El uniforme peronista nunca pasa de moda
La elasticidad del peronismo es una de sus grandes virtudes. Plastilina en las manos del líder de turno. Puede ser (o parecer) estatista, revolucionario (de izquierda o de derecha), neoliberal, desarrollista y hasta aspirante a socialdemócrata. Lo que la época mande, lo que el electorado se imagine, lo que el acceso al gobierno exija, lo que la preservación del poder determine.
La piel del peronismo es resistente y maleable, pero debajo hay cosas inmanentes y permanentes. Como el vínculo con los militares. Cantar "mi General qué grande sos..", emociona a todo peronista, hasta a los que amagan con emanciparse, pero nunca dejan la casita del viejo.
No hay gobierno peronista sin un militar en escena. Con Carlos Menem, Aldo Rico impuso su verba cuartelera y hasta fue a elecciones y las ganó. Con Cristina César Milani espiaba y lideraba el Ejército y Sergio Berni le daba seguridad. Con Alberto solo uno sobrevivió y sigue haciendo ruido. ¿Revival noventista? ¿Será Berni el Aldo Rico de Fernández y Fernández? El uniforme peronista no pasa de moda.