Arquitectura transparente: 50 años atrás era posible ver el tesoro del Banco Ciudad desde la calle Florida
La entidad financiera sacudió con una obra tan vanguardista y rupturista que permitía a los desprevenidos que pasaban por la vereda ver cómo ingresaba el dinero en la bóveda de la institución; estaba construida con ladrillo de vidrio
Fue en la emblemática calle Florida del centro porteño, la misma que a fines del siglo XIX era testigo de los paseos de los presidentes Bartolomé Mitre y Julio Argentino Roca y de cuanta otra celebridad visitara la prometedora nación.
En aquella popular calle Florida, que simbolizaba como ninguna otra la idea del progreso, con avances como el empedrado, el alumbrado (primero a gas y luego eléctrico), el teléfono y los letreros luminosos se instalaron en ella tan pronto como llegaron a Buenos Aires.
Dio el nombre de “Grupo Florida” a los artistas de vanguardia que se reunían en la Richmond y escribían en la revista Martín Fierro, ubicada en la esquina de Tucumán. Fue ahí, en esa célebre arteria, que el Banco Ciudad (por entonces llamado Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires) inauguró el 23 de mayo de 1968 su nueva casa matriz en el cruce con Sarmiento, una obra completamente rupturista en lo que a arquitectura bancaria se refiere y que captó la atención tanto de los desprevenidos peatones como de los medios y revistas especializados.
"Haber hecho este banco fue una experiencia increíble. Le abrimos a los vecinos de la ciudad una suerte de ventana sobre la calle Florida que hacía visible la caja de seguridad. El tesoro era abierto y cerrado en determinados horarios, y la gente se amontonaba para ver cómo se guardaba el dinero. Y nunca hubo un problema de seguridad", recuerda hoy el arquitecto Justo Solsona, uno de los fundadores del estudio M|P|SG|S|S|V y que hoy vuelve a intervenir en la remodelación de la casa matriz como M|SG|S|S|S|.
Aunque más tarde la reglamentación bancaria obligó a las entidades a ocultar sus bóvedas, el Ciudad se reveló con aquella obra como un pionero en llevar la idea de transparencia a la configuración misma del edificio.
Un proyecto moderno
El Banco Ciudad abrió sus puertas el 23 de mayo de 1878 con el curioso nombre de Monte de Piedad y desde entonces hasta la actualidad cambió seis veces de denominación. Su primera casa central estaba ubicada en Suipacha y Viamonte, donde funcionó hasta 1968, cuando se mudó a la sede actual. Lo que sucedió aquel año, sin embargo, fue mucho más que un cambio de sede.
Surgido como un banco pignoraticio, más conocido como “de empeño", mantuvo esa actividad como principal, hasta que a fines de la década del 60 empezó a recibir los depósitos judiciales. De esa manera inició un proceso de apertura comercial que lo fue consolidando como el agente financiero más importante de la ciudad.
La nueva etapa requería de una nueva casa matriz y de una nueva imagen. El banco adquirió entonces con ese fin un viejo edificio en el que había funcionado la tienda "A la ciudad de México", que luego sería rebautizada como "Grandes Tiendas Justicialistas" al ser expropiada por el peronismo y "Grandes Tiendas Empleados de Comercio" una vez derrocado el gobierno en 1955. Aunque la propiedad no estaba en mal estado, necesitaba varias reformas para poder funcionar como banco, especialmente en el subsuelo, la planta baja y el primer piso. Y todo debía hacerse en seis meses, plazo que se terminó cumpliendo.
El elemento central de la obra fue el ladrillo de vidrio, que le dio una apariencia de caja de cristal y permitió el juego de reflejos que distinguió al edificio. Solsona recuerda haber llevado uno a la reunión de directorio en la que presentó la innovadora propuesta. Pero la reforma, además, integró de manera muy original las áreas públicas, con entrepisos y huecos entre los diferentes pisos que reprodujeron también hacia el interior el concepto de transparencia. "Era como ese juego de las muñecas rusas, un banco de ladrillo de vidrio metido adentro del edificio más clásico de la tienda", describe Solsona en referencia a las mamushkas.
La idea central del proyecto fue la de crear una imagen de totalidad donde los distintos episodios arquitectónicos quedaran integrados en un espacio global, algo que se logró concibiendo una caja de cristal que, a la manera de una gran corteza, quedara involucrada dentro de la estructura metálica existente y encerrara en su interior los espacios públicos y de trabajo del gran salón del banco.
Tras la inauguración de la nueva sede, el Banco Ciudad comenzó una expansión a imagen y semejanza del flamante edificio.
"En toda esa época se abrieron varias sucursales con esa impronta arquitectónica de los ladrillos de vidrio transiluminados, entrepisos, cierta transparencias entre las plantas a través de huecos en los pisos. Había una visual de dobles o incluso triples alturas. Las instituciones como los bancos suelen tener una imagen homogénea porque se usan los mismos pisos, los mismos revestimientos, los mismos carteles, es decir toda una serie de elementos que incorporados al diseño generan determinada imagen, una impronta particular. Eso no era tan común en aquella época en que los bancos tenían algunos rasgos generales pero por ahí no tan sobresalientes. Por eso la del Ciudad fue una movida muy fuerte", agrega Gabriel Sala, a cargo de la Gerencia de Servicios, Obras y Mantenimiento y con 30 años de antigüedad en la institución.
Aquella obra esplendorosa e icónica de fines de los 60 fue sufriendo con el tiempo algunas intervenciones que modificaron aquella impronta inicial. Primero, la mencionada norma que obligó a ocultar el tesoro y terminó con el espectáculo público de ver los movimientos de dinero desde la calle. Pero además los cambios tecnológicos y las nuevas necesidades operativas contribuyeron a que el edificio original fuera desvirtuándose. Incluso los paneles de ladrillo de vidrio que revestían el piso debieron ser reemplazados por hormigón y alfombra porque causaron algún que otro accidente. También se fueron cerrando los huecos internos.
Hoy, a casi 50 años de una obra que modificó el paisaje de la calle Florida, el Banco Ciudad está por reinaugurar su sede central luego de haber encarado la remodelación más importante desde entonces.