La pérdida de poder
Es necesario señalar que, al momento de redactar esta columna, no se encontraban disponibles los datos del escrutinio correspondientes a la Antártida. Dado su decisivo peso electoral, sumado a las consecuencias geopolíticas que el resultado en este distrito conlleva, se hace pertinente esta aclaración.
El Gobierno ha recibido una previsible y dura derrota, que no sólo marca un fin de ciclo, sino una merma en su poder político para gestionar los dos años que le quedan.
Esa merma se irá incrementando con el correr de los meses. Ha perdido, sobre todo, poder disuasivo y capacidad de negociación. Difícil le resultará conseguir aliados en votaciones parlamentarias, o apoyos explícitos en decisiones políticas de sectores que no sean propios.
Se podría decir que el Gobierno se acercó al marxismo; pero al de Groucho Marx, por aquello de que "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros"
Ha quedado abierta la carrera presidencial y la sucesión en el peronismo con un candidato fuertemente posicionado, Sergio Massa , y otro que podría llegar a ser el nuevo gran defensor de las banderas nacionales y populares de los pibes para la liberación: Daniel Scioli . Nos imaginamos los esfuerzos para hacer rimar con su nombre los cánticos alusivos a la gesta en ciernes. Sí, Scioli, el mismo al que la Presidenta, su vicegobernador y la jefa de la bancada oficialista, entre otros miembros de una nutrida fila, maltrataban sin reparo alguno, apenas meses atrás. Es tentador decir que algo así sólo es posible en la Argentina, pero sería incompleto. Lo más preciso sería decir que sólo en la Argentina y con Scioli es posible.
La campaña de Martín Insaurralde , llena de falencias en ocasión de las PASO, presentó varios cambios. La sumatoria de ambas mostró características discepolianas. Cuesta definir de otra manera la mezcla de la figura del Papa , el spot "les pido perdón por no ser conocido", la cura de una grave enfermedad y Jésica Cirio. Ese cambalache matizado con la "confianza de Daniel" tuvo su logro: se duplicó la ventaja de Massa. Notable.
No fueron los únicos manotazos de ahogado. Se implementó una serie de medidas que eran reclamos de la población y de las fuerzas opositores. Así se descubrió, entre otras cuestiones, que la inseguridad era un problema y que se resolvería con miles de gendarmes, que el mínimo no imponible debía y podía ser modificado sin que fuera una propuesta irresponsable de los que no gobiernan; y se decidió empezar a pagar los juicios en el CIADI. Evidentemente no alcanzó, porque su propio relato le jugó en contra al Gobierno. La gente lo interpretó como oportunismo político. ¿Por qué aceptar una fotocopia si había disponibles versiones originales más confiables?
El cambalache de la campaña de Insaurralde matizado con la "confianza de Daniel Scioli" tuvo su logro: se duplicó la ventaja de Massa. Notable.
Se podría decir que, en este punto, el Gobierno se acercó al marxismo; pero al de Groucho Marx, por aquello de que "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros". Era cierto, las convicciones no quedaron en la puerta de la Casa Rosada. Estas contradicciones han sido su forma de entender la política desde un comienzo, y si alguien tiene dudas que consulte a esa suerte de memoria colectiva digital que es You Tube.
No se puede evitar la comparación entre la protagonista de la noche de las PASO, la Presidenta y el maestro de ceremonias de la noche de ayer: Amado Boudou. La mención de los nombres ya marca una diferencia sustancial. El vicepresidente en ejercicio de la presidencia no pudo evitar darle su impronta a la ceremonia. Así nos enteramos de lo "recontra" especial de la circunstancia y de que un gran ganador de la noche, "Coqui" (¿?) nos iba a hablar. Sólo faltó la guitarra y que Coqui (Capitanich) hiciera un dúo con el vice. Envidiable la capacidad de impostar sonrisas de algunos (no todos) ante semejante desastre electoral. Como siempre, el gobierno destilando capacidad de comunicación.
El oficialismo transitará un camino hasta el 2015, acompañado de muchos de los que destrató y descalificó en el notable ejercicio de mezquindad política que sembró durante la "década ganada". Su cosecha será sin dudas amarga. No podría ser de otra manera.
Por último, parafraseando a la Presidenta, si después de crecer a tasas chinas, los trenes acumulan accidentes, la energía no alcanza, la inflación es galopante, los pobres se apilan en el conurbano, se pierde estrepitosamente las elecciones y además los presidentes no se atienden en el sistema público de salud, habrá que coincidir con ella: todo lo demás es puro cuento.