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El principio aristotélico de no contradicción, al que contradictoriamente algunos denominan principio de contradicción, sostiene que una proposición no puede ser verdadera y falsa a la vez.
De manera más amable uno podría preguntarse hoy por la contradicción -o la no contradicción- como sujeto de la acción oficial argentina. ¿En estas playas sí se ha conseguido el milagro de que una proposición sea a la vez verdadera y falsa? Algunos experimentos rioplatenses:
Está visto que lo contradictorio es inherente a la acción política intensa (sobre todo en ecosistemas peronistas). Además, los griegos nunca supieron que lo verdadero y lo falso podía estar hecho de goma. Algunos le dicen pragmatismo al palo.
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