"Para mí, un buen equipo es todo en la vida "
Su ropa masculina se convirtió en preferida de músicos y actores. Empezó a los 16 años y hoy es un empresario exitoso que alienta a los jóvenes a animarse a hacer. Habla de la importancia de disfrutar el día a día
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Comenzó a los 16 años a diseñar shorts de baño con un amigo. El mismo con el que hoy tiene una marca de ropa masculina con 13 locales. A pesar del éxito, no le gusta hablar de su salto como empresario. El, Nicolás Cuño, dueño de Key Biscayne, considera que lo suyo fue simplemente haber hecho camino al andar. Lo cierto es que su ropa se transformó en culto para muchos famosos: Charly García y Ciro, el cantante de Los Piojos, suelen subir al escenario enfundados en sus modelos y Adrián Suar tampoco los cambia por ninguno (hace unos días recibió el Martín Fierro de Oro con un traje de esta casa). ¿Qué tiene de diferente? Lo cuenta él en el patio trasero de su tienda de Gurruchaga al 900.
–¿Cual es el éxito de Key Biscayne?
–Desde que comenzamos, nosotros somos nuestra propia moldería. La ropa la hacemos sobre el cuerpo y para mí eso es un plus. Es como probártela antes de que esté hecha. Además con nuestras tres líneas (rocker, intermedia y clásica) podemos vestir a hombres de 17 a 70 años. Tenemos clientes de tres generaciones y nos sentimos orgullosos de haber creado una marca que te puede acompañar toda la vida.
–Todo se ve muy relajado...
–Bueno, esta sensación de relax tiene que ver con nuestra esencia. Con Martín (su socio) comenzamos con los shorts de baño porque nos gusta la playa, la naturaleza, la libertad. Esa es nuestra filosofía y se traduce tanto en un traje clásico como en un pantalón slim.
–¿Cuál es la evolución del hombre en el vestir?
–El hombre argentino hoy se anima. Hay todo un crecimiento en la misma dirección: despojarse de la opinión del otro para ponerse lo que hace sentir bien.
–¿Qué te inspira?
–Viajar porque rompés la rutina. La cotidianidad del día a día te hace dejar de pasear, de mirar, y uno va muy enfrascado. En cambio, cuando eso se altera te encontrás con tu costado más observador y aparece ese ocio creativo que encuentra referencias en todos lados. La naturaleza, las tribus urbanas, un cuadro. Todo son disparadores.
–Sos una especie de asesor de imagen de famosos. ¿Por qué?
–Surgió naturalmente. Muchos se acercaron porque les gustaba la marca, pero nosotros nunca prestamos ropa a nadie sin asesorarlo. Más allá del respeto que pudiéramos tener por el músico o el actor necesitábamos asegurarnos de que se cuidara lo nuestro al mostrarlo. Con Suar nos costó reunirnos porque él no tenía un segundo, pero finalmente se hizo un tiempo y llevamos 10 años de amistad. Este entrenamiento de hacer la ropa encima de diferentes cuerpos, nos dio experiencia para saber qué lo favorece a cada uno. Todos quieren verse estilizados y la verdad es que pueden, sólo es cuestión de jugar con los planos.
–¿Esta tarea la hacés sólo vos?
–No. Para mí un buen equipo es todo en la vida. La energía de un grupo direccionada a un mismo lugar logra cosas hermosas y no tiene contra. Tanto Martín como yo fuimos deportistas (yo jugador de voley profesional hasta los 25, y él de fútbol en la tercera de Huracán). Esa enseñanza del deporte en conjunto la trasladamos a lo profesional.
–Música y arte son conceptos asociados a la marca.
–Con la música la conexión viene por mi banda de rock, Los Echeverría (tocaron el 16 en el Konex). Además hacemos exposiciones, concursos de fotografía y haremos otro de cortos. Siempre estamos pensando cosas para incentivar a los jóvenes a perder el miedo y animarse a hacer cosas.
–¿Lo que más te gustaría en la vida?
–Profundizar esa sensación de conexión con el aquí y ahora que me hace sentir vivo. Me encantaría formar una familia y ser feliz en el día a día. Admiro a la gente que te hace reír. Cada vez estoy más convencido de que la felicidad no tiene nada que ver con lo que tengas, sino con cómo te tomes la vida.

