
Diálogo semanal con los lectores
Por Octavio Hornos Paz De la Redacción de LA NACION
1 minuto de lectura'
En su Curso superior de sintaxis española , Samuel Gili Gaya analiza la evolución del uso de la preposición a con el complemento directo. El eminente gramático español distingue dos casos en el que el empleo es correcto.
1) Cuando el complemento directo es una persona o cosa personificada. Puso los ejemplos siguientes: "Visitó a su hermano antes de partir para Europa". "Invitó sólo a sus amigos íntimos". "Buscó a su maestro para recordar los tiempos viejos". Sirvió a la Justicia con total fidelidad. "Buscó a la verdad por distintos caminos", etcétera.
2) El segundo caso se presenta cuando es necesario no confundir el sujeto con el complemento directo. Ejemplos: "Los lobos mataron a los perros", en lugar de "los lobos mataron los perros" (frase en la que no queda claro quién mató a quién). "El estudio venció a la dificultad", en lugar de "el estudio venció la dificultad" (frase confusa).
Nótese que en el caso de personas hay matices. No es lo mismo "busco un criado" que "busco a un criado". Aquel es un criado cualquiera, este, uno determinado. "Necesito médico" (expresión de una necesidad genérica) es distinto de "necesito al médico (al que lo trata habitualmente).
Los Roosevelt y palíndromos
El lector Jesús Hipólito Beltrán nos manda el mensaje electrónico que transcribimos. Es un tratado de genealogía en pocas líneas.
"Deseo comentar la amena carta de Oscar Sbarra Mitre sobre los presidentes Roosevelt de los Estados Unidos, aparecida en vuestra sección el lunes 6 de agosto. Franklin Delano Roosevelt (1882-1945) (FDR) y Theodore Roosevelt (1858-1919) (TR) eran primos quintos, de modo que los unía un parentesco lejano. El mismo grado de parentesco existía entre FDR y otro presidente norteamericano, el general Ulysses S. Grant (1822-1885), hecho que habitualmente no es mencionado. En época de FDR se calculó que existían no menos de 17.000 personas cuyo vínculo con TR era igual al que tenía FDR. Los investigadores han encontrado que, considerando hasta el grado de primo noveno, TR y FDR están emparentados con otros diez presidentes norteamericanos: Washington, Madison, los dos Adams (padre e hijo), Van Buren, Grant, los dos Harrison (abuelo y nieto), Taylor y Taft, así como con el presidente de la Confederación, Jefferson Davis. En 1903, FDR se comprometió con Anna Eleanor Roosevelt (1884-1962), hija de un hermano menor, fallecido, de TR. El día de San Patricio de 1905, FDR y Eleanor se casaron en Nueva York, muy cerca de la Catedral de San Patricio, en la Quinta Avenida. TR, a la sazón presidente, que se encontraba en esa ciudad para asistir al desfile irlandés de San Patricio, acompañó a la novia en su entrada a la iglesia y fue la estrella del casamiento. TR fue famoso por su empeño en construir el canal de Panamá. En sus tiempos circularon varios palíndromos que hacían referencia a este hecho. El más conocido fue A man, a plan, a canal: Panama ("Un hombre, un plan, un canal: Panamá") frase que leída en inglés de derecha a izquierda resulta igual."
Ortodoxia precisa
Es lo que demanda el lector Luis Juan B. Clara, cuando expresa:
"Así como ortografía debe necesariamente referirse a un idioma, de la misma manera no se puede hablar de algo como "ortodoxo" si no se dice referido a qué cosa. ¿No?
"En algún momento, en un editorial de LA NACION se hablaba de medidas económicas "ortodoxas" y "heterodoxas", sin aclarar con respecto a qué idea económica lo eran. Suponer que aquello a lo cual adherimos merece ser lo único válido como ortodoxo, es tener poco en claro el uso de esta palabra. Ser un ortodoxo de la religión católica es algo muy diferente que serlo del islam, aunque ambas sean ortodoxias válidas. En economía pasa algo similar. Concluyo diciendo que usar ortodoxia respecto de ciertas medidas económicas solamente se podría hacer informando acerca de a qué escuela económica se refiere el que firma."
Morder y picar
El doctor Rodolfo Héctor Ciccarella nos envió este mensaje:
"Si bien este correo electrónico se lo dirijo a usted, tiene como destinatarios a todos los lectores de LA NACION, por el error que cometí, y ustedes publicaron entre los "Diálogos...", acerca de que las serpientes venenosas mordían y no picaban como yo, equivocadamente, se lo había hecho notar. De mi error éste del que me saca hoy el señor Mario Ordiales, también a través de la mencionada sección. Este mensaje también está destinado al propio señor Ordiales, con quien no tengo otra forma de comunicarme para agradecerle que haya corregido la información equivocada que yo tenía y que me acompañó desde siempre. A él, muchas gracias y a ustedes les reitero mis disculpas".
Una d en el tintero
Escribimos en una columna anterior el apellido del gran alemán Humboldt sin la d , que se quedó en el tintero, no por su propio impulso sino por nuestra ignorancia. Nos corrigieron la señora Silvia B. Bos de Santirso, de Necochea, y el señor Herbert Lean Cole, de esta ciudad. Les expresamos nuestro agradecimiento.
En pocas líneas
Algunos gentilicios correspondientes a países americanos.
- Bahameño, es el natural de las Bahamas.
- Surinamés, el de Surinam.
- Los naturales de Managua se denominan managüenses.
- El nacido en Dominica se llama dominiqués.
- El de Bélice es beliceño.
Octavio Hornos Paz recibe las opiniones, quejas, sugerencias y correcciones de los lectores en el 4319-1627, de lunes a viernes de 14 a 16.30; por fax, en el 4319-1969, y por correo electrónico, en la dirección ohornospaz@lanacion.com.ar






