
Guerrilleros ecuatorianos
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La peligrosa fragilidad política, económica y social que afecta al gobierno del presidente Alfredo Palacio en la república de Ecuador es ampliamente conocida. La mayor urgencia que lo aflige es la tarea de consolidar y hasta reconstruir las principales instituciones de gobierno. Esta empresa incluye ahora volver a conformar la integración de la Corte Suprema, en un país cuyo Poder Judicial ha estado virtualmente acéfalo, porque su más alto tribunal carece de integrantes desde hace ya largos meses.
Preocupa seriamente una reciente denuncia del diario ecuatoriano El Comercio, a la que puede atribuírsele mucha gravedad. Nos referimos a la que confirma la aparición en el país de un grupo subversivo que responde a la denominación de Ejército de Liberación Alfarista (ELA). Este grupo habría reanudado la "lucha armada revolucionaria" e infiltrado, en Quito, las manifestaciones populares y estudiantiles que llevaron a la caída del gobierno de Lucio Gutiérrez.
Sus integrantes sumarían ya cientos, incluidos entre ellos algunos veteranos de los movimientos guerrilleros de extrema izquierda de los años setenta: Montoneros Patria Libre (MPL), Sol Rojo y Alfaro Vive Carajo (AVC). Estos tres grupos habían sido desmantelados a fines de los 80.
La agencia nacional de inteligencia y la Presidencia de Ecuador están al tanto de algunos de los pasos del nuevo movimiento. Particularmente, de desplazamientos al exterior de algunos de sus miembros.
Según las declaraciones de uno de los voceros del grupo subversivo, éste tiene contactos con las guerrillas colombianas de las FARC y del ELN, así como con grupos venezolanos y organizaciones religiosas de izquierda. Se reedita así la fórmula de los 70, de operar con apoyo interno y externo.
El adoctrinamiento y entrenamiento en tácticas y métodos terroristas se realizan en Colombia y en Venezuela, en la frontera con aquel país. La embajada venezolana en Quito ha desmentido, como era de esperar, que su gobierno tenga vinculación alguna con el ELA. No obstante, informes de inteligencia del gobierno ecuatoriano sugieren que los contactos del ELA con personas originarias de Venezuela no son solamente ciertos sino frecuentes, e incluyen algunas reuniones que habrían tenido lugar en la propia Quito, como las que sirvieron para el lanzamiento de una revista de impresión clandestina, titulada Liberación .






