
Geoinestabilidad política e informativa
La guerra comercial desatada por la administración del presidente Donald Trump parece no ser la única. La Guerra Fría terminó, pero mejor es decir que se reinventó, ya nada es privado y hasta lo encriptado podría no serlo. Anonimato, suplantación de identidad, operaciones de bandera falsa y Estados respaldando a ciberdelincuentes. La geopolítica incorporó forzosamente los recursos tecnológicos como parte integrante del mapeo de fuerzas que se dirimen el control del planeta; la digitalidad provocó una enorme exposición de datos e información que antaño parecía privada y que hoy generan un impacto mayúsculo sobre las sociedades.
El 21 de febrero un ciberataque sobre la plataforma Bybit con sede en Dubai reportó un robo cripto récord de u$s 1500 millones, aparentemente perpetrado por un grupo de hackers norcoreano sindicado como recaudadores de Kim Jong-Un, para poder sortear las sanciones económicas que pesan sobre aquel país. Los ciberataques son cada vez más complejos, sofisticados y económicos. Buscan inutilizar servicios, robar información sensible y manipular la opinión pública. La IA optimiza estos ataques, haciéndolos más eficientes, mientras que la desinformación, las fake news y los deepfakes refuerzan su impacto.
En los primeros dos meses de 2025, varios ciberataques marcaron la tendencia futura. La agencia espacial polaca y el gobierno holandés fueron atacados y se vieron afectados servicios clave. Hacktivistas ligados a “OpRevenge” atacaron sitios húngaros con DDoS e impactaron a países aliados de Israel. En paralelo, Bélgica investiga un ciberataque contra su servicio de seguridad estatal. A miles de kilómetros de distancia, el ejército de Filipinas verificó una intrusión, es decir, un acceso no autorizado en su infraestructura de red, causada por un grupo de ciberdelincuentes no identificado. El incidente comprometió datos personales y operativos altamente sensibles del personal militar.
Los conflictos entre Israel-Hamas y Ucrania-Rusia impulsaron un aumento drástico de ciberataques con motivaciones políticas. Hacktivistas atacan infraestructuras públicas y privadas empleando métodos como los ataques DDoS para paralizar sistemas y capacidad de procesamiento. El objetivo es afectar la vida cotidiana de los individuos atacando bancos, telecomunicaciones, gobierno y educación. Estos, además, coordinan sus acciones delictivas a través de herramientas de uso doméstico como Telegram y redes sociales como “X” o Facebook que hacen de vocería y canal de reivindicación.
Ucrania, Israel y EE.UU. fueron los primeros en la lista de países objetivo de ciberataques en 2024. La guerra en múltiples frentes de Israel con el grupo terrorista Hamas y Hezbollah, respaldado por Irán, provocó un aumento en los ciberataques sin precedentes; durante 2024 los hacktivistas propalestinos desplegaron ciberataques contra Israel por razones religiosas e ideológicas. Bandas de hacktivistas que atacaron a Israel fueron identificadas como el grupo “RipperSec”, el prorruso “NoName057(16)”, “Anonymous Guys”, “Anonymous Muslims”, “Moroccan Black Cyber Army”, “Ketapang Grey Hat Team”, “1915 Team” y “Al Ahad”. Desde el 7 de octubre de 2023, la intensidad de los ciberataques contra Israel se triplicó ya que Irán y sus proxys incluido Hezbollah, se suman, colaboran y cartelizan para hostigar a Israel según la Dirección Nacional Cibernética de ese país.
Especialista en riesgo tecnológico y negocios



