San Pablo Fashion Week
Un repaso por lo mejor de la edición invierno de esta semana de la moda
SAN PABLO
En el luminoso y moderno edificio Bienal, diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer y ubicado en medio del frondoso Parque Ibirapuera, se llevó a cabo la semana de la moda paulista.
Entre el 13 y el 17 de marzo, el lugar se llenó de un pintoresco público conformado por diseñadores, estilistas, empresarios de la moda, periodistas especializados y fashionistas en general. Las elípticas rampas del pabellón recorrían un sector de foodtrucks, otro con stands interactivos de revistas de moda, marcas de autos y de bebidas, exhibiciones de trabajos de jóvenes diseñadores y, en el centro de todo, estaba Plaza Natura, un espacio de participación en el cual la firma –que es main sponsor del evento– maquillaba a las y los invitados, ofrecía charlas, debates y shows musicales que les dieron clima de fiesta a las jornadas, especialmente cuando cantó el hiphopero Emicida. Además, estaban los dos salones donde se realizaron los desfiles que le dieron tono a la semana.
Desde hace varias temporadas, San Pablo Fashion Week se esfuerza por recobrar el esplendor que alguna vez tuvo y, hoy más que nunca, por salir a flote en el contexto de una crisis económica brasileña que golpea a la industria de la moda. Con ambos objetivos, en la última edición se postularon nuevas reglas de juego.
El concepto regente este año fue el de “In-pactos”, en referencia al impacto de los nuevos pactos con los modos contemporáneos de acercarnos al futuro. Así como anteriormente se había decidido quitar la nomenclatura Otoño-Invierno y Primavera-Verano para denominar cada evento con la letra N de neutral –por eso esta vez fue SPFWN43–, ahora las presentaciones debían configurarse bajo el paraguas see now, buy now (SNBN, que significa “veo ahora, compro ahora”), tal como se hizo en las últimas semanas de la moda en Nueva York, Londres, Milán. Esta modalidad tendió a subir a la pasarela colecciones mucho más temporales y comerciales, claramente una necesidad de la coyuntura actual.
Nuevo formato
Varios diseñadores se mostraron incómodos con la decisión de que las prendas de los desfiles debieran estar inmediatamente disponibles para la venta y algunos optaron por no participar esta vez. Reinaldo Lourenço, por ejemplo, se limitó a convocar a un cóctel en su tienda de Jardins, aunque lo hizo en el marco de la grilla de eventos oficiales. Consultado al respecto, el diseñador explicó: “La colección invierno 17 ya la presenté en la edición pasada del SPFW, no tenía sentido volver a hacer un desfile”, y reconoció que aún no decidió si se unirá a las próximas ediciones.
Entre los ausentes de esta temporada, también figuran Helo Rocham, Valdemar Iódice, Gloria Cohelo y Ronaldo Fraga.
Por otro lado, muchos estilistas se adaptaron con flexibilidad. Algunos, incluso realizaron showrooms previos para garantizar que sus colecciones (enteras o en parte) llegaran a tiempo a la venta minorista.
Oskar Metsavaht, creador de Osklen, elaboró un show de alto impacto –inspirado en la película Soundtrack con la que debutará cinematográficamente– en el cual incluyó nuevas prendas que al día siguiente ya estaban colgadas en los locales, cuyas vidrieras tenían carteles en negro y blanco que proclamaban: see now buy now.
Así como hubo detractores de la nueva modalidad, también fue un llamado a nuevas firmas, como Fabiana Milazzo, Sissa (a cargo de Alessandra Affonso Ferreira), que se sumaron a la grilla y marcas jóvenes como Two Denim, Tig y Reserva. La incorporación de un aire fresco no pasó inadvertida.
En los cinco días hubo más de 30 desfiles que rindieron culto al aquí y ahora. El estilo deportivo (Memo y PatBo) y streetwear (LAB) tuvieron gran representación en pasarela, quedó plasmada la predominancia de los metalizados para este invierno (Alexandrine), el dominio del color total (Osklen), los volados (Juliana Jabour), las estampas florales (Isabelo Capeto) y los engomados (Tig), los bordados (Milazzo), la manga globo (Gig Couture) y los plisados (Lili Sarti). Las texturas confortables estuvieron muy bien llevadas por A. Niemeyer y Cotton Project. Pero no todo apuntó al consumo inmediato, hubo también puestas más dramáticas y conceptuales como la de Lino Villaventura y A la Garçonne.
Es muy pronto aún para proyectar cuáles fueron las ganancias de la renovada inversión que hizo esta vez San Pablo Fashion Week, lo que sí quedó claro es que no fue una apuesta tímida.
Selfies a full
Todos sacan fotos y filman en la semana de la moda, a nadie le sorprende que le pidan retratar su look ni chocar con alguien que transmite en vivo desde su teléfono. El desfile de la línea masculina Reserva capitalizó la tendencia: sus modelos, inmóviles, invitaron en silencio al público, que aceptó el convite de mezclarse entre ellos y hacerles fotos desde todos los ángulos.
El maquillaje que viste
El make-up artist Marcos Costa comparte secretos de su oficio en el lado beauty de la pasarela
Franjas gruesas de color cruzan la cara de una modelo que lleva un vestido de estampa vanguardista. Pieles bronceadas, de acabado natural, para acompañar looks cien por ciento callejeros. Así resolvió Marcos Costa, el maquillador oficial de Natura, dos de los ocho desafíos que asumió para desfiles completamente diferentes durante San Pablo Fashion Week.
–¿Trabaja con distintos criterios el make-up para cada tipo de colección?
–Hay un criterio que es común a todos los trabajos que realizo: para mí la belleza, el pelo y el maquillaje, es un importante complemento de la moda. Entonces yo escucho el concepto de cada marca, entiendo qué propone el estilista en su desfile y entonces ahí propongo yo mi interpretación. Así, para el desfile de Lino Villaventura, elegí el grafismo de las prendas como intervención de algunos maquillajes. Pero no de todos, para lograr el contraste que buscaba. Y en la pasarela de LAB, una marca de street wear, opté por algo mucho más casual, con bronceados.
–¿El make-up acompaña las tendencias de moda o presenta tendencias propias?
–Debe hacer ambas cosas.
–¿Cuáles son las tendencias más fuertes de esta temporada de invierno?
–Las texturas metalizadas y los labiales grafito. Hay una transformación que se está dando. La mujer brasileña es una mujer solar, tiene una relación directa con el sol, el calor, el verano. Pero las chicas jóvenes aquí hoy son más lunares, más de la noche y se buscan otros estilos. Esto ayuda a que el mercado del maquillaje esté madurando y también el hecho de que la gente está pasando por un momento que no es fácil.
–¿Cómo es eso? En en la crisis, ¿se maquilla más o menos?
–Más, porque la gente no puede perder la esperanza. Hoy más que nunca estamos aquí poniéndole colores y expresándonos.
–Pero se vieron pocos mensajes de protesta en los desfiles...
–En la pasarela es posible, pero en las calles, en la avenida Paulista, hubo manifestaciones. Aquí dentro del SPFW, la moda y la belleza que provocan son un modo de protesta en sí mismo.