Renová tu casa con mucha onda

Ya sea que no estás dispuesta a lidiar con pintores o no sos tan hábil para reciclar muebles, pero así todo querés darle una vuelta de tuerca a tu hogar, una buena opción son los vinilos decorativos. Una especie de calcomanías autoadhesivas que con mayor diseño y calidad se adaptan a distintas superficies para personalizar cualquier rincón. Florencia Bauzá y Carolina Vagliente, creadoras de Enamorada del Muro, se especializan en vinilos y empapelados personalizados y nos comparten sus tips para poner esta tendencia en práctica.

Ambientes: lo primero es identificar qué lugar querés modernizar y dónde te animás a más. El baño, la cocina o el lavadero son buenos para el debut, allí los motivos temáticos quedan muy bien. Otra opción son los cuartos de los chicos, permiten jugarse con diseños más grandes y coloridos para vestir paredes sin miedo. Para el living y los cuartos de grandes hay que tener en cuenta la ubicación de los muebles, el estilo y los colores. Se puede decorar con vinilos tipo cuadros, ilustraciones más personales, frases, dibujos de respaldos de cama, árboles, motos, o hasta empapelar una sola pared con un diseño hecho a medida. Todo vale, como también intervenir muebles, espejos o placares.

Diseños: lo que más se usa son los prints abstractos, geométricos o románticos, aunque el furor de hoy es el diseño escandinavo. Son dibujos más aireados, de líneas netas y con colores fríos, como el celeste, gris, amarillo y visón que quedan bien en cualquier ambiente. Con las estampas muy trendy, como el símbolo de la paz, corazones, pájaros y determinadas frases hay que tener cuidado porque después de un tiempo se vuelven obsoletas y terminan cansando. Para el cuarto de un recién nacido es preferible no elegir motivos muy de bebe o de un personaje de moda porque el nene enseguida crece y cambia de ídolo como de pañal.

Superficies: los vinilos se adaptan a muchas superficies siempre y cuando sean lisas y no presenten porosidad ni acabado rústico. Lo ideal son paredes (que no tengan pintura antigrafiti), pero también se adaptan a vidrios, espejos, metales, maderas laqueadas, azulejos, heladeras y demás electrodoméstidos.

Colocación: se compran en plancha con diseños para recortar y pegar con facilidad. No requiere mano experta, pero sí paciencia. Para hacerlo conviene visualizar el espacio y presentarlo con marcas guía para asegurarse que no quede torcido. Las superficies tienen que estar limpias y secas, sin residuos de polvo, y es recomendable hacerlo en días de poca humedad. Primero se despega una punta de la lámina, se coloca en la pared y con una espátula o tarjeta de crédito se va presionando firme sobre la superficie a pegar a la vez que se retira el resto de la lámina. Finalmente, si quedan burbujas de aire atrapadas se las pincha con una aguja y se vuelve a pasar la espátula para alisar. En vinilos con transfer (hoja translúcida adherida al diseño) hay que retirarle la lámina blanca de abajo, pegarlo, fijarlo con espátula y luego retirarle el transfer.

Durabilidad: en superficies adecuadas los vinilos duran más allá de cinco años; no se despegan, no cambian de color y son totalmente removibles. En las paredes el despegue en muchos casos hace saltar la pintura, pero en el resto de las superficies se retira intacto, sin romperse y sin dejar restos de pegamento.