Volvió la permanente
Para lograr los rulos de tendencia, hoy el clásico tratamiento de peluquería que estaba de moda hace décadas recurre a productos más sanos y para cada tipo de pelo
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Permanente sí, permanente ni. Con más o menos adeptos, y algunos detractores, el clásico tratamiento para obtener rulos y rizar el pelo volvió, y regresó porque el roller está de moda. Más natural que en la época en que fue furor, con menos volumen, y de tamaño intermedio, este invierno se impone en las peluquerías. Tras décadas en desuso la permanente vuelve en la cabeza de quienes quieren seguir la tendencia.
Pero la permanente de antes cambió. Hoy es otra. Cómo es y cómo se hace. Los experos cuentan que el temor a que “se queme” el pelo, como sucedía en el pasado, sigue algo vigente. Pero se superó. Ahora se usan líquidos más específicos, para distintos tipos de pelo, ya no genéricos; todo para que ese riesgo se disipe. Hay una versión para pelo teñido, otra para pelo fino y de difícil agarre y otra intermedia.
Además, “cambió el modo de usar los líquidos. Hay distintas formas de envolver el pelo, y la acción de los productos es más rápida”, afirma Olivera.
“Hoy la tecnología es superior, el pelo ya no se quema. A lo sumo no agarra y hay que repetir el proceso”, agrega Óscar Fernández, de Roho, que apunta que la técnica puede variar según se trate de pelo corto o largo. “Si es largo, se pasa el producto y se pone el rulero o bigudí; si es corto se arma el rulo y se rocía con producto”, detalla y admite ser poco amigo de la permanente, aunque se tienda a usar.
“El rulo químico no queda igual que el natural o el de peinado. La suspensión es diferente, queda más fijo y se mueve como en bloque”, se sincera, y admite que prefiere el logrado por medio de peinado.
Para otros es un aliado o, al menos una buena herramienta. Alberto Sanders sostiene que la base de permanente sirve para sostener el peinado y para lograr un rulo que se luzca. “El rulo ideal, con brillo y buena caída es difícil de lograr. Hasta el natural suele ser erizado y opaco”. Por eso, la base puede ser un buen medio para lograrlo. ¿De qué manera? Se obtienen buenos resultados en pelo corto, lacio y muy sano, o en pelo largo y lacio, con una base en las puntas que ayuda a dar forma para peinar encima.
El rulo de hoy
“La onda ya se usó, no es lo que se busca. Ahora se quiere un rulo, que no sea ni muy suelto ni demasiado tomado”, explica Juan Olivera de Estudio Olivera. En cuanto al tamaño del rulo que se consigue por medio de la permanente, destaca que dependerá del tamaño del bigudí o rulero.
En cuanto al corte ideal para pelo con permanente, señala al corto por debajo de los hombros, rebajado y más corto adelante, redondeado atrás. “El peso del pelo achata el volumen. Rebajado se vuelve más liviano”, explica, y recomienda que para restar frizz, es bueno aplicar un producto masajeando y “arrugando el pelo”, pero sin pasar los dedos.
No todo es tan permanente, y a veces es mejor. Con sólo una base de permanente se consigue un resultado más natural que la permanente. Además, lleva menos tiempo de exposición al líquido y el rulo es más amplio porque se utiliza un bigudí más grande. Eso sí, dura entre dos y tres meses. La permanente puede durar hasta cinco meses y produce un rulo más tomado.
¿Cuidados extra? Y sí, son necesarios, aunque depende del tipo de pelo. Si hace falta, a los 20 días se puede hacer un baño de crema. “Si está teñido, no decolorado, no hay problema pero se puede sumar un producto de peinado sin enjuague que sirve para usar a lo largo del día”, acota Fernández.
Hay que tener en cuenta que el pelo grueso toma más rápido que el fino que es menos dócil. Obviamente, el que mejor responde a la permanente es “el pelo sano, sin proceso químico, que no es ni fino ni grueso”, opina Óscar Fernández.
Pero hay casos en los que la permanente no es conveniente, y no estaría bueno seguir esta tendencia. “No es para pelo muy dañado por tintura y reflejos”, sentencia Olivera. Y otros expertos, como Fernández, coinciden en señalar: “No es para el pelo muy fino y muy lacio porque puede quedar un rulo tomado y comprimido. Tampoco es para el que está decolorado porque corre riesgo de secarse. Ojo, a cuidarse, porque por buscar estar a la moda se puede lucir muy mal”.
Otras alternativas
Y si la permanente no va, hay otras opciones para seguir la moda de los rulos. Hay distintas técnicas de peinado para obtener ese peinado deseado. Por medio de tijeras calientes se pueden formar rulos de distintos tamaños. “El rulo arranca de un pelo liso y perfecto, y con tijeras se logra esta forma y no queda erizado. Es rápido y se va dibujando el peinado a medida que se hace”, señala Alberto Sanders. Ideal para un evento.
En cuanto a los ruleros, los especialistas coinciden en que se usan en seco o con el pelo apenas húmedo. En caso de pelo largo, es una variante válida que lo lastima mucho menos que la tijera, pero es un procedimiento más lento, y que requiere, una vez sacados los ruleros, manejar el peinado. Por último, para rulos más abiertos, en pelo largo, se envuelve el pelo semiseco en un palillo largo o en un algodón, como si fuera un tirabuzón. Al soltar queda un rulo prolijo.
Si son naturales, éste es el momento de explotarlos para lucirlos en todo su esplendor. “Se hace un brushing en la parte alta de la cabeza, desde la mejilla, para dar marco a la cara y que quede brillante. En la parte de abajo, un gel o una mousse contribuyen a que el rulo no se expanda con la humedad”, enseña Sanders.
Asesoramiento: Juan Olivera para Estudio Olivera, Perú 457, 4342-5344; Óscar Fernández, director creativo de Roho, República de Indonesia 89, 4902-3284; Alberto Sanders, Av. Las Heras 2071, 4803-5122.

