Contradicciones del desarrollo
Si sostener es mantener firme, sin cambios, una cosa, el calificativo "sostenibilidad" debería hacer imposible el desarrollo, simple y llanamente porque desarrollar es acrecentar el uso de esa cosa. Esto hace contradictorio, en sí mismo, el concepto de desarrollo sostenible.
Sin embargo, ésta no es la percepción de muchas delegaciones, las que estuvieron en Río en 1992, en Johannesburgo en 2002, y, seguramente este mes irán a Río con las mismas ideas. Sus miembros conciben el desarrollo como desarrollo económico. No ven sus impactos humanos, en un mundo donde hay unos 1200 millones de seres malnutridos, de los cuales más de 10 millones mueren cada año; ni siquiera al otro tanto que carece de agua segura. Esta contradicción se agudiza en este momento de crisis global, en medio de la cual sólo se piensa en "desarrollar".
Hasta hoy, de la triada ambiente, sociedad humana y economía, la sociedad elige al componente económico, sólo y exclusivamente para seguir incrementando su confort y su capacidad de compra. Así lo han mostrado las decisiones de gobiernos y privados que, para salir de la crisis económica que comenzó en el año 2008, no cesan de promover las ventas. Países desarrollados y en vías de desarrollo siguen actuando como si las tres causas fundamentales del cambio climático y del cambio ambiental global hubieran dejado de ser: el tamaño de la población mundial, el sobreconsumo y la falta de tecnologías apropiadas para producir y consumir.
Ante el problema del desarrollo que debería ser sostenible, el secretario general de las Naciones Unidas creó un grupo de expertos para elaborar los lineamientos de acciones futuras y proveer ideas para solucionar los problemas del mundo actual y buscar su sostenibilidad. El trabajo lleva por título " Resilient People, Resilient Planet" . Allí se formulan 56 recomendaciones que, lamentablemente, muestran varias fallas.
No se analiza con la suficiente profundidad el problema de los límites a los cuales ha llegado la familia humana, en cuanto al uso de recursos no renovables. Se plantean las cuestiones de las energías renovables; aunque su desarrollo, si bien es creciente, no logra reemplazar las formas clásicas de producción de energía. Hay otros detalles que muestran que las distintas alternativas no han sido convenientemente coordinadas. Se omite decir que las ideas que se exponen como solución, que dependen del uso masivo de tecnologías de punta, no serán posibles sin un conocimiento cabal del entorno ambiental, cuya ausencia se evidencia sobre todo en países en vías de desarrollo. Se habla de adaptación; sin embargo, no se enfatiza suficientemente el problema del desarrollo de sistemas de monitoreo y la puesta en vigor de sistemas de alerta ambiental, con avisos tempranos de riesgo.
No se destacan suficientemente las responsabilidades de los gobiernos, particularmente en cuanto al problema de la falta de información básica. Tampoco se enfatiza la urgencia por adiestrar personal científico y tecnólogos para y en los países en vías de desarrollo.