Nuevo luxo
Oskar Metsavaht traerá a Osklen y todo su estilo de vida a la Argentina
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Osklen viene a la Argentina. Lo anunció Oskar Metsavaht, fundador de esta firma brasileña que conquista al mundo con un lujo novedoso, moderno, austero y de mentalidad eco. En una entrevista exclusiva con Moda & Belleza, vía mail, desde su oficina en Río de Janeiro habló del espíritu de esta marca, que está profundamente ligada a un estilo de vida, el suyo, el de un médico deportólogo, apasionado por las artes visuales, el diseño, el deporte, la naturaleza, lo urbano. Y la aventura.
El se define: "Soy una persona a la que le gustan los deportes junto a la naturaleza así como el arte y la noche, las buenas fiestas, los buenos restaurantes y raves de verdad. Para mí es un lujo estar tanto con amigos en un barco de aborígenes en medio del Amazonas como cenando en un elegante Relais & Châteaux en los alrededores de París. O estar viendo la puesta de sol en Arpoador, Ipanema. O sobrevolando en helicóptero una montaña en Alaska para hacer snowboard. Y más, asistir al desfile de Valentino en París o de Undercover en Tokio, o visitar las comunidades de costureras de la favela de Río de Janeiro. Así como soy, creo que Osklen es para personas que se identifican con este estilo de vida, en equilibrio con lo simple y lo sofisticado, de lo urbano y la naturaleza, del día y la noche".
-¿Por qué decidiste traer tu marca a la Argentina?
-Siempre pensé en llevar a Osklen a la Argentina. Hasta creo que mi marca tiene más que ver con los argentinos que con los brasileños. Pero el desarrollo internacional se dio por medio de las aperturas de negocios en Milán y Roma. Preferí comenzar probando mi propuesta de estilo en países donde la cultura de la moda y la competencia fueran más desafiantes. Por eso Italia, Japón y Estados Unidos. Abrí el primer local en Tokio hace tres años y otro en 2010. Tanto los japoneses como los italianos son exigentes en cuanto a originalidad, diseño innovador y calidad. Estados Unidos también fue un test de aceptación en el mercado. Tengo un negocio en el SoHo de Nueva York. En 2010 inauguré en el South Beach de Miami y este verano, en Punta del Este. De esta manera estoy expresando mi estilo en cuatro culturas: americana, sudamericana, oriental y europea. Me parece importante, para poder percibir si lo que creo tiene un lenguaje estético universal y si la calidad es realmente buena. Además, es un desafío para nosotros, los sudamericanos, exportar nuestras marcas y quebrar un paradigma.
-¿Ya reservaste local? ¿En qué lugar? ¿Cuándo será la apertura?
-Todavía estoy buscando uno. Probablemente abra dos. Uno conceptual, con la línea Collection, y otro con la colección completa, con piezas de la línea casual y la surfing.
-¿A qué público está dirigida tu marca?
-Hoy, ser joven es más un estado del espíritu que de edad. Creo que Osklen conversa bien con los jóvenes de 18 a 60 años. Personas que recurren a un estilo de vida donde la simplicidad es el lujo, la sofisticación, llegan del diseño y la calidad y no de una marca que signifique status. Osklen no es una marca de surf, diseño o un streetwear premium: es un equilibrio de estas tres.
-¿Cómo nació tu concepto de marca y en qué se convirtió?
-Comenzó cuando desarrollé una chaqueta técnica de montaña, con mis conocimientos de medicina deportiva para una expedición a la cordillera de los Andes. De esta manera comprendí el diseño, la relación entre la comodidad y el estilo. De ahí, con los años fui percibiendo que mi diseño tenía una característica propia y que podría ejercitarlo de otras formas. Pasé a crear ropa de playa y surf a mitad de los 90, y a partir de 2000 fue cuando creé mi atelier de moda y comencé a probar con lo femenino y la sastrería masculina. Ya pasaron diez años del aprendizaje de moda y su lenguaje. Siempre manteniendo el ADN de la calidad técnica de mis primeros abrigos de nieve y la esencia del lifestyle siempre legítima de Osklen de la década del 90. Hoy se puede percibir esta esencia en mis líneas, colores, formas de estilo, tanto en un vestido de noche de seda como en la sastrería, un suéter de cashmere y en bermudas de surf.
-¿Con qué materiales trabajás? ¿Dónde se realiza tu ropa?
-Las piezas de la línea Collection son producidas en mi atelier de Río de Janeiro. La mayor parte está hecha en Brasil. Cashmeres y parte da la sastrería vienen de Italia, y los abrigos de cuero, de la Argentina y Uruguay. Y una parte de lo casual, de China. En cuanto a los materiales, trabajo con tejidos tecnológicos deportivos, los nobles, como la seda, el lino... Y también de origen sustentable socioambiental e-fabrics, de los proyectos del Instituto-E.
-¿Cuáles son tus obsesiones?
-Soy obsesivo hasta en los mínimos detalles y exijo coherencia del concepto de colección.
-¿Qué situación atraviesa Osklen en Brasil y el resto del mundo?
-En Brasil, Osklen, aun teniendo 60 tiendas en las principales capitales del país, es considerada la marca de lujo número uno junto con los hoteles Fasano. En 2010, en un estudio de ese segmento en Brasil, el resultado fue: primero Fasano con el 14%, después Osklen con el 13%, seguido de Stern con el 9%. Es esto lo que mi firma representa: un estilo de vida despojado, donde el surf y el skateboard, son esencia de marca, jamás relacionada con el lujo al que estamos acostumbrados. Y en el mundo, Osklen es percibida como una pionera en el segmento new luxury. Se observa en editoriales de moda en revistas como Vogue (americana, italiana y japonesa), Vissionaire, Interview, Surface, WeAre, Details. Osklen está siempre junto a las marcas de diseño y lujo como Margiela, Balenciaga, Prada. Citan mi trabajo como un must see it y WGSN hace unos cinco años nos catalogó como future maker (hacedores de futuro).
-¿El futuro es hoy? ¿Cómo te imaginás la ropa dentro de 20 años?
-Creo que acabamos de salir de una década de experimentación en varias áreas de la creación. La tecnología, la información y los nuevos ejes económico-culturales permitieron que un número mayor de personas expresara sus creaciones a través de las artes, el diseño, el cine, la arquitectura. Fue una década muy rica en ese aspecto, pero al mismo tiempo excesiva, casi dejando todo y a todos iguales. Entonces, creo que en la próxima década habrá un refinamiento de estas expresiones, y de cierta forma quedarán los que tengan consistencia en estilo e innovación. ¿La ropa en 20 años? No la imagino muy distinta de lo que es hoy o fue en décadas atrás, pero con una diferencia: creo que tendremos una tecnología que nos permitirá crear nuestras propias piezas, de la misma forma como hoy podemos crear el look del día a día frente al espejo.
-¿Por qué creés que existe tan poca comercialización del diseño brasileño en la Argentina y viceversa?
-Porque somos todavía de barrio, culturalmente esclavos del american dream y el lujo europeo.
-¿Cómo van a ser los precios de Osklen en relación con marcas argentinas, ya sea de diseño de autor como las de shoppings premium?
-Sí, la ropa de Osklen no tiene un valor popular, por el uso de materiales y acabados de calidad internacional, pero también porque el real está sobrevaluado y convierte a los productos fabricados en Brasil en caros.
-¿Te gustaría participar de BAF- Week?
-Pienso que un diseñador debe presentarse en una única semana de la moda. Al máximo dos, una en su país de origen y otra en un centro importante de la moda (París, Nueva York o Milán). San Pablo Fashion Week es el cuarto ciclo del mundo, y gana cada vez más prestigio. Pero sí, me gustaría tener la oportunidad de mostrar el concepto de moda en la pasarela argentina.
-¿Conocés bien el gusto de los argentinos? Qué es lo que más te gusta?
-Quien me conoce sabe que me gusta bastante el estilo de varios argentinos. Para mí, la elegancia y la belleza de las mujeres argentinas son imbatibles en el mundo. Es esa mezcla inglesa, italiana y criolla de un fuerte, rico y original estilo.

