La eternidad bajo un árbol en Silicon Valley
Obedeciendo a esa noción mitológica de que los árboles del bosque contienen los espíritus de los antepasados, el norteamericano Sandy Gibson propone el entierro debajo de un eucaliptus en un bosque de Silicon Valley. Básicamente, los cementerios citadinos están abarrotados y son costosos. "Buscamos rediseñar la experiencia del fin de la vida", argumenta.
La empresa de Gibson se llama Better Place Forests y funciona en Santa Cruz, California. ¿El procedimiento? Se reduce a cenizas el cuerpo del difunto, se las mezcla con fertilizante y se las coloca en una trinchera bajo las raíces del árbol. Tres mil dólares cuesta ser esparcido cerca de un ejemplar pequeño; treinta mil, pasar la eternidad bajo una duradera secuoya.
Pero a esta ancestralidad cool (muy propia de la costa oeste) se le suma un agregado: los familiares que paguen un plus pueden agregar un video digital del ser querido, que puede ser escaneado de una placa. Hasta aquí, hubiera parecido un triunfo del sencillo estar y desaparecer. Pero el afán de perdurar es más fuerte.