Cinco libros para conocer a David Grossman
1 minuto de lectura'

La obra de David Grossman (Jerusalén, 1954) está marcada por un humanismo intenso y por la fe lúcida en valores como la voluntad de superarse aun en los momentos de mayor sufrimiento, el esfuerzo por comprender y la confianza en el poder redentor de la literatura. Su mundo intelectual y afectivo es Israel, y en él transcurren sus novelas, signadas por la historia de su país y el conflicto entre árabes e israelíes.
La sonrisa del cordero
Su primera novela, que anticipa un arquetipo frecuente en sus narraciones: el viejo un poco tocado, al que la "buena gente" de la comunidad margina, encarnación de una sabiduría atávica que fluye en un torrente de relatos maravillosos para los oídos de un niño sensible. También, un tema que se desarrollará, en su vertiente destructiva, en Delirio: los lazos poderosos con que nos atan la pasión y el erotismo.
La vida entera
La muerte de su hijo lo sorprendió cuando promediaba la escritura de esta obra, y la pérdida terrible se refleja en sus páginas. Ora-personaje que Paul Auster comparó con Emma Bovary y Anna Karenina- , abandona su hogar y camina sin rumbo y sin pausa, mientras monologa para sí, en la extraña certeza de que su movimiento perpetuo mantendrá a su hijo a salvo de la muerte en el frente de batalla.
Más allá del tiempo
"Es un libro que narra la vida lado a lado con la muerte", dice su autor. Está escrito con una mezcla de prosa y poesía y es la ficción que Grossman elaboró con el profundo dolor que le causó la muerte de su hijo, reclutado por el ejército israelí, durante una maniobra en el Líbano. Protagoniza la historia una pareja que carga con una herida similar desde hace cinco años, lapso en el que los hábitos cotidianos se redujeron a una lucha por no perder la cordura.
Véase: amor
La novela de Momik, un niño solitario, aficionado a la lectura y la imaginación, que decide convertirse en escritor cuando la apacible rutina de su hogar en Jerusalén se ve alterada por la llegada de un tío abuelo al que la familia daba por muerto en un campo de concentración. Momik reconstruye la funesta parábola del nazismo, escamoteada por los adultos, sustituyendo la información que le niegan por todo tipo de elucubraciones fantasiosas.
Delirio
Explora el mecanismo de los celos. Shaul imagina que su mujer lo engaña, aunque sus pesquisas indiquen todo lo contrario. "La gente necesita los celos –dice Grossman-. Incluso las personas más racionales, cuando se vuelven celosas se convierten en artistas; como si de pronto fueran poetas y dramaturgos de grandes producciones en las que elaboran escrupulosamente cada detalle de lo que ocurre entre el ser amado y el tercero en discordia"
¿Estás de acuerdo con la lista?
