Las múltiples guerras de la posguerra fría

Desde 1990 a 1995 fueron identificados en el mundo de la posguerra fría 83 guerras (conflictos en los que por su intensidad los antagonistas recurren a la violencia física organizada ). De esas 83 guerras, 79 fueron de orden interno. El año 1995 cerró con una rareza histórica, y la tendencia se mantuvo en el 96 : hubo 25 guerras en el mundo, todas domésticas. Las guerras entre Estados tienden a desaparecer, mientras se multiplican los conflictos intraestatales.

"La guerra es un camaleón "`, dijo Raymond Aron. La característica central de la Era de la Información es su extraordinaria potencia horizontalizadora, que quiebra todo lo vertical, jerárquico y burocrático. En primer lugar, los Estados. Es una fuerza que democratiza ineludiblemente las sociedades, y achata y disemina las estructuras de conducción. El riesgo es la anarquía, no el autoritarismo. El autoritarismo perdió sus bases estructurales, salvo en situaciones extremas de intensa desintegración , por períodos breves de tiempo. Las estructuras jerárquicas de los Estados fueron creadas (Absolutismo, siglo XVI ) para canalizar el poder sobre un determinado territorio. "Nada de oscuridad mística. El Estado nacional es la orgazación temporal y territorial de la potencia "`, señaló Max Weber. El poder es información. El Estado moderno la concentraba en la cúspide, y a través de la decisión, la transmitía por sucesivos escalones jerárquico- burocráticos hasta su ejecución. La revolución de la información extiende el conocimiento por todos lados. La regla económica que la impulsa - bajan los costos a medida que aumenta el número de usuarios - destruye todo monopolio de la información. Los torna ilusorios, insustentables. Es la lógica de las cosas. El resultado es que cambia en sus raíces la estructura del poder. Hay una crisis de los Estados, en su estructura jerárquico-burocrática, y en la confianza de los ciudadanos (legitimidad).

Es un fenómeno central de la época, que se produce en todas partes, sin excepción. En términos retrospectivos (ejercicio fácil, irrelevante por lo tardío) se explica ahora por qué no se predijo la caída de la Unión Soviética, intacta en su sistema de defensa en el momento de su autodisolución : se pensó la balanza del poder mundial fuera del marco de la Era de la Información. Si el Estado se debilita, la violencia se manifiesta. Sobre todo en tres docenas de países de Asia, Africa, América Latina, en los que la intensidad de los conflictos internos - sociales, demográficos, étnicos, linguísticos, religiosos - se multiplica por la incapacidad estructural de los sistemas políticos para procesarlos. Allí, la crisis de los Estados - regla de la época - se transforma en colapso.

La guerra estalla y se extiende: Somalía, Ruanda, Liberia , Camboya, Colombia. "No es la guerra civil la que provoca la quiebra de los Estados , sino la quiebra de los Estados la que provoca la guerra civil "`, advirtió Thomas Hobbes. Es un nuevo tipo de guerra- o quizás muy antiguo -, cualitativamente distinto a la etapa de vigencia del Estado moderno (centralizado, jerárquico, burocrático ). La guerra del periódo estatal distinguía tres protagonistas (Clausewitz): el Estado, el poder militar, el pueblo.

El primero era la inteligencia política encarnada, el segundo el instrumento de acción ( convencional, destinado a dar la batalla del otro lado de la frontera ), el tercero- pasión e impulso político - era ajeno al choque militar. Un espectador entusiasta, no un partícipe de la violencia bélica. La crisis del Estado provocada por la revolución de la información - y su colapso en tres docenas de países - debilita el clásico tríptico establecido por Clausewitz. La quiebra del Estado desvanece el caracter estatal del conflicto político.

Los antagonistas no buscan imponer un proyecto de nación. Se revelan como clanes, bandas, mafias que no distinguen entre público y privado. La delincuencia adquiere un caracter político ( narcotráfico ). El poder militar convencional se muestra relativamente impotente ante el nuevo tipo de conflicto. No hay frontera que cruzar ni adversario en uniforme que combatir. El pueblo deja de ser un espectador protegido por las leyes de la guerra -civiles/militares -, y se transforma en rehén y blanco. Se generaliza el terrorismo indiscriminado.

El problema estratégico central de la guerra fría surgía de amenazas definidas ( Ejército Rojo, Pacto de Varsovia ). En los conflictos posestatales, la cuestión primordial es la ambiguedad que cubre el tipo y el grado de amenazas que surgen de las crisis - o del colapso - de los Estados. Todo depende de la capacidad para disipar la ambiguedad en situaciones de crisis. Todo se sabe, todo está a la vista en la Era de la Información. Lo dificil es comprender lo que se ve. No es un problema técnico, sino cultural. La doble herencia de la guerra fría y del genio de Clausewitz impiden pensar. Los buenos discípulos entierran a sus maestros.Pensar lo nuevo, es pensar de nuevo .