
Adán Chávez, ¿la carta de recambio para un chavismo sin Hugo Chávez?
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En la historia de los grandes nombres de la izquierda latinoamericana, incluso en sus distintas versiones, suele haber un hermano mayor responsable de aportar los primeros conceptos políticos al futuro líder. Desde Raúl Castro hasta Frei Chico, el hermano de Luiz Inácio Lula da Silva militante del "Partidao" (como se conocía en Brasil al Parido Comunista), sobran los ejemplos de los primogénitos que guían a sus hermanos por las primeras lecturas de Carlos Marx. Hugo Chávez no fue la excepción. Fue su hermano Adán Coromoto Chávez, 58 años -15 meses mayor que el presidente venezolano-, el que le pasó por primera vez en las tardes de su Sabaneta natal El Diario del Che en Bolivia y empezó a convencerlo de que en la vida había algo más importante que el béisbol: la política. Eso cuando Hugo Rafael sólo soñaba con ser un pitcher de las Grandes Ligas antes que un artista plástico de renombre.
Adán es el mayor de cinco hermanos nacidos en el humilde hogar de un matrimonio de maestros rurales. Desde la niñez, el lazo entre ambos hermanos se fue haciendo más sólido que con el resto, ya que ambos fueron criados hasta casi el final del Liceo (bachillerato) por la abuela materna, Rosa Inés, mientras que el resto creció en la casa paterna.
No sólo fueron compañeros de juegos y correrías sino que, como el propio jefe de Estado venezolano suele repetir, "Adán fue una de las personas que más influyó en mí políticamente". Para algunos, tanto en el chavismo como en la oposición, Adán sigue influyendo. No sólo porque más de una vez el presidente suele pedirle "la bendición" en presencia de testigos (fruto de una vieja costumbre de tierra adentro, la de ampararse en los padres o en el hermano mayor), sino porque desde los tiempos de la prisión en el penal del Yare, entre 1992 y 1994, es uno de sus principales asesores políticos.
Desde la llegada al poder de Hugo, Adán tuvo a su cargo el Instituto de Tierras, fue secretario privado del presidente, ministro de Educación y embajador en Cuba, donde logró una fluida relación con Fidel y Raúl Castro. Desde 2008 es el gobernador de Barinas, cargo en el que reemplazó a su padre, Hugo de los Reyes.
Por eso, en estos días de cierta incertidumbre sobre el futuro del chavismo, su figura parece haber cobrado otra dimensión. No sólo para los actores políticos locales sino también para los observadores internacionales que vienen siguiendo el proceso venezolano con el espejo de Cuba. Adán comenzó a ser visto y dejarse ver como una posible figura de recambio en un escenario de necesidad y urgencia por la sucesión. Lo que le costó tener que abandonar su permanente bajo perfil público y mediático.
El derrotero político de Adán comenzó antes que el de Hugo. En la adolescencia, cuando al hoy presidente sólo lo apasionaban la poesía, la plástica y las reuniones con amigos, a Adán, que se aplicaba a las matemáticas, lo desvelaba también el intercambio epistolar entre Karl Marx y Friedrich Engels. Mientras Hugo pasaba horas con el teatro, el más grande de los Chávez Frías se perdía entre vectores y puntos, como una suerte de prólogo de su vida profesional en el campo de la física, que enseñó en varias universidades de Mérida y Barinas.
"Sólo nos encontrábamos en las discusiones del carácter de nuestros próceres, que descubrimos en esos años de escuela", admitió alguna vez Adán, que a los 16 años ya era un militante juvenil del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), una agrupación que mantenía sólidos contactos con el MIR chileno durante la segunda mitad de los años 60. Pero de aquellas discusiones juveniles por rescatar las figuras de Ezequiel Zamora y Simón Bolívar a explicarle a su hermano menor quién fue Augusto Sandino o el propio Che Guevara, o a debatir cuál era el mejor camino para la revolución social en América latina, aún faltaban algunos años de charlas de adoctrinamiento de Adán a Hugo.
En 1969, Adán se fue a Mérida para comenzar sus estudios universitarios en la Universidad de Los Andes. Dos años después Hugo se convirtió en cadete militar, no porque lo apasionaran la vida cuartelera ni la guerra en sí, sino porque, como lo escribió en su diario íntimo, era un atajo perfecto para llegar a las Grandes Ligas como jugador de béisbol. Una vez en el ejército, a Chávez lo fascinaron otro tipo de deportes más riesgosos y más conspirativos y donde ya comenzaba a observarse el trabajo político y la influencia del hermano mayor.
No importó que ambos hubieran tomado caminos opuestos, o que uno estuviese en Mérida y el otro en Caracas. Supieron estrechar a la distancia lazos e intereses. El MIR ya se había fusionado con el Partido de la Revolución Venezolana (PRV), cuyo brazo armado eran las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN-FLN), de Douglas Bravo, uno de los líderes de la guerrilla en la primera mitad de los 60 en el Estado de Falcón.
En 1977, Hugo llevaba meses organizando una suerte de logia bolivariana, el comité de Militares Bolivarianos, que años después se convertiría en el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), y Adán militaba al lado de Bravo en la izquierda. Después de pasar años tratando de convencer a su hermano de que abandonara la carrera militar para ingresar en la militancia política, intuyó que allí, dentro de los cuarteles, conspirando, el joven oficial que era su hermano podría ser más importante para la "Revolución". Fue entonces cuando Adán hizo de nexo entre Hugo y un pequeño grupo de militares -entre los que se encontraba Francisco Arias Cárdenas y Luis Reyes Reyes (de Fuerza Aérea)- con Bravo (hoy crítico del gobierno) en una casa en Prado de María, en las afueras de Caracas. Aquellos encuentros se sucedieron hasta el fallido golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, en el que Adán, al frente de un pequeño grupo de militantes en Barinas, no participó "porque Hugo no llegó a avisarme", reconoció tiempo después el hoy gobernador.
La importancia de llamarse Chávez
Casado con Carmen Hernández y padre de cuatro hijos, Adán cultivó un carácter introvertido y reflexivo. Quienes conocen a los hermanos desde la infancia no dudan en señalar que Adán es la contratara perfecta de Hugo, que es extrovertido, carismático alegre y explosivo por momentos.
Si bien Adán siempre se mantuvo en un segundo plano respecto del presidente, entre bambalinas, y hasta cargó con algunas acusaciones nunca probadas de corrupción durante la reciente estancia en Cuba de su hermano, sorprendió a propios y extraños con un discurso que no pasó en absoluto desapercibido. El pasado 27 de junio llamó a no descartar "la lucha armada como camino para la Revolución?"
Los analistas notaron de inmediato que esas palabras llevaban la forma de una advertencia, más que para el antichavismo, para los que desde dentro del Partido Socialista Unico de Venezuela (PSUV) ya habían comenzado a luchar por un posicionamiento interno ante la posibilidad de tener que enfrentar una era de chavismo sin Chávez, lo que suele desvelar a varios dirigentes de peso en el partido, como el ex vicepresidente Diosdado Cabello.
En esos 23 días en que el presidente estuvo en La Habana, Adán viajó seis veces. Recibió instrucciones y pasó informes. Algo que muchos, incluso en el frente opositor, comenzaron a ver como "una solución cubana a los problemas que se le presentan al chavismo" y también al país. Una suerte de "efecto Raúl Castro", quien reemplazó en 2006 a Fidel, obligado a abandonar el cargo de presidente por problemas de salud.
"Adán no posee poder real dentro del Partido, pero tiene algo que juega a su favor. Se llama Chávez Frías", admite un diputado oficialista al ser consultado por Enfoques.
No pasó inadvertido que el pasado lunes, cuando Chávez salió al Balcón del Pueblo, en el acto de "Bienvenida", fue Adán quien apareció a su lado, junto al vicepresidente Elías Jaua, saludando a la multitud, algo que muchos leyeron como un mensaje contundente de para dónde iría el presidente.
En lo inmediato, Adán está a prudente distancia de la cadena sucesoria. La Constitución se lo impide por sus lazos sanguíneos con el presidente. Pero a nadie se le escapa que, pese a que lo desmintió el jueves pasado, el jefe de Estado viene estudiando un profundo cambio de gabinete y que aún no sabe si el tratamiento le permitirá seguir en el cargo e incluso ser candidato nuevamente en 2012.
Y es ahí donde vuelve a aparecer el nombre de Adán, junto al del actual canciller Nicolás Maduro. "Lo más seguro es que pase a ocupar un cargo con más exposición pública, que le permita ir construyendo poder, como ocurrió con Maduro en los últimos años", evalúa un ex funcionario chavista.
De hecho ellos dos, Maduro y Adán, Reyes Reyes (amigo desde la infancia de los hermanos Chávez) y el viceministro de Desarrollo Científico Jorge Arreaza (casado con Rosa Virginia, la hija mayor del presidente) aparecen desde hace unos días como el núcleo más próximo a un líder que, fiel a los esquemas más autoritarios de poder, parece dispuesto a ratificar que en esa lógica todo termina siendo una cuestión de familia.
© La Nacion
QUIÉN ES
Nombre y apellido:
Adán Coromoto Chávez Frías
Edad:
58 años
Militante de izquierda En la adolescencia militó en el MIR y en el Partido Revolucionario Venezolano (PRV); fue el nexo entre su hermano y el guerrillero Douglas Bravo y una figura de fuerte influencia política para Hugo Chávez.
Al servicio del chavismo Estuvo a cargo del Instituto de Tierras, fue secretario privado de la presidencia, embajador en Cuba, ministro de Educación y, desde 2008, gobernador de Barinas, cargo en el que sucedió a su padre, Hugo de los Reyes Chávez.



