Las noticias de un diario sin noticias
Leer el libro lleva un poco más de tiempo (apenas un poco más) que la lectura del diario. En rigor, Diario (Eterna Cadencia) de Édouard Levé ofrece lo prometido: un diario, pero no personal. Se publicó en francés en 2004, y por lo tanto se sitúa cronológicamente entre Obras y Autorretrato. En el primero de esos volúmenes mínimos (igual que éste), Levé presenta un catálogo (533 casos) de obras de arte que no existen ni existieron (no sabemos si existirán) que simplemente se cuentan; en el segundo, acumula sin orden manías, patologías, gustos, caprichos, evocaciones.
Decía Levé que sus ideas eran más esenciales a sus estilo que sus palabras. Cierto que la pretensión de que el arte puede existir sin materia es una ilusión quizá noble de penosas consecuencias conceptuales. En Diario, no hay una sola palabra propia. En cada sección (Sociedad, Política, Deportes, etc.) leemos fragmentos de noticias, sin saber de qué ni de cuándo. Levé supo (como Valerio Magrelli en Epígrafes para la lectura de un diario), que un diario no cuenta noticias sino maneras de contar noticias. Eso debería leer un arquéologo futuro.ß