El año de las urnas
¿Cómo arriesgarse a hacer un pronóstico para 2006? ¿Cómo hacerlo después de un año que arrancó con el recuento de casi 250.000 víctimas fatales de una ola gigantesca en el sudeste asiático, un año en el que un devastador huracán dejó bajo las aguas a una ciudad entera de los EE.UU y en el que un dirigente cocalero que ni siquiera terminó la secundaria se convirtió en un verdadero fenómeno político en Bolivia?
En América latina, una cosa parece segura: 2006 será el año de la consolidación democrática. Millones de personas en 10 países acudirán a las urnas para definir el futuro mapa político del continente. No es poco para una región en la que hace apenas un puñado de décadas los regímenes militares eran la regla.
Millones de latinoamericanos decidirán, con su voto, si en la región se acentúa el giro a la izquierda. Pero, más que nada, determinarán qué tipo de izquierda quieren. La izquierda lejos de la izquierda -como la de Ricardo Lagos y la de Luiz Inacio Lula da Silva-, la ambigua izquierda de Néstor Kirchner o la izquierda populista y antinorteamericana de Fidel Castro y Hugo Chávez.
Haití, Chile, Costa Rica, Perú, Colombia, México, Ecuador, Brasil, Nicaragua y Venezuela. En todos esos países habrá elecciones. Algunas, con caras viejas: Lula da Silva, Alvaro Uribe y Hugo Chávez buscan la reelección; los peruanos Alberto Fujimori y Alan García, el nicaragüense Daniel Ortega y el costarricense Oscar Arias sueñan con volver. Y otras, con novedades: la chilena Michelle Bachelet y la peruana Lourdes Flores podrían convertirse en las primeras presidentas de sus países.
México y Perú son dos de las citas más apasionantes -o inquietantes- según se las mire. La primera, porque allí la izquierda podría triunfar por primera vez. La segunda, por la irrupción del nacionalista Ollanta Humala, el "Chávez" peruano.
Esta maratón electoral también determinará si para Estados Unidos emerge en el patio trasero un nuevo "eje del mal". El fracaso de la Cumbre de las Américas y la creciente influencia de Chávez han dejado en evidencia que Washington no puede permitirse seguir ignorando a la región.
Pero por más peligro que implique Chávez con sus petrodólares, Irak seguirá siendo el Talón de Aquiles de la Casa Blanca en 2006. El terrorista Abu Mussab Al-Zarqawi ha ampliado su esfera de influencia y todo indica que seguirá haciéndolo.
De todas formas, George W. Bush ya ha dado señales de que 2006 será el año de la retirada. En un año de elecciones legislativas, su partido no puede darse el lujo de que sigan llegando los ataúdes cubiertos con banderas. Mientras América latina vota y Estados Unidos sigue atento a Irak, en 2006 Europa probablemente continuará en busca de dirección tras el fracaso de la Constitución. Los suburbios de París en llamas también dejaron al descubierto uno de los grandes desafíos del bloque: la integración de comunidades marginadas de inmigrantes.
Se levantarán más muros en 2006: contra el terror o contra la marea humana de inmigrantes hambrientos. En Estados Unidos, en Israel o en Melilla. Pero también pueden empezar a derribarse otros: los palestinos y los israelíes votarán en elecciones que podrían marcar el comienzo de una nueva era en Medio Oriente.
Será, en muchas partes del mundo, el año de las urnas. Pero si 2005 sirve de lección, será también el de las bombas. En eso, nada cambiará. No hay que arriesgarse demasiado para hacer este pronóstico.
Terror en Londres
Como Nueva York en 2001 y Madrid en 2004, Londres fue el 7 de julio pasado escenario de una cruenta serie de atentados suicidas: 52 personas murieron en total en ataques sincronizados contra la red de transportes de la ciudad. En los días siguientes, el primer ministro británico, Tony Blair, intentó sin éxito desvincular los atentados de la violencia que durante todo el año sacudió a Irak, pese a que todos los indicios apuntaban a una represalia por la participación de Gran Bretaña en la invasión liderada por Estados Unidos.
Retiro israelí de Gaza
Luego de casi cuatro décadas de ocupación, las fuerzas israelíes se retiraron este año de los territorios palestinos de la Franja de Gaza, en el contexto de un repliegue unilateral que incluyó además el levantamiento de todas las colonias judías en la zona y algunas en Cisjordania. El retiro, impulsado por el premier Ariel Sharon y resistido por los colonos y los sectores más conservadores de Israel, marcó un drástico giro en la política israelí y despejó el camino para un posible diálogo de paz con los palestinos.
Giro a la izquierda en Latinoamérica
La llegada de Tabaré Vázquez a la presidencia de Uruguay acentuó el perfil de izquierda que había comenzado a esbozarse en la región. El reciente triunfo de Evo Morales confirmó ese giro, que podría profundizarse en las próximas semanas si la socialista chilena Michelle Bachelet triunfa en segunda vuelta, si en México gana la izquierda y en Perú, Ollanta Humala, el Chávez peruano. Así, el panorama latinoamericano, con Fidel Castro y Hugo Chávez en un extremo y Lula da Silva y Néstor Kirchner en posiciones algo más moderadas, ha despertado preocupación en Washington.
Francia en llamas
Durante varias semanas, jóvenes franceses hijos de inmigrantes, residentes en los suburbios de París y otras ciudades de Francia, protagonizaron una protesta incendiaria que tuvo en vilo a los franceses y a toda la comunidad internacional. Miles de automóviles fueron quemados, así como edificios públicos y comisarías. El conflicto, que se desató a raíz de la muerte de dos jóvenes de origen árabe y amenazó con extenderse a otros países de Europa, desnudó la falta de una política de integración para las comunidades marginadas de inmigrantes.