Cartas de lectores: Escuchar, debate por la pobreza, disparate
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Escuchar
Tiene mucha razón el Santo Padre en pedir que recemos por él. Sobre todo para que mediante esos rezos Dios lo ilumine para unir a todos los argentinos en sus participaciones y que no solo se concentre en las versiones acercadas por sus amigos visitantes, los que le transmiten una visión sesgada de la realidad. Tal vez decida no venir a visitarnos nunca, pero sería bueno que al menos, antes de transmitir sus pensamientos, supiera también escuchar otras versiones de la realidad antes de aseverar hechos no verificados. Recordemos que al fin y al cabo es la verdad la que siempre triunfa, no el “marketing” de aquellos que pontifican y fueron cómplices en multiplicar inmoralmente día a día la indigencia en nuestra sufrida Argentina.
Mauricio Maurette
DNI 13.380.744
Debate por la pobreza
A todos nos interpela el crecimiento durante décadas de los índices de pobreza en nuestro país. Es hora de encarar un debate serio sobre el tema para revertir tan penosa tendencia que lleva años. Los países exitosos promueven la generación de riqueza y empleo privado como motores de la mejora del bienestar de sus habitantes dentro de una macroeconomía ordenada. Todas las opiniones constructivas deben ser consideradas y, dado que el Papa ha vertido las suyas generando cierto revuelo, es un buen momento para sentar en una mesa a representantes del Gobierno, la Iglesia, sindicatos, empresarios, para consensuar una política de Estado sin chicanas ni preconceptos. Las críticas para la tribuna no suman. Y ya aprendimos que soluciones mágicas no hay. Décadas de promesas incumplidas lo avalan.
Guillermo Paniego
DNI 11.451.145
Disparate
Tengo mucha bronca y decepción con respecto al papa Francisco, al que desgraciadamente me sale decirle Bergoglio, pues creo que aún no se dio cuenta de que él nos representa a todos, más allá de las diversas formas de pensar. Que hable del gas pimienta sin estar al tanto de la situación en la que ocurrió el hecho me parece un disparate. En todo caso que diga que no lleven a los niños a las manifestaciones.
Leticia Giffoni
DNI 5.078.266
Sistema electoral
Un cambio profundo se producirá cuando la Cámara de Diputados transforme en ley la sanción que el Senado de la Nación ha efectuado sobre el sistema electoral de la República Argentina. Hay que tener en cuenta la urgencia de dicha sanción, ya que el año próximo habrá elecciones y en dos meses esta ley puede nacer o morir; durante dicho año electoral ningún cambio podrá ser realizado. El compromiso cívico le dará el poder a cada ciudadano, que mediante una lapicera marcando un papel con una cruz podrá ejercer su voluntad y señalar en quién vuelca su preferencia, esperando que dicha elección sea producto de las mejores propuestas y de la trayectoria de cada oferente que integre la boleta única de papel. Que nadie trate entonces de que esto sea para el servicio de un sector político que, mediante la manipulación cubierta o solapada de dichas boletas, no represente la voluntad del electorado. En la Argentina grande, quienes iniciaron la construcción de una gran nación que arrancó entre 1853 y 1960, cuando hizo falta un sistema electoral que abarcara a todos, el presidente Roque Sáenz Peña impulsó la ley de sufragio obligatorio y secreto. Fue en ese entonces cuando un grupo de amigos del ministro del Interior, Indalecio Gómez, lo fueron a visitar con la preocupación de lo que aquel cambio representaría. La pérdida en parte del poder. El presidente, a través de su ministro, les respondió: “Si la misma significa que fortalece la República, yo soy amigo de ella”.
José María García Arecha (h.)
Exsenador de la Nación (M. C.)
Una Corte alienada
En comentarios reproducidos por la nacion, los ministros Rosatti y Lorenzetti se refirieron al exceso de trabajo que soporta la Corte Suprema y que ahoga al tribunal. Antes de culpar a los otros poderes por el exceso de litigiosidad –como lo hace Lorenzetti–, apelo a nuestras investigaciones que concluyen que, antes que nada, es la misma Corte la primera y principal responsable de su propia alienación. Desde que comenzó este desmadre, hace décadas, nunca el alto tribunal encaró un proceso serio para encuadrar y reducir al límite constitucional lo que puede atender y, en ocasiones, hizo lo contrario (es que, en el fondo, más casos implican más poder). Con igual organización institucional, en los EE.UU. su Corte Suprema solo resuelve un centenar de casos al año (y ya se quejan de que son pocos). En el caso de Lorenzetti, a su pedido preparamos un plan de reingeniería con las soluciones que necesitaba, pero tomó solo algunas de ellas para su propio lucimiento (como la Oficina de Prensa de la Corte, las conferencias judiciales, el formulario para el recurso extraordinario y otras), cajoneando el resto de las soluciones de fondo. Lo cierto es que la Argentina ha perdido su Corte Suprema hace mucho tiempo; ha dejado de ser un tribunal en el que sus integrantes son los que resuelven personalmente los casos, para convertirse en un “organismo de supervisión” de lo que hacen, con encomiable esfuerzo, los cientos y cientos de colaboradores –ghost writers los califiqué alguna vez–, pero que no conforman el modelo de la Constitución.
Horacio M. Lynch
lynchhoracio@yahoo.com
Jubilaciones
Nadie piensa que los jubilados están bien pagos. Es más, sabemos que es todo lo contrario y que sería un gran paso poder darles un aumento. Ahora, decir despectivamente que negarles un aumento de tres kilos de carne o 13.000 pesos por mes es una ruindad, ya que eso no incide en el presupuesto, es mentirle a la sociedad. Ese aumento para siete millones de jubilados por trece meses son nada menos que un billón ciento ochenta y tres mil millones de pesos por año. No parece poca plata.
Ernesto H. Perasso
DNI 7.731.904
En la Red Facebook
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