Evasores al rescate de la patria
Apelemos a la imaginación: sos afortunado porque tenés dólares y querés comprar o construirte una casa. ¿Hacés valer esos verdes que todos buscan para negociar el precio o los llevás a un banco y adquirís un Certificado de Depósito Inmobiliario (Cedin) para usarlo más adelante con el mismo fin? De igual manera, ¿con esos fondos preferirías hacerte de un Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade ), que rinde 4% anual y vence en 2016, o elegirías un Boden 2015 que tiene un rendimiento casi tres veces mayor y vence un año antes?
No hace falta que explicites tu elección. El ejercicio sirve, sin embargo, para entender a quiénes les resultarán interesantes los instrumentos que el Gobierno propone crear. Únicamente encontrarán realmente atractiva la medida aquéllos que tienen cuantiosos ahorros casi exclusivamente en negro, descripción que generalmente les cabe a quienes derivan fuertes ingresos de actividades ilegales. Esos son los que hoy no pueden usarlos para adquirir activos registrables y por ello terminan en orgías de consumos suntuarios a espaldas de la AFIP. Con el proyecto van a poder tener a su nombre viviendas, bonos o autos importados, sin tener que dar ninguna explicación acerca del origen de sus fondos. Y hasta se van a haber ahorrado el 35% del Impuesto a las Ganancias que les hubiera correspondido abonar.
Únicamente encontrarán realmente atractiva la medida aquéllos que tienen cuantiosos ahorros casi exclusivamente en negro, descripción que generalmente les cabe a quienes derivan fuertes ingresos de actividades ilegales
Pasamos así de una política de perseguir evasores y amenazarlos con el traje a rayas, denunciar a los que compraban grandes cantidades de divisas por orquestar un golpe de mercado, perseguir a los que participan del blue, aumentar el peso impositivo sobre los salarios de los trabajadores y exigir explicaciones a los que sacan dinero bancarizado desde cajeros del exterior , a crear instrumentos para aquellos que tienen dólares en negro, muy probablemente mal habidos. Y a rogarles desesperadamente que los formalicen para contrarrestar el desplome del mercado inmobiliario, la disparada del blue y la caída de reservas. Raro viraje, ¿no?
Hace aproximadamente un año se publicó desde este espacio una columna titulada "La economía kluge" . Este último término proviene de la jerga informática y se utiliza para denominar una solución torpe o poco elegante para un problema. Los estadounidenses podrían usar a MacGyver como ejemplo de un creador de kluges; los argentinos describiríamos el mismo accionar con el famoso "lo atamos con alambre".
Es cierto que, en algunas ocasiones, un parche puede resolver una urgencia. Pero una acumulación de ellos siempre termina generando un frágil esperpento
Es cierto que, en algunas ocasiones, un parche puede resolver una urgencia. Pero una acumulación de ellos siempre termina generando un frágil esperpento. La dinámica es ilustrativa: no atendimos la inflación y el dólar se hizo barato; la gente lo salió a comprar y pusimos un cepo, lo cual llevó a un desplome del mercado inmobiliario y al surgimiento del blue con una brecha creciente. En estas condiciones nadie trae un dólar de afuera y se acentúa el goteo por turismo, por lo que las reservas siguen cayendo. Entonces, preocupado, el equipo económico saca de la galera una inaceptable "exteriorización de capitales" a través de los Baade y los Cedin. Pretende así corregir con una política fiscal de emergencia (un blanqueo) los continuos y crecientes problemas que se acumularon en los frentes monetario y cambiario, que son el resultado de haber dilapidado una enorme cantidad de recursos y de haber desdeñado la gravedad del proceso inflacionario. En medio de fuertes acusaciones de lavado de dinero , la señal es pésima. Pero casi peor es la dirección que lleva esta retahíla de medidas que no resuelven nada de fondo.
Yendo a los detalles técnicos se puede decir que el Baade nace con severas deficiencias: ¿quién puede querer comprar un bono que va a nacer con un descuento sobre el precio y que está destinado a financiar los dislates de la política energética? El Cedin es claramente más atractivo pero tendrá que cumplir dos roles simultáneos: aliviar el blue y reactivar la construcción. En el caso del último objetivo, no es claro aún cómo funcionará para obras nuevas. Para las viviendas existentes el efecto seríamás directo. Hoy el mercado está trabado porque los vendedores pretenden un precio y los que tienen dólares sólo están dispuestos a pagar uno significativamente menor. Si, a través del Cedin entraran en juego los que tienen dinero no declarado, podrían aumentar un poco los precios como para que se concreten algunas operaciones (obviamente, la inmensa mayoría, que gana y ahorra en pesos, estará aún más lejos de acceder a su casa).
Si en el negocio inmobiliario la idea pasa por aumentar la demanda para disminuir las discrepancias de valuación entre compradores y vendedores, en el caso del blue la idea subyacente es la contraria: ampliar la oferta para reducir su precio. Los dólares negros se transformarán en Cedin, que terminarán siendo un sucedáneo del blue. El que tenga pesos y quiera cambiarlos por dólares podrá ir al mercado ilegal o comprar un Cedin, en lo que constituiría un acotado desdoblamiento cambiario (dólares accesibles dentro de la ley a otro precio que el oficial).
Con los Cedin se crea así un mercado que podemos llamar cuasi-blue. No sólo porque compite con el dólar paralelo sino porque también se los puede considerar cuasi-legales
Con los Cedin se crea así un mercado que podemos llamar cuasi-blue. No sólo porque compite con el dólar paralelo sino porque también se los puede considerar cuasi-legales: aunque se los pueda operar formalmente su origen estará teñido de ilegalidad. Persiste, además, el típico desafío de la sábana corta. Porque si el vendedor de una vivienda cobra en Cedin y los redime, este título ya no está disponible en el mercado secundario como competidor del dólar paralelo.
Por ello, para que la medida tenga impacto los tres frentes -las reservas, el blue y la construcción (puestos en el orden que parecen ser las prioridades del Gobierno)-, el monto de los capitales que ingresen al blanqueo tendrá que ser muy significativo. Aún así, sólo podría lograr un alivio temporal: de no corregirse, tarde o temprano la dinámica de emisión de Pesos y de caída de reservas volverá a tallar. Si finalmente no se exteriorizan tantos dólares como el oficialismo espera y se persiste en este proceso de toma de decisiones ¿cuál será el próximo kluge?