
Diálogo semanal con los lectores
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No hay duda de que en todos los deportes hay participantes que tienen ventajas naturales con respecto a sus adversarios. De mantenerse esa superioridad natural muchas competiciones no serían posibles. Para que lo sean se imponen a los mejor dotados cargas u obstáculos que emparejen las posibilidades de triunfo. Se los nombra con la palabra inglesa handicap .
Siguiendo con los temas deportivos, suele leerse en diarios y revistas la expresión incorrecta: "Los jugadores entrenan". El Diccionario de español urgente , de la Agencia Efe, trata el uso del verbo con precisión. Dice: " Entrenar es preparar, adiestrar personas o animales para la práctica de un deporte. Un técnico se encarga de ese adiestramiento, el entrenador. Los deportistas se entrenan cuando lo hacen solos o son entrenados por el citado técnico".
El término inglés sponsor tiene en nuestra lengua un equivalente exacto, patrocinador . Sponsorship también lo tiene, patrocinio . En todos los casos en que existan en español equivalentes exactos, deberán usarse éstos en lugar de vocablos extranjeros.
Puntadas, hilos y nudos
Consulta el lector Gustavo D. Muñoz:
"La incertidumbre es respecto a la forma correcta de la conocida expresión que comienza con "no dar puntada". A partir de aquí viene el dilema y la controversia: el que asegura cada paso de una empresa o labor, ¿no da "puntada sin nudo" o "puntada sin hilo"?
"He oído la frase de ambas maneras. Me inclino a pensar que lo correcto es "sin nudo", ya que de esa forma efectivamente se le da firmeza y consistencia al trabajo, a la tarea o a la gestión. La segunda posibilidad ("sin hilo") parecería ser la errónea, ya que no tendría sentido material dar una puntada sin hilo, pero como he observado que mucha gente la utiliza, recurro a usted, que tal vez pueda darle luz al debate."
El Diccionario de la Real Academia Española registra esa expresión coloquial en sus dos versiones, igualmente correctas.
Raza sí o raza no
Nos ilustra sobre el tema el lector Ricardo M. Forno:
"No puedo menos que discrepar con el lector Gustavo Koniszczer sobre su idea de "raza humana". El Diccionario de la Real Academia Española da, entre otras que no hacen al caso, esta definición de raza: "Cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies botánicas y zoológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia". Y a mayor abundamiento, luego define la expresión "razas humanas" como "grupos de seres humanos que por el color de su piel y otros caracteres se distinguen en raza blanca, amarilla, cobriza y negra".
"Esto figura en el Diccionario (edición electrónica) del año 1995. Si en 2001 la Academia decidió modificar las definiciones, esto no hace a los hechos biológicos. La especie humana es una sola, que se divide en razas como cualquier otra especie. Qué otro nombre darle a este concepto será responsabilidad del mencionado lector el proponerlo y de la Academia el aceptarlo.
"Debemos distinguir claramente entre la capacidad que todos tenemos para distinguir entre razas por el color de la piel y otras características externas (negar esta realidad sería ridículo, pese a que obviamente hay cruzas entre diversas razas) y la asignación de superioridades o inferioridades a las distintas razas, como se hizo en el régimen nazi, que es seguramente lo que provoca el rechazo de dicho lector y también el mío.
"El término "raza" ha inducido a apreciaciones peyorativas al aplicárselo al ser humano, pero ¿alguien discute siquiera su aplicación a gallinas, perros o vacas, donde cubre exactamente el mismo concepto? La solución consiste no en rehuir el término, sino en no darle connotaciones de valor. Si no, estaríamos usando el mismo eufemismo del que se han aprovechado ciertas tendencias al realizar las tristemente célebres "limpiezas étnicas". Han reemplazado el término "raza" por "grupo étnico" (como parece sugerir el lector mencionado), con resultados igualmente nefastos."
Una incapacidad deseable
En la notícula que reproducimos el lector Efraín Francisco Ranea tiene razón. Escribe:
"En LA NACION apareció un artículo titulado "Las claves de un triunfo", que incluye la siguiente pregunta: "¿Quién compondrá el tribunal?". Se da la respuesta que en parte transcribo: "Sin embargo, varias organizaciones humanitarias, la ONU y algunos países occidentales creen que semejante tribunal sería incapaz de ser parcial y reavivaría los oídos y las divisiones".
"Ahora bien, un "incapaz de ser parcial" nos representa sin duda un ideal de imparcialidad, ya que su parcialidad está inhibida por su propia incapacidad. A su vez, un tribunal imparcial de manera absoluta es de tan grande idealidad que hasta resulta poco frecuente encontrarlo, pero aun siendo así, no creo que la falta de parcialidad por incapacidad sea capaz de reavivar odios o divisiones, sino lo contrario."



