Veinte años: los festeja Extra large, una casa que guarda sus secretos en la cartera
¡¿Quién cumple 20 años? Algunos cumplirán 10, pero 20 como nosotros...! Pregunta y respuesta de Jorge Tobal, uno de los dueños de Extra Large, en su aniversario... "Cuando muchas firmas desaparecieron, nosotros continuamos creciendo", dice, orgulloso, mientras mira cómo entra la gente en su local del Abasto Buenos Aires. Bajo los focos y al alcance de la mano, hay carteras, carteritas, de todos los colores y todas las formas. Y la cajera despacha.
La firma nació en 1985, dentro de una empresa familiar dedicada a proveer materia prima a marroquinerías desde 1911, cuando vio una oportunidad en el mercado: "Desarrollar una cadena de negocios con nombre propio y más marketing. Hasta ese momento había multimarcas con carteras sin firma propia, y unas pocas casas tradicionales con escasa variedad y precios muy altos", cuenta Tobal, recordando aquel año en que se asoció con los hermanos Diego y Natalio Morgenstern.
Y todo fue evolucionando... "Eran otras épocas. Las mujeres usaban la misma cartera para el día, la noche, el cóctel y el club. Nos costó que la combinaran con los zapatos y la tomaran como un accesorio de moda", explica. Finalmente, lo consiguieron.
Materiales a la carta
Hoy tienen una fábrica en Villa Urquiza con una producción de 25.000 carteras mensuales y presencia en varios shoppings porteños y del interior, incluido el primer local que abrieron sobre la avenida Cabildo.
Para llegar a estas cifras tuvieron que sortear las crisis económicas. "La paridad entre el peso y el dólar no nos afectó porque nunca abandonamos la producción interna. Además, importábamos productos para diferenciarnos. Después de la devaluación no tuvimos que cerrar ningún local porque apostamos a colecciones más accesibles y en cuotas."
¿Qué tiene que tener una buena cartera? Para Tobal, el más numérico de los socios (es contador): "Ofrecer variedad y una excelente relación entre precio y producto. Trabajamos 50 líneas de carteras, de tres o cuatro modelos cada una, en dos o más colores". Hay modelos en cuero (napa, gamuza y cueros con brillo) con precios que rondan entre 100 y 160 pesos. También, las más económicas, en otros materiales (vinílicos, telas, microfibras, imitaciones de cuero), desde 30 hasta 70 pesos.
El diseño se mete en cada cartera y está a cargo de un equipo de gente joven. "En busca de tendencias viajamos a Europa y, también, a Japón, un país amante de la marroquinería con una industria floreciente. Acto seguido, interpretamos los lineamientos, pero con diseño propio. Todo se realiza con cuero argentino y los procesos también, porque acá se puede hacer de todo", asegura.
Quienes valoran el made in Argentina también son los turistas. Y por vender carteras corren con ventajas: "Se las llevan como regalo porque no tienen talle, ni hay que probarlas".
Además, junto con las carteras, XL ofrece cada vez más complementos, como billeteras, cinturones, algunas prendas de cuero, portacosméticos, anteojos, y muy pronto, también habrá zapatos...
Quienes están atentos a las gráficas habrán advertido que en sus puntos de venta las nuevas modelos con cartera en mano tienen cuerpo de mujer con cabeza de Barbie. ¿El porqué? "Una muñeca exitosa junto a una marca exitosa", concluye Tobal.

