Yue-Sai Kan
La mujer que les enseñó a las chinas a maquillarse, actual vicepresidenta honoraria del grupo L’Oréal China
1 minuto de lectura'
Es considerada toda una celebridad en China. La revista People la catalogó como la mujer más famosa de ese país. Y Time le puso corona al presentarla como The queen of de middle kingdom ... Es que allá por los años 90, Yue-Sai kan introdujo el maquillaje en ese mercado e impuso un estilo en la industria de la belleza. Vino por segunda vez al país por diez días y paseó por Buenos Aires, Iguazú y la Patagonia, donde se dio una vuelta por el rancho de su amigo Ted Turner -así lo contó Yue-Sai kan y mostró imágenes desde su cámara digital.
Su historia es simple. A los 16 años se mudó con sus padres de Shanghai a Hawai. Luego se trasladó a Nueva York, donde se deslumbró y se quedó a vivir. Desde Nueva York realizó un programa para China, con el que logró ser reconocida y querida en su país. Así comenzó una relación muy intensa con su pueblo, lo que hizo que el gobierno chino le ofreciera incursionar en algún negocio. Ella aceptó y creó su marca de cosméticos, desde donde logró conquistar a todas las mujeres de su país.
Hoy vive entre Nueva York y Shanghai, donde sigue al frente como vicepresidenta honoraria de L’Oréal China, grupo que compró su marca hace algunos años. De paso por Buenos Aires, recibió a Moda & Belleza en la suite presidencial del Alvear.
-¿Cómo surgió su interés por el maquillaje? Dicen que usted es la responsable de que la mujer china se maquille... ¿Es así?
-En realidad no me interesé específicamente por los productos, sino que siempre busqué la forma de lucir mejor, de verme y gustarme frente al espejo. Yo uso maquillaje desde muy joven... Sí, es verdad. En China el make-up no existía para el común de la gente, sólo se utilizaba en el teatro como una herramienta para lookearse. Nadie usaba maquillaje en la vida cotidiana para verse bien o cambiar los rasgos, fue algo nuevo e innovador que yo exporté.
-¿Cómo hizo para llegar?
-En principio, desde mi imagen, después llevé gente especializada de Estados Unidos para que enseñara a un gran número de mujeres que luego les enseñaron a otras, y así... Enseñaban desde poner una base, el delineado de los ojos para hacerlos más grandes, hasta los colores que nos favorecen, ya que nuestra piel es amarillenta y no todos nos van.
-¿Qué aprendieron a maquillarse más rápido?
-Los labios, sin ninguna duda.
-¿Cómo ve el maquillaje en el futuro?
-No lo sé... No creo que haya que ver tan lejos, sino ver lo que pasa hoy. No soy partidaria de seguir tendencias, sino de que cada una se ponga lo que le quede mejor, lo que más le guste o lo que la haga sentir bien. Que armonice con la cultura en la que vive. La idea es sobresalir y verse bien.
-Entonces, la idea es no seguir tendencias...
-En general no, salvo las chicas jóvenes, que quizá usan más colores y se animan. Lo ideal es lucir la piel natural con un poco de brillo. Destacar los ojos, para que se vean más grandes. El labial pone un poco de color junto con el rubor... Eso es lo básico. Usar bien estos pocos productos es la clave de todo. Con la madurez, cada mujer va descubriendo lo que le sienta bien. Eso lleva su tiempo. Hoy son las jóvenes quienes se animan a innovar.
-China es conocida por su industria de las copias... ¿Esto pasa también con los maquillajes?
-Sí, lamentablemente tenemos ese grave problema, difícil de erradicar. El gobierno lo intenta, pero no es fácil, quizás hagas falta leyes más duras. En maquillaje el problema es grave porque las imitaciones son de muy baja calidad. La piel es muy sensible y para ver resultados tienen que ser productos buenos.
-Proyectos...
-Acabo de lanzar en China mi libro de diseño de interiores, donde recopilé los 25 diseños más importantes en el mundo. China está cada vez más interesada en el diseño y la estética personal. Tengo siete libros que son best sellers en mi país.
-¿Qué le llama la atención de Buenos Aires?
-Los negocios, en todas partes se ven cosas lindas; salgo a caminar por acá y siempre compro algo. Voy a otra zona y encuentro algo más, no paro de hacer compras, llegué con una valija y me voy con dos, que apenas puedo cerrar. Me convertí en una experta en shopping...
-¿Compró algo particular?
-¡De todo! Pero los zapatos de tango son mis preferidos
-¿Baila tango?
-Me encanta el tango, pero no lo bailo. Sin embargo, me llevo varios pares para bailar... por la calle.

