El coronavirus se combate con barbijo
La recomendación oficial de la OMS, del Center for Disease Control (CDC) y de otros países occidentales fue, desde el principio de la pandemia, que la población general sana no debía usar barbijos porque no había evidencia científica de que estos eran efectivos en la prevención de la diseminación de la enfermedad. Esto contrasta con la estimulación o con el mandato de usar barbijos en los países orientales donde se acható la curva de progresión del Covid-19 o tuvieron curvas más achatadas desde el inicio.
Las recomendaciones de la OMS y el CDC han tenido otras dos consecuencias negativas; la estigmatización de la población que usa barbijos y la no incentivación a la industria para incrementar significativamente la producción de máscaras faciales efectivas y accesibles para la población general. Esta recomendación oficial produjo en la comunidad un pensamiento binario. Si no está demostrado que sean útiles en consecuencia son inútiles. Blanco o negro. Es difícil, a veces, abrazar los grises. ¿Si un barbijo N95 permite filtrar gotas con partículas virales de hasta 0.3 micrones y baja más de 95% las chances de contaminarse, un barbijo quirúrgico que permite pasar más número de gotas es inútil? Lo perfecto no debe ser enemigo de lo conveniente. Un barbijo quirúrgico disminuye 75% la posibilidad del pasaje de gotas. Más aún, un barbijo casero confeccionado adecuadamente puede disminuir el pasaje de gotas hasta un 66%.
El Sars-Covid-2 puede trasmitirse por la tos y el estornudo a través de gotas grandes de más de 10 a 100 micrones, ya sea en forma directa o al depositarse sobre superficies. Estas gotas son pesadas y tienden a caer en general a menos de 2 metros. Estos hechos avalan la recomendación de lavarse cuidadosamente las manos que tocan superficies contaminadas y de no tocarse los ojos, la nariz y la boca, sitios por donde penetra el virus. También avalan la necesidad de distanciamiento social a más de 2 metros. Sin embargo, cada vez hay mayor evidencia que el virus puede transmitirse por aerosoles, es decir, por gotas de menos de 5 micrones emitidas por la tos y el estornudo, pero también y especialmente, por el habla y la respiración. Estos aerosoles más pequeños pueden permanecer en el aire más tiempo en lugares cerrados y poco ventilados, pudiendo contagiar a mayor distancia.
Un tema muy preocupante son los portadores asintomáticos o presintomáticos que eliminan aerosoles con carga viral. A diferencia de estudios iniciales en China que mostraban un 1-3% de infectados asintomáticos, estudios japoneses (en evacuados de Wuhan y en el crucero Diamond Princess) e islandeses han demostrado que 20 a 50 % de pacientes infectados serían asintomáticos. Estos pacientes son capaces de aerosolizar hablando y respirando pudiendo transmitir así silenciosamente la enfermedad. El uso de barbijos y máscaras faciales caseras son seguramente efectivos, aún en forma parcial, para achatar la curva de contagios, especialmente protegiendo a los sanos de los enfermos asintomáticos. Colaborarían así con el resto de las medidas de prevención mencionadas.
El uso de barbijos y máscaras faciales caseras son seguramente efectivos, aún en forma parcial, para achatar la curva de contagios, especialmente protegiendo a los sanos de los enfermos asintomáticos. Colaborarían así con el resto de las medidas de prevención mencionadas
El barbijo N95 es para el personal hospitalario de áreas críticas que realiza procedimientos con alto grado de aerosolización. Los barbijos quirúrgicos son para los pacientes infectados y el personal del hospital. La población general no debe utilizar barbijos N95 ni quirúrgicos porque quitan recursos valiosos y escasos al personal de salud. Deben utilizar máscaras faciales caseras cuando están en espacios cerrados o sin distanciamiento social.
Entre el 3 y el 6 de abril, el CDC y la OMS terminaron con esta polémica estéril y probablemente perniciosa, avalando el uso de máscaras faciales por la población como una medida complementaria para la contención de la pandemia.
El autor es médico, especialista en medicina interna