregué zapatos y carteras porque para mí es soporte de la colección. El cómo se propone. Con este bolso, unos taquitos.
–¿Y qué no puede faltar en una colección tuya?
Camisas. Los vestidos camiseros en verano. Soy de la camisa a rayas, de hombres; blazers. Y de dar el zarpazo y darle una vuelta a las cosas. Como tomar recursos del tejido plano para el de punto y viceversa. Me gusta la cosa fresca. No soy de diseños raros ni complicados. Me encanta un diseño muy simple con una tela texturada. Eso es el equilibrio perfecto. Y es un desafío, en cuanto a la moldería, hacer de lo simple algo seductor . Lograr que tenga sex appeal. Ese es el desafío, lo divertido de todo esto.
Cruz del sur
Su objeto favorito es la Cruz del Sur de plata de la joyería Aracano, de diseño andino. Lupe usa pocos accesorios, pero fuertes. Considera que uno solo puede más que varios.

