Cantos rituales
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Esta imagen huele a incienso, susurra cantos antiguos, respira un aire blando como melaza. En Bangladesh, durante la celebración del festival hindú Rakher Upobash, las multitudes desbordan los monasterios y se sumergen en el paréntesis de la devoción. Las agencias internacionales desbordan, por su parte, registros de la festividad. Se entiende por qué: los tonos, lo vaporoso y bello de ropas, rostros y géneros, la cadencia hipnótica de lo que se observa, el embrujo de aquello que no se escucha pero se intuye. Algo en el rito atrapa aun al no creyente. Quizás sea la textura de su eternidad, breve y precisa; tal vez la raíz honda, universal y secreta de un misterio que a todos excede. Hay, además, el aguijón de una carencia. Porque el tiempo, esencia de ritual se inscriba éste en la tradición que sea, es lo que hoy se nos escapa, a cada rato y sin ruido, como arena entre las manos.








