Todo vuelve...
Superclásicos y originales, de madres modelo
1 minuto de lectura'
La moda siempre vuelve, suelen decir nuestras madres. Y allí están en las fotos desteñidas por el tiempo, luciendo esos modelos que se eternizaron para regresar siempre en otras versiones. Claro que las madres usaron de todo y cuando era una verdadera novedad, marcando época y un estilo, que cualquiera de esta nueva generación daría cualquier cosa por vivir.Estilos de ayer, en un homenaje hecho por diseñadores y figuras del mundo de la moda. Dedicado a sus madres.
Benito Fernández
"Mi madre, Marta, la segunda de seis hermanas mujeres, pasó toda su infancia en Lobos, disfrazándose y lookeándose . La escena de la foto transcurre en Mar del Plata, que para nosotros el viaje era todo un acontecimiento. Tanto que ella preparaba el guardarropa durante el año para esos diez días que iban de Navidad a Reyes, donde nos reuníamos con toda la familia y amigos. Ella era siempre la que innovaba y experimentaba. Se animaba a los sombreros y grandes accesorios.
"Algunas cosas se las hacía ella sola y mi abuela tenía siempre estampados distintos y novedosos (tal vez allí nació mi pasión por las estampas). Mamá siempre se adaptó muy fácilmente a las diferentes décadas: la del 60, 70 y, en especial, la del 80. Su piel, increíble, y unos ojos azules que siempre le dieron distinción y frescura. Su debilidad son los zapatos y en su momento, le encantaba marcar la cintura con fajas y cinturones."
Javier Iturrioz
"Esta foto la sacó nuestra niñera, Emilia, un día cualquiera de 1968, en la plaza de los barquitos de Figueroa Alcorta donde mi madre, Bibi Green, nos llevaba para hacer navegar nuestros veleritos a Sebastián, mi hermano mayor, y a mí. Ella usaba perlas y collares hasta en el arenero con nosotros.
"Su look de toda esa época era muy entre Jackie Kennedy y Audrey Hepburn, a las que adoraba, y siempre siguió mucho la moda, pero a su estilo. En 1969 nos mudamos a Holanda por destino de mi padre (Billy) diplomático de lujo y ahí, a medida que crecía, comencé a observar más los modelos de Pierre Cardin y Courrèges que ella compraba en Amsterdam, a ver los estampados de Burberrys y a reconocer marcas. Ya en los años 70 sus vestidos de Pucci, YSL y De la Renta se multiplicaban. Y sí, la vieja siempre fue pilchera y su vida agitada de mujer de diplomático hacía que tuviese que ir de fiesta en fiesta y mucho cóctel de largo, donde no se podía repetir modelo porque ¡era un quemo! Hasta mi primer yeso para ir al cole me lo vendó en un pañuelo de Hermès.
"Ya en nuestros años de Madrid se fue volviendo más Chanel y ese look no lo abandonó nunca. Su elegancia llega hasta tal punto que nunca tuvo un solo jeans ni zapatillas, y toda la vida nadó tanto en la pileta como en el mar con máscara de pestañas, anteojos negros Nina Ricci, collar y aros, nada de Esther Williams.
"Por eso hoy siendo mayor me desquito pasando por tanto evento. Durante tantos años de mi infancia veía las fiestas con orquesta en casa, ansiaba tener smoking y sacos blancos como los de papá, y de los engominados que venían del brazo de mujeres de largo mientras yo me conformaba espiando con mis hermanos desde la escalera del primer piso en pijama. Por suerte el turno nos llega a todos, y de tal palo, tal astilla."
Laurencio Adot
"Punta del Este, verano de 1979. Mi madre, Elsita Aztiria, viajaba varios meses del año viendo moda por el mundo y vestía las mejores marcas de Buenos Aires y Europa. Ibamos juntos a La Clocharde, La Solderie, Maggie Tow. Un clásico de los sábados era visitar la Galería del Este en la calle Florida para ver moda y arte.
"Epoca de glamour, fiestas privadas y un Punta exclusivo con mucha moda internacional, además de los viajes juntos a Miami, Nueva York, Londres y París. Siempre cómplices con mi hermano Mariano. Acompañaba todas las semanas a mi madre en sus excursiones de pruebas de ropa. Y ya me educaba en cuanto a la calidad y la sofisticación. Las mujeres Adot eran reconocidas como las más elegantes. Me hizo conocer el cashmere, las sedas. ¡Me enseñó todo de la moda!
"Usaba un estilo folk en verano y uno súper trendy y couture en invierno. Un estilo de vida exclusivo que iba de la mano de una educación súperaustera y europea. Valentino e YSL eran sus preferidos, que traía de París y Roma. Y siempre antes de salir a una fiesta se paraba y nos mostraba, y con una sonrisa nos preguntaba: ¿Cómo estoy amor? ¿Te gusta? Y me hacía sentir un rey. El día que decidí hacer ropa de noche no dudé en nombrarla mi modelo exclusiva y no sólo mi socia durante 15 años, donde me acompañó, educó y me contuvo. ¡Mi madre es todo!"
Teresa Calandra
"Los años 70, las faldas kilt, escocesas, las botas negras a la rodilla, las medias de red, los suéteres de cashmere, los vestidos Pucci, cinturones anchos, anteojos negros, accesorios grandes, pañuelos de seda. Mamá, Teresita Acebal, siempre usaba algo turquesa, que es y sigue siendo su color preferido. Como teníamos casi el mismo talle, le usaba casi toda su ropa, ya que en esa época ella tenía 40. ¡Antes de salir a bailar le acortaba todos los vestidos o faldas! A mamá la recuerdo también con pantalones chupines, tipo capri, y cuando trajo de Estados Unidos en 1963 el primer jeans: celeste y que tenía cierre al costado, de marca Lee. Luego me sorprendió verla usar jeans con cierre adelante. Estamos hablando de la década del 60 y se supone que eso era exclusivo para los hombres.
"Ella siempre fue una mujer muy linda, rubia, de ojos verdes, canchera, distinguida. Jamás la vi de negro. Era muy diferente a las otras madres que yo conocía, su aspecto era más joven y adoraba tomar sol. De noche acostumbraba a usar vestidos con estampados grandes, algunos de corte Jackie. Tenía un cuerpo casi perfecto y muy buenas piernas. Los stilettos, la camisa blanca y los suéteres de banlon jamás faltaron en su placard. Mami era de las pocas mujeres de su edad que podía darse el lujo de jugar con la moda del momento."
Pancho Dotto
"Mi madre, Teresa Melinger, nació en Teniente Origone, provincia de Buenos Aires, colonia alemana del Volga, y se crió en Bahía Blanca. Mi abuela Emilia era una mujer impresionante, crió 14 hijos y además era supercreativa y talentosa. Le cosía la ropa a todos sin haber tomado clases y lo hacía muy bien. En Bahía Blanca se hizo conocida por la ropa que le hacía a sus ocho hijas mujeres, a las que llamaban las chicas lindas de la avenida Alem . Una de esas chicas es mi madre. Teresa heredó el talento y la actitud de mi abuela, y también la habilidad para diseñar y hacer ropa.
Ella se casó en la década del 50 y tuvo una familia numerosa, 4 hijos. Además de ocuparse de las cosas de la casa cuando éramos chicos, también nos diseñaba y confeccionaba la ropa. Siempre se las ingeniaba para estar a la moda con bajo presupuesto, buenas ideas y detalles especiales. Siempre tuvo muy buen gusto y aun hoy se interesa por estar linda. Mi madre -y no porque sea mi madre- siempre fue una mujer muy bella y su estilo, conservador y elegante."

